Alejandro Mario Fonseca
Yo nací en Tacuba, mi primera
infancia la viví en la casa de mis abuelos, cerca de Chapultepec, crecí en
Popotla y ya mi adolescencia y primera juventud fueron en Tlatelolco. Todos
asentamientos prehispánicos antiguos basados en la fertilidad de la tierra y en
el agua.
Ahora vivo en Cholula, un asentamiento mucho más antiguo, probablemente el primero de
América: el primer brote de civilización
que se dio unos nueve siglos antes de nuestra era. Cholula se ha mantenido viva
hasta el presente, con más de 2900 años de historia.
“Cholollan ypan tlalxictli” significa
Cholula sobre el ombligo de la tierra. También hace referencia al “lugar de
manantiales donde brota agua abundante” y “lugar de los que brotan ríos y
canales de agua”.
Cuando llegaron los españoles Cholula
estaba sometida por los aztecas, que dominaban gran parte de Mesoamérica desde
la gran Tenochtitlan. La
capital de los mexicas era una de las
mayores ciudades de su época en todo el mundo y fue la cabeza de un
poderoso Estado.
Tacubaya: Paraíso perdido. WikiMéxico |
Una ciudad
de agua
El auge de Tenochtitlan se realizó a
costa del tributo pagado por los pueblos sometidos a su poder. Pero
también, debido a sus recursos: la cuenca de México era rica en
recursos naturales. Los mexicas aprovisionaban la ciudad mediante una
agricultura intensiva con cultivo en tierra firme, en chinampas (cultivos
flotantes en pantanos y orillas de los islotes) y el aprovechamiento de la
fauna ribereña (peces, aves, ajolotes, ranas, acociles, insectos,
sal, algas, conejos, venados, garzas).
El uso de la canoa era fundamental
para el tejido de una red complicada que movía el sistema económico mediante el
intercambio y la movilidad de los productos y los insumos necesarios para la
agricultura como tierra especial para la elaboración
de chinampas y fertilizantes naturales como el excremento
humano.
El asentamiento en el entorno
lacustre exigió sistemas hidráulicos para el aprovechamiento de los recursos
naturales y la contención de las aguas para evitar que la ciudad se anegara con
aguas salobres y se abasteciera de agua dulce, así como para cultivos y la
propia circulación hacia lo interno y externo de la ciudad.
Se hicieron necesarias entonces obras
complejas de control y cultivo (así como de cómputo y conocimiento de ciclos y
factores climáticos) que permitieron producir alimentos en volumen para una
mega urbe que desarrolló sistemas complejos agrícolas, base de su economía y
subsistencia.
Tecnología
hidráulica
Los mexicas construyeron y
cultivaron chinampas, parcelas superficiales sustentadas con pilotes y
gruesas capas de tierra regadas con canales (acalotes) y por
infiltración propia del lecho donde estaban asentadas. También idearon sistemas
de riego mediante canales, presas (hechas con madera, piedra o
lodo) diques, compuertas y depósitos pluviales.
De los dos acueductos surtidos por
los manantiales Acuecuexcatl, Zochcoatl y Tiliatl de Coyoacán y Churubusco, así
como de los ubicados en el Templo Mayor y en Zoquiapan, se distribuía el agua
mediante caños descubiertos hacia fuentes públicas y casas de nobles.
La construcción del Albarradón de
Nezahualcoyotl es en honor a su constructor y aliado de la ciudad estado
de Texcoco. El dique fue un trabajo de cestería que tuvo un grosor de 3,5
m de ancho y una altura desde el fondo del lago de 8 m.
Fue construido entrelazando troncos
de árboles, rocas impermeables y arena. El dique tenía compuertas para permitir
el paso del agua y de las canoas. Si se elevaba el nivel del agua las
compuertas eran cerradas para evitar una inundación, también tenía el dique el
deber de evitar que se mezclaran las aguas saladas del lago de Texcoco,
Xaltocan y Zumpango y otros pequeños lagos que había más al norte con los lagos
de Xochimilco y Chalco.
Del paraíso
al infierno
Y aquí le paro, usted puede encontrar
mucha más información en libros y revistas especializados, o si usa la
computadora, recurra a la Wikipedia.
Lo que intento es destacar a grandes rasgos la gran armonía medioambiental en
la que vivían nuestros antepasados indígenas.
Fueron cinco siglos de lento
deterioro de dicha armonía, que se aceleraría con el inicio de la
industrialización y la urbanización masivas sin ninguna planeación de mediados
del siglo XX.
El campo fue abandonado a su suerte,
los lagos y ríos se secaron, y lo que vive hoy la Ciudad de México es escasez
de agua, con tolvaneras e inundaciones alternadas: un verdadero infierno.
Y como en la fiesta taurina, “el
puntillazo final al toro agonizante”, lo intentaría dar el presidente Peña
Nieto aliado con malos empresarios ávidos de amasar fortunas fácilmente: se iniciaría
la construcción del nuevo aeropuerto en el antiguo lago de Texcoco.
Pero no contaban con el triunfo
arrollador de Andrés Manuel López Obrador y “el toro seguirá vivo”. Y la verdad
yo veo casi imposible devolverle a la Ciudad de México el esplendor perdido. Ya
veremos si por lo menos presentan un plan de rescate conscientemente planeado.
Cholula
todavía es rescatable
Pero regresando a la localidad donde
vivo actualmente, el municipio de San Pedro Cholula también era una ciudad de
agua. Bueno, ahora el agua ya no está a flor de tierra, sino en los mantos
subterráneos gracias a los escurrimientos del volcán Popocatépetl.
Y el beneficio no es nada más para
Cholula, sino también para las comunidades vecinas, sobre todo las del sur
poniente. Por ejemplo la Junta Auxiliar San Agustín Calvario se llamaba
originalmente Ixtlamatitla Texcahuaca, que
significa “lugar de los espejos de agua”.
Así que nuestro municipio sigue
siendo fundamentalmente agrícola. El 50 % del territorio sigue cultivándose y
Cholula produce gracias a la calidad de su tierra y al agua limpia y pura del
volcán, hortalizas, verduras y flores.
Además los municipios vecinos como
los de Huejotzingo, Cuanalá y demás, siguen cultivando frutas de excelente
calidad. Por no hablar de la producción de nueces y frutas de temporada como
las de Calpan y sus alrededores.
Sin embargo, la mancha urbana de la
ciudad de Puebla sigue creciendo hacia acá. Además la agricultura está dejando
de ser rentable y muchos campesinos prefieren vender a seguir sufriendo. ¿Habrá
quién pare todo esto?
Los nuevos gobiernos de Morena en sus
tres órdenes están obligados a frenar el deterioro del campo cholulteca.
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