Por José Luis Hernández
Jiménez
¿Hay alguien ahí, o ya se extinguieron, como los dinosaurios?
Pregunto porque hace unos días pasé por sus oficinas de las calles de Benjamín
Franklin y de Monterrey, en la colonias Condesa y Roma, de la CDMX, y…toc toc, toc
toc,…y… ni las moscas, nadie abrió.
¿Es que ya no hay nadie en el Partido de la Revolución
Democrática (PRD)?, me pregunté a mí mismo.
Como los medios de comunicación masiva, ya no lo pelan…pues
yo diré algo bueno.
¡Ah! lo que pasa es que sus dirigentes estaban, del 16 al 18
de noviembre, en su XV Congreso Nacional, discutiendo, como acostumbran: a
sillazos, botellazos, empujones y mentadas de todos contra todos, qué hacer con
lo que sobra de dicho Partido.
Al final arribaron a curiosas conclusiones: eliminar de su
seno las Corrientes de Opinión, desaparecer al Comité Ejecutivo Nacional, en su
lugar elegir una Dirección Nacional Colegiada Extraordinaria, con un integrante
de las principales Corrientes de Opinión (sic), crear un Órgano Consultivo de
Política Estratégica, decretar que la edad de sus jóvenes sea hasta los 35
años, mantener mismos logo, color, nombre, lema, logotipo, línea política “de
izquierda”.
PRD entre peleas y renuncias
definirá su futuro en 2019 -
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Realizar otro Congreso Nacional los días que van del 24 al 31
de marzo del 2019 y el 8 de abril elegir una nueva Dirección Nacional, con el
apoyo del INE. ¿Cinco meses para organizarse? ¡Yes! ¡Qué eficiencia!
Y lo anterior sin contar los cuatro meses transcurridos desde
el día de las elecciones federales. ¿Tan duro estuvo el golpe electoral, del que
aún no se reponen y no saben qué hacer? Eso parece. Los perredistas quedaron
muy atolondrados.
¿Qué le pasó al Partido del sol azteca, que en sus buenos
tiempos llegó a ser la segunda y/o tercera fuerza electoral del país, hasta con
el 35 por ciento de la votación? Pues nada, que sus principales dirigentes, con
su ambición imparable, casi logran acabar con él, pues recién bajó al 5 por
ciento de la votación.
Es como que si sus HH dirigentes (casi) se hubieran acabado
de comer, en apenas 29 años, a la gallina de los huevos de oro. Con decirles,
estimados cuatro o cinco lectores, que dichos dirigentes, están deshaciéndose
de sus propios trabajadores.
Sí, el PRD, acordó liquidar a sus trabajadores de base
(¿200?) pues, luego del desastre electoral, dicen, se quedó sin dinero. Ya que.
Y los primeros paganos son los de siempre, los de abajo.
La crisis de dicho Partido no empezó con los comicios del 1
de julio. Ese solo fue el desenlace de diversas decisiones erróneas tomadas, al
menos, desde 1996, cuando los principales líderes partidarios de entonces, se
confabularon para deshacerse del único dirigente social y político de prestigio
nacional e internacional, con idea de Partido, trayectoria en la izquierda y visión
de futuro, Heberto Castillo Martínez. Se enojaron con él porque los acusó de “cupulares”;
es decir, porque acostumbraban decidir el rumbo partidario, desde la cúpula.
Aquel año, entre todas las fuerzas vivas de ese Partido, y
con una elección fraudulenta – la primera de muchas posteriores – entronizaron
en el poder partidario al alfil del todopoderoso del momento, el Ing.
Cuauhtémoc Cárdenas.
Pero en el pecado llevaron la penitencia ya que, ese recién
electo Presidente del PRD, Andrés Manuel López Obrador (sí, el mismo que hoy es
Presidente electo de la República), con pragmatismo puro, designó como su
segundo de a bordo (Secretario General) a don Jesús Ortega Martínez; cabeza del
grupo que luego se conoció como “Los Chuchos” y como Secretaria de
Organización, a doña Rosario Robles Berlanga; A aquel, con la encomienda de
organizar la estructura partidaria y a ella con el encargo directo de don Peje,
de crear lo que llamaron las “brigadas del sol”, para hacer competitivo al PRD.
El resultado fue desastroso para el Partido en su conjunto
pues, por un lado, el grupo beneficiado
se fue quedando con el PRD y, por otro, la distinguida dama citada, fue el
instrumento para liquidar a los Comités de Base (la base partidaria organizada)
y de pilón, para acabar con la mística de servicio que caracterizaba a los
luchadores sociales y partidarios, formados en las izquierdas de entonces, porque
a los brigadistas “del sol”, se les empezó a pagar un salario por su labor. O
sea, hicieron a un lado a los militantes y dieron paso libre a los empleados
“partidarios”.
¿Y el Presidente del PRD? Se desentendió del Partido; su
labor era andar de gira en gira, lo que no estaba mal. El problema era que no
le interesaba el destino del aparato partidario. El PRD quedó en manos de “Los
Chuchos”, que ahí se fortalecieron, y de líderes de otras Corrientes que no
eran tales sino meros grupos de interés
y de presión, creados para repartirse el poder interno y su consecuente poder
externo.
El resultado fue contradictorio y negativo, ya que, por una
parte, el poder político y económico apareció en el horizonte cercano del PRD;
pero por otra, a sus dirigentes ya no les interesó otra cosa que pelearse entre
ellos, por los “güesos” de todo tipo.
Sí, como en el PRI. ¿Fomentar
la discusión política, elaborar diagnósticos de la realidad, acordar propuestas
de acción para promover su ideario, proponer soluciones a los grandes problemas
del país, capacitarse para un buen ejercicio de cargos legislativos o gubernamentales?
Nada. Su interés prioritario desde entonces, es el reparto del poder.
Y así sucesivamente.
Por eso no es de extrañar que ante dicha manera de mal
dirigir al PRD, hoy enfrente una situación que se acerca a la extinción del
mismo.
Las conclusiones de su reciente Congreso, no parecen hechas
para fortalecerlo. Al contrario. Por lo pronto ha desaparecido de la escena política.
Claro, la mayoría de los perredistas, con todo y mañas aprendidas, ya se fueron
al P. Morena, el nuevo Partido de Estado.
A los que quedan en el PRD, solo les queda esperar el hundimiento
total de dicha nave. A menos que vuelvan a empezar, de antemano con una
autocrítica pública y seria, dispuestos a retomar los principios y causas
originales:
Poner al Partido al servicio de la sociedad, practicar en su vida
interna los postulados democráticos que proclaman en sus documentos, enarbolar
las causas de los abandonados por todos los Partidos, es decir, los
trabajadores de la ciudad y del campo, abanderar propuestas a favor de la
preservación de un medio ambiente limpio, combatir el principal problema del
país, o sea, la desigualdad, plasmar en sus acciones a la ética como sello
primordial, etc.
Eso digo yo. Y ustedes, estimados cuatro o cinco lectores,
¿qué opinan?
Notitas: Una.- Que MITRE (el prestigiado centro de investigación que da el
visto bueno a la construcción de nuevos aeropuertos en todo el planeta), volvió
a insistir en su dictamen: desde el punto de vista técnico, la opción escogida
por don Peje y compañía, Santa Lucia y etc., no es conveniente para nadie.
Dos.- Que por cierto, el BBVA presentó
otro estudio en donde precisa que la pérdida global por la cancelación del NAIM
en Texcoco, ¡asciende a 830 mil millones de pesos! ¡Casi el doble de lo que se
pretende recuperar evitando la corrupción! Y una aclaración de mi parte es que
no son 45 mil los trabajadores que se quedan sin empleo con dicha cancelación,
sino 51 mil, entre empleos directos, indirectos y los que dependen de
microempresas, damnificadas por el mismo motivo.
Tres.- Que es cierto: si AMLO hizo 100
declaraciones sobre el uso del ejército para amainar la inseguridad que se vive
en el país, 99 de ellas fueron para criticar tal decisión, y solo una, la
primera, recién iniciada la tal militarización, para decir que estaba de
acuerdo. Recuérdese que quien primero pidió la tal militarización fue el
entonces Gobernador de Michoacán, Lazaron Cárdenas Batel, hoy flamante coordinador
de asesores de don AMLO, lo cual fue muy criticado. Entonces los periodistas
preguntaron a don Peje que hubiera hecho él, y respondió: “lo mismo”. Así que
no nos extrañe su decisión de ampliar la militarización del país con su Plan
Nacional de Paz y Seguridad, 2018-2024.
Cuatro.- Que en lo que sí estoy de acuerdo con el
Coordinador de los Senadores del Morena, don Monreal, aunque se enoje el
Presidente electo, es en que hay que limitar drásticamente las ganancias de los
dueños de los bancos. Son una bola de agiotistas e improductivos.
Cinco.- Que a partir del 1 de diciembre, tendremos
nuevo Presidente constitucional. ¡Qué emoción!
Seis.- Que ¿ya hacen ejercicio diario,
estimados y estimadas? ¡ggggrrrrrr! ¡Anímensen!
Correo E hernandez-jimenez2012@hotmail.com
México, CdMx, a 24 de Noviembre del 2018.
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