viernes, 23 de diciembre de 2016

¿Por qué? El problema de la narco violencia en México

Por Alejandro Mario Fonseca

Por allá a fines de los años 60, cuando llevé mi primer curso formal de ética en la Escuela Nacional Preparatoria, en quinto año, lo primero que aprendí fue que la filosofía tiene como principal objetivo responder las preguntas básicas ¿qué? ¿quién? ¿cómo? ¿cuándo? ¿dónde? ¿para qué? y ¿por qué?
Y sí, cualquiera que sea el concepto que tengamos de filosofía, aún el más básico, el de su significado etimológico grecolatino, “amor a la sabiduría”; o uno de los más actuales, por ejemplo el de Jean Piaget, “la coordinación general de los valores humanos”; a final de cuentas, para filosofar de verdad, tenemos que preguntarnos qué, cómo, cuándo, etc.

Me veo obligado a compartir con usted ésta conceptualización básica porque nuestro país está viviendo una verdadera tragedia ética. Y digo tragedia ética, porque al parecer el fondo del problema es la falta de ética en los más altos niveles gubernamentales.

La estrategia fallida contra el narcotràfico de Felipe Calderon ha sido parte importante del problema: Jorge G. Castañeda

El ejército en el ojo del huracán
Dígame usted si no hay una gran confusión: más de 174 mil muertos, 29 mil desaparecidos y 1.8 billones de pesos son los principales costos de la fallida lucha contra el narco. Sí, esas son las cifras del fracaso, y las explicaciones oficiales son muy pocas y vagas. Y por aquello de que para muestra sólo hace falta un botón, ahí van dos, desde la máxima autoridad del ejército mexicano:
1.      El pasado 7 de octubre el General Salvador Cienfuegos, a cargo de la Secretaría de la Defensa Nacional (SEDENA) reiteró -como ya lo había hecho el secretario de gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong en su momento- que no permitirá que se hagan entrevistas a los militares del 27 Batallón de Infantería de Iguala Guerrero.

2.      El titular de la Secretaría de la Defensa Nacional, Salvador Cienfuegos, advirtió que los militares deben regresar a los cuarteles y realizar las tareas que les corresponden, ya que sostuvo no estudian para perseguir delincuentes. En conferencia de prensa, el funcionario insistió que para que los soldados regresen y realicen las actividades que les corresponden, él sería el primero en alzar las manos y aseguró que los militares "no pedimos estar aquí no nos sentimos a gusto, no estudiamos para perseguir delincuentes, nuestra función es otra y se está desnaturalizando". (Prensa nacional 8 de diciembre).
3.       
“Es una guerra hipócrita”
Desde luego que ante el silencio y la opacidad del gobierno federal en torno este gravísimo problema, las interpretaciones y análisis de los expertos, son muchas, lo que incrementa todavía más la confusión.
Retomo tan sólo un punto de vista, el de Arturo Pérez Reverte (autor de La Reina del Sur), que recién estuvo en la Feria Internacional de Libro en Guadalajara. A ver qué le parece, en entrevista para el diario Reforma declaró:
 “El mundo del narco va a seguir, porque hoy por hoy no hay una alternativa social ni económica que permita erradicarlo”.
“No es una guerra contra el narco, es una guerra contra una parte del narco para beneficiar a otra parte del narco. Y esa guerra no podía ser nunca una guerra limpia, es una guerra tramposa y, por supuesto, no consiguió ningún objetivo, más que acabar con unos narcos y beneficiar a otros. En México nunca se ha luchado de verdad contra el narco”.

“Yo conocí el narco en México de los años 80 y 90, y he notado una diferencia importante: en aquel tiempo todavía quedaban algunos de los viejos narcos de primera generación, gente que tenía reglas, códigos para mantener la cosa en paz; había hasta un sentido social del narco que era interesante y hasta necesario. Porque la gente pasaba hambre y el narco solucionaba ciertos problemas. Había una parte del narco que, si bien no era aprobable o justificable, sí era comprensible”.

Hacer dinero rápido
“Ese narco más casero, más tradicional, más sereno, violento entre ellos pero no hacia afuera, cuando empezó la ‘guerra contra el narcotráfico’, revolucionó. Cayeron los viejos narcos y surgió una segunda generación que quiso hacerse con el poder, y esos ya no tenían los mismos códigos, principios, sino que querían hacer dinero rápido. Comenzó la guerra abierta, empezó a implicarse a la sociedad civil, y se perdieron los códigos. Y fuimos a un narco cruel, violento, despreciable”.
“No estoy capacitado para hacer predicciones. Lo que no me gusta es su presente. Se les fue de las manos eso a México, y los culpables fueron los gobiernos. Desde Salinas hasta aquí: no jugaron limpio con lo del narco. Nos engañaron a todos, a mexicanos y no mexicanos. No están luchado contra los narcos, están luchando contra los narcos que no eran sus amigos, y están ayudando a esos amigos narcos a deshacerse de los otros narcos”.

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