Miguel
Angel Márez Tapia*
1985 Derrumbe del edificio Nuevo León |
Es común escuchar en discursos de tlatelolcas que los sismos de
1985 han sido un antes y un después, nadie niega dicha afirmación pero hay que
ir más allá, por ello es necesario
reflexionar crudamente sobre el punto, desde el presente y mirando a futuro.
Hace tres años escribí una crónica para Vivir
en Tlatelolco sobre mi experiencia del sismo ese 19 de septiembre, en ese tiempo
yo contaba con 7 años, la mirada de niño se entremezcló entre palabras de
memoria, sentimiento y pérdida. Cada una de nuestras historias se funden en
esos tres aspectos, mismos que respetamos e intentamos no olvidar. ¿Qué cambió?
El tejido social construido en dos décadas se fragmentó y crudamente, hoy
podemos afirmar que no ha sido aún subsanado, la herida se mantiene abierta. Así
es como familias enteras en un éxodo comprensible optaron cambiar su destino
cobrando el seguro que nos acreditaba a todos aquellos habitantes que
contábamos con un Certificado de Participación Inmobiliaria, este punto permite
contar con elementos para que iniciemos el matiz sobre los cambios y que dejó el
sismo a nuestra realidad actual.
Desde 1992 los departamentos de Tlatelolco no cuentan con un
seguro contra daños y no hubo voluntad del Gobierno Federal para refrendarlo,
así es como primeramente en el sexenio de Carlos Salinas de Gortari y
finalmente Ernesto Zedillo, a través de diversas acciones instruidas a través
de FONHAPO, decidieron acabar de una vez por todas y paulatinamente la deuda
contraída con Tlatelolco gracias al Fideicomiso, mismo que fue finiquitado y
Tlatelolco entró bajo la Ley de Condominio en 1995, aún cuando algunos
tlatelolcas se ampararon ante tal medida. ¿Qué ofrecieron para ello? Dar,
algunas voces críticas afirman imponer las escrituras de propiedad a manera de
cambio, aún cuando desde hace tiempo había un proceso de escrituración en
algunos edificios, el gran grueso de esas escrituras se dio en este periodo.
¿Qué significa ser condómino? Independientemente de los aspectos
que integran los artículos de dicha ley, puntualicemos lo importante, tu
departamento y área común del edificio es propiedad privada, implica que a
consecuencia de daños estructurales o parciales por un sismo u otro siniestro,
la responsabilidad de todo daño debe ser subsanado por los mismos tlatelolcas
propietarios o copropietarios en área común a través de la administración, esto
es relevante ya que es recurrente escuchar a vecinos que piden apoyo a las
autoridades por daños en su departamento o la infraestructura del edificio e
igual de invariable es que la autoridad de distintos niveles no apoya en forma
directa, ya que somos propiedad privada. Excepto que ahora ya se puede
contratar un seguro por daños para tu inmueble a empresas aseguradoras para
estar amparado ante cualquier emergencia, hoy ya existe esa posibilidad.
Cuando desaparece AISA y posteriormente las atribuciones en presupuesto
y gestión que tenía la original Subdelegación Tlatelolco para la Unidad, fueron
modificados gradualmente hasta lo que es hoy, la débil Dirección Territorial
Santa María Tlatelolco, esto implicó un cambio sustancial, Tlatelolco fue un
espacio de excepción a nivel federal por el Fideicomiso, hoy es sólo una
colonia más dentro de una demarcación territorial del D.F. , misma que no está
en los planes estratégicos del actual delegado, Alejandro Fernández Ramírez.
Regresemos al punto del sismo, “ningún edificio está exento ante
una emergencia del nivel de 1985 y la realidad es que seguirá temblando” dijo Arlette
María Salyano Tourres, directora de Protección Civil de la Delegación
Cuauhtémoc en diálogo con tlatelolcas en la conferencia “Sismos y Terremotos”
que han venido siendo programadas en el teatro 5 de mayo por la dirección de Protección
Civil en la Dirección Territorial. ¿Cómo podemos paliar el deterioro de nuestra
propiedad? Con mantenimiento, argumentó el Ing. Sergio González Karg, vocal ejecutivo
de la Reconstrucción de Tlatelolco, “los edificios son como nuestro cuerpo, con
los cuidados necesarios podemos mantenerlos en óptimas condiciones y pueden durar hasta 100 años”. ¿Cuál es la realidad de una gran mayoría
de las administraciones en los edificios de Tlatelolco? No existe voluntad por
muchos vecinos para mantener en buen estado la estructura de su edificio, el
problema de morosidad es importante y esto es un problema central, aún con la
tendencia actual hacia una individualización exacerbada y refugio a nuestro
espacio privado como sociedad, la realidad de Tlatelolco nos obliga a ser copartícipes
y responsables sobre la situación estructural de los edificios ya que todos
compartimos por lo menos una pared o un techo.
Vamos a celebrar 50 años de Tlatelolco oficialmente el próximo año
y es necesario no olvidar lo acontecido el 19 de septiembre de 1985 pero desde
una actitud propositiva, nadie está pidiendo más que lo elemental: cuidar y
procurar los cimientos que mantienen estables y firmes tu hogar junto al
bienestar de tu familia, eso simboliza el edificio. Debemos concientizarnos
verdaderamente sobre lo que queremos a futuro como tlatelolcas y al mismo tiempo
comprender que estamos hablando únicamente de nuestro patrimonio que nos da identidad
como residentes y puede traducirse en un motor importante en la lucha de un
rescate integral de nuestra Unidad. ¡No esperemos a que una tragedia movilice
conciencias, como fue ese 19 de septiembre!
*Antropólogo
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