jueves, 11 de septiembre de 2014

Frente a la ausencia del gobierno federal, la sociedad civil se organizó y movilizó

Por Héctor Márquez Zermeño

En tan sólo 90 segundos la ciudad y el país se estremecieron el pasado 19 de septiembre de 1985, cuando a las 7 horas 19 minutos, un movimiento telúrico de 7.8 grados en la escala de Richter y de 8.1 en la de Mercalli, sacudió a la ciudad de México provocando la caída de grandes edificios y Tlatelolco no fue la excepción ya que se colapsaron dos módulos de los tres que conformaban el edificio Nuevo León.
Se muestra una representación gráfica de las negociaciones de la comunidad tlatelolca representada por CRT ante las autoridades de la Secretaria de Desarrollo Urbano y Ecología, las cuales apreciamos en las caricaturas elaboradas por el Arq. Ernesto Arévalo.
Gráfica superior: de Izq. A Der.  José Luis Muñoz Soria, Lucrecia Mercado Charles, ……………………….…
Gráfica inferior: de Izq. A Der. …………………..……………. Armando Barreiro


Paralelo al movimiento telúrico, la sociedad civil mostró su rostro oculto, dejando al descubierto su solidaridad y participación tomando en sus manos, primero, las labores de rescate y, luego el proceso mismo de la reconstrucción; evidenciando la incapacidad del  gobierno federal representado por su regencia, frente a una sociedad organizada. Trayendo como consecuencia tres años después, el nacimiento de la Asamblea de Representantes como primer paso en el proceso democratizador de la capital, el cual ha continuado con la elección democrática del Jefe de Gobierno de la Ciudad y, más adelante, con los jefes de las demarcaciones políticas.

Antes del 85, había una inquietud vecinal por las cuotas que se pagaban de mantenimiento y por la defensa de los espacios. Recordemos que los terrenos de Tlatelolco son de BANOBRAS y del fideicomiso que se creó, por lo que en ese entonces no éramos dueños de los departamentos, a los residentes se nos daba un certificado de participación inmobiliaria por 99 años. Pagábamos una mensualidad y una cuota de mantenimiento. Banobras debía brindar servicio a todos los edificios. En 1975 se logró que el entonces DDF se hiciera cargo del mantenimiento externo. En ese entonces se pagaba un seguro de daños que, en caso de algún siniestro, se señalaba que los departamentos debían reconstruirse.

Lo ocurrido en el edificio Nuevo León creo diversas reacciones, ya que si existían serios daños en otros edificios, éste fue el único que se vino abajo. Hubo gente que salió de sus casas temiendo volver a ellas, otras dejaron la puerta abierta y no faltó quien tomara pertenencias del interior de los departamentos.

La población Tlatelolca se redujo hasta en un 40 por ciento, varias personas aceptaron una indemnización de hasta tres mil pesos de los de entonces por sus departamentos. Y la que se quedó, participó –en su mayoría- en la defensa de Tlatelolco.

En el proceso de lucha y reconstrucción se conformó la Coordinadora Única de Damnificados CUD y paralelamente en Tlatelolco la Coordinadora de Residentes de Tlatelolco CRT, así como la Coordinadora de Cuartos de Azotea CCAT.

En el mes de septiembre de 1985, el Gobierno Federal a través de la Secretaría de Desarrollo Urbano y Ecología SEDUE instrumenta el programa de Emergencia Nonoalco Tlatelolco, interviniendo AISA.
La movilización ciudadana de Tlatelolco logra la autorización de programas emergentes en reparaciones mayores, como son: vivienda, reubicación, desalojo y guarda de bienes en bodegas, con las siguientes características.

Vivienda.- creación de bolsa de vivienda, pago de seguros, certificados de damnificados y ayuda de la Cruz Roja internacional

Reubicación.- ayuda económica para renta y vivienda temporal dentro y fuera de Tlatelolco.

Desalojo y Guarda de Bienes.- mudanza y guarda de muebles en bodegas temporales durante la reconstrucción.

La CRT forma la Comisión Técnica Asesora de Tlatelolco CTAT y con ésta comisión se establece una línea de trabajo con la SEDUE para revisar todos los edificios, y en conjunto iniciar las evaluaciones previas del estado de los edificios.

En mayo de 1986, se crea el Programa de Reconstrucción Nonoalco Tlatelolco PRENT, el cual con los dictámenes emitidos por el DDF se elaboraron proyectos particulares de reparaciones menores, reconstrucción o demolición, después la SEDUE celebra el Convenio de Reconstrucción Integral en el que se incluye una supervisión que represente a la CTAT.

Con la creación del PRENT se da inicio a la 1ª Etapa de la Reconstrucción y Reparaciones Menores. Posteriormente en 1988 FONHAPO instruye a AISA para que se haga cargo de los trabajos de rectificación de detalles de la 1ª Etapa de Reconstrucción, la que finaliza en 1989.

Entre 1990 y 1993 se realiza la 2ª Etapa de la Reconstrucción de Reparaciones Menores de la U. H. Adolfo López Mateos PRALM. Concretando la Regimentación y Reforzamiento a 32 edificios, y de Reparaciones Menores a 60, con la Demolición de 9. Al mismo tiempo desaparece AISA y en su lugar se crea la Gerencia FONHAPO Tlatelolco, para llevar el control administrativo de escrituración, cobros, etc.

Se trató de evitar la demolición de algunos inmuebles, sin embargo el nuevo Reglamento de Construcción que se elaboró después de los sismos, decía que resultaba más económico construirlos que repararlos, por eso se demolieron y a otros se les redujeron niveles.

Otra de las diferencias que se tuvo con las autoridades fue de que mientras FONHAPO quiso vender nuevamente los departamentos reconstruidos, los vecinos exigieron que se ofrecieran a los mismos residentes, a las familias que habían crecido y buscaban alternativas, familias que se habían desdoblado y siempre habían estado ahí.

Hasta la próxima y resistamos civilizada y pacíficamente, para mejorar nuestro entorno.

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