Alejandro Mario Fonseca
Por allá a mediados de los años 60
del siglo pasado estudié en la Secundaria No. 15 Albert Einstein de la SEP. En aquel entonces el secretario de
Educación Pública era nada menos que Don
Jaime Torres Bodet.
Fue una época maravillosa, además de
literatura, civismo, química y demás
materias científicas, estudié carpintería, dibujo técnico y música.
En la clase de música no aprendí a
tocar ningún instrumento, los recursos didácticos se limitaban a un piano que tocaba el
maestro, mientras que los niños cantábamos.
No me gustó que me clasificaran con
voz de soprano, pero valla que me gustaba cantar. El libro de texto era el Do Re Mi. Y de ese librito todavía me
acuerdo de varias canciones, por ejemplo de Adiós
mamá Carlota. Una canción dedicada a la emperatriz Carlota, esposa de
Maximiliano de Habsburgo.
El ánimo protector y maternal con el
que Carlota vio a los mexicanos durante el Segundo Imperio (1864-1867), la
llevaron a ser conocida como "Mamá Carlota".
Los republicanos hicieron mofa de
ella, y el historiador y militar, Vicente Riva Palacio, le compuso ésta célebre
canción donde satirizaba a los conservadores, a los imperialistas y desde luego
a la emperatriz.
Fernando del Paso: descanse en paz |
Adiós mamá Carlota
Alegre el marinero
con voz pausada canta. Y el ancla ya levanta con extraño rumor. La nave va en
los mares botando cual pelota. Adiós, mamá Carlota, adiós, mi tierno amor.
De la remota
playa, te mira con tristeza, la estúpida nobleza del mocho y del traidor. En lo
hondo de su pecho, ya sienten su derrota. Adiós, mamá Carlota, adiós, mi tierno
amor.
Acábanse en
palacio tertulias, juegos, bailes, agítanse los frailes en fuerza de dolor. La
chusma de las cruces gritando se alborota. Adiós, mamá Carlota, adiós, mi
tierno amor.
Murmuran
sordamente los tristes chambelanes, lloran los capellanes y las damas de honor.
El triste chuchu hermosa canta con lira rota: adiós, mamá Carlota, adiós, mi
tierno amor.
Y en tanto
los chinacos que ya cantan victoria, guardando tu memoria sin miedo ni rencor.
Dicen mientras el viento tu embarcación azota, adiós, mi tierno amor.
Sí, la canción está cargada de sátira
e ironía, de desprecio a la visión conservadora de nuestra historia. Y es que en
la mitología política mexicana se ha abusado del 5 de mayo como una fecha especial, que borra todo lo demás.
No se usted, pero yo me siento muy
orgulloso de lo que sucedió ese día del año 1862. Pero no por ello siento desprecio por
Maximiliano y su esposa Carlota. No debemos caer en el fanatismo y en la
mediocridad, hay que hacer un esfuerzo por comprender cabalmente nuestra
historia.
Noticias del
Imperio
Así que no voy a aburrirlo aquí con
datos históricos que usted ya sabe, prefiero hablar de la otra batalla, la de
las ideas, esa de la que se habla poco pero que todavía está vigente, la de los
liberales contra los conservadores.
Es una batalla mundial que trasciende
las fronteras de toda nación y que se originó en Europa. Puede que tenga sus
raíces profundas en la Grecia antigua, o todavía más allá, en Babilonia o en
Egipto. Se trata del enfrentamiento entre dos grandes deidades, entre dos
grandes ideas: libertad vs seguridad.
Sí usted lee Noticias del Imperio de Fernando del Paso va a descubrir que
tanto Juárez como Maximiliano eran dos grandes liberales.
Es una lástima que los conservadores
mexicanos hayan engatusado a Maximiliano para que viniera a México en calidad
de intruso, de emperador impuesto.
Muy bien pudo haber venido, primero
como turista y ya luego enamorado de México, como un asesor político a
contribuir con el proyecto modernizador del presidente Juárez. Tanto Juárez
como Maximiliano eran hombres ilustrados, dos grandes liberales.
Es una delicia, por ejemplo, releer en Noticias del Imperio las
conversaciones que sostenía Don Benito Juárez en la intimidad con su secretario
Ezequiel Chávez.
No solamente era un gran liberal,
sino que contaba con un profundo respeto por la naturaleza, por la vida: además
de haber sido un gran humanista, se anticipó cien años al pensamiento
ecologista profundo.
Por su parte Maximiliano no cantaba
mal las rancheras, venía de los círculos de la filosofía liberal más avanzados
de Europa. Pero bueno, veamos a manera de homenaje a estos dos grandes
personajes de nuestra historia, algunas perlas de sabiduría progresista,
liberal. Es decir, las ideas básicas del pensamiento moderno tanto de Juárez
como de Maximiliano.
Las ideas
básicas del pensamiento moderno
Kant está en el origen, en su obra ¿Was ist Ausklärung? Escrita en 1784 propone
el fin para el hombre de su minoría de edad (…) minoría, es decir, incapacidad
de utilizar su entendimiento sin la dirección de otro. Se trata nada más y nada
menos que de intentar una “lectura
racional del universo”.
Desde entonces los temas auxiliares
de las principales obras de “La Ilustración” en el siglo XVIII serían: la
primacía de la razón; el papel esencial de la ciencia, y de manera más
innovadora de la técnica; la afirmación del derecho a la libertad y la
felicidad humanas; y el rechazo a una explicación providencialista de la
historia.
En la raíz de la Modernidad como
proyecto está el humanismo de los siglos XIV Y XV, encabezado entre otros, por
Marcilio Ficino, Lorenzo de Medicis, Nicolas de Cusa, Erasmo y Vives.
El antecedente político se da en las
ciudades italianas, en donde aparecen las disciplinas morales basadas en la
recuperación de los antiguos (griegos y romanos): surgen la gramática, la
retórica y la diplomacia.
El proyecto de la Ilustración propone
el triunfo de la razón humana sobre la base de un nuevo conocimiento
científico, moral y estético. La Modernidad como proyecto fue un esfuerzo
sistemático de desacralización y de laicización del pensamiento y de la vida.
Lo novedoso no era la idea de la
primacía de la razón, sino de la fuerza con que se proclamaba, consecuencia de
la revolución científica del siglo XVII.
Hasta
siempre Don Fernando
Valgan estas notas como un modesto
homenaje a Don Fernando del Paso el gran escritor mexicano que falleció el día
de ayer 14/11/18. Con toda seguridad Noticias
del Imperio pasará a la historia como uno de los grandes clásicos de la
literatura universal.
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