martes, 27 de noviembre de 2018

¿Cultura para quién?

Alejandro Mario Fonseca
Cuando llegué a trabajar a Puebla por allá a mediados de los años 70 del siglo pasado, había un incipiente fomento a las actividades culturales.
Fue durante el gobierno estatal de Don Alfredo Toxqui cuando se impulsó con decisión la música clásica, por citar tan sólo un ejemplo. Competían dos instituciones,  una estatal, Puebla Ciudad Musical y otra apoyada por la iniciativa privada, Sociedad de Conciertos.
Ambas organizaciones competían por traer a Puebla orquestas sinfónicas de prestigio internacional, que incluían solistas famosos, valets,… etcétera. Me acuerdo muy bien que hasta incluían conciertos de Jazz, algo inusitado en Puebla.
Las funciones se presentaban los viernes en el Auditorio de la Reforma, allá en la zona de los Fuertes de Loreto y Guadalupe. Era el único lugar “apropiado” para conciertos de música clásica, el día de hoy existen algunos otros.
Eran dos temporadas muy apreciadas por los que nos interesábamos en ellos. Y si bien el esfuerzo por realizarlos fue muy loable, el problema era que, aunque regalaban un porcentaje de los boletos, les resultaba muy difícil llenar el auditorio.
En Puebla no existía un público educado para apreciar la música clásica: resultaba elitista. ¿Por qué?

Pandora en Puebla...

¿Cholula Ciudad Cultural?
Regresando a la actualidad, suena bien, muy bien: “Cholula Ciudad Cultural”. Nadie en su sano juicio puede oponerse a este proyecto. De eso se trata, para que la vida valga la pena hay que hacerla valiosa, más  humana.
El anterior gobierno municipal de Cholula, el de J. J. Espinosa y al parecer también el del actual alcalde, el Doctor Arriaga que es de continuidad, impulsaron y los siguen haciendo actividades culturales, especialmente musicales.
Y también como en la ciudad de Puebla de hace 40 años, aquí en Cholula hay un interés ciudadano por realizar actividades culturales y asociaciones civiles como Pro Cholula y otras  hacen lo propio.
Es una lástima que los esfuerzos altruistas de éstas últimas hayan mermado a raíz del último sismo que cerró la 5 de mayo y obligó a que también cerrará la Casa del Puente, que era la cede de las mismas. Sin embargo Fabián Jiménez uno de sus principales dirigentes de Pro Cholula, sigue haciendo lo que puede.
Pero la Casa del Puente no solamente presentaba conciertos de cámara, coros, recitales,… y exposiciones de todo tipo, rescatando las actividades culturales y artesanales de la región de Cholula, sino que también fomentaba la educación cultural a través de conferencias, talleres, cursos, etcétera.
Y es precisamente en esto último en lo que falta mucho por hacer. Si no se fomenta la apreciación musical, para seguir con el mismo ejemplo, nunca va haber público que aprecie la buena música. Dicho esto, haré un paréntesis conceptual y regresaré al final sobre este punto.

Barbarie vs Cultura
Los humanistas del Renacimiento lo prefiguraron y los pensadores de la Ilustración lo plasmaron en un ambicioso proyecto: la Modernidad, el triunfo de la razón humana.
El proyecto de modernidad sigue siendo válido: el ser humano en su máximo potencial científico, ético y estético; en suma, el hombre culto.
Atrás, muy atrás en el tiempo está la idea de progreso, la idea de que el ser humano es perfectible. Se trata de una idea judeocristiana que concibe la historia de la humanidad de manera lineal en la que las sucesivas etapas van perfeccionando no sólo al individuo humano, sino a la sociedad en su conjunto.
Desde luego que ahora, a primera vista todo esto suena de locos, basta tan sólo con abrir el diario, o el internet, o las noticias televisivas y constatar que la barbarie está ganándole la batalla a la cultura.
La corrupción, la violencia, la pobreza  y todo lo demás son el pan de cada día. Incluso el mismísimo presidente Peña Nieto argumentaba “la corrupción es cultural”, como diciéndonos “háganle como quieran”. Pareciera que no hay manera de que el vendaval de perniciosa maldad amaine un poquito.
 Esta “civilización” que nos tocó vivir se opone frontalmente a todo lo que suena a humanismo, bondad, humildad, generosidad, gratitud, solidaridad, amor,…, y demás virtudes humanas.
Es decir, una “civilización maligna” en contraposición a una “cultura benigna”. O para decirlo en términos más claros, la “maldita civilización” contra la “bendita cultura”.

¿Qué es la cultura?
Y es que desde su origen romano estuvieron separadas: se trató de una prefiguración de las dos esferas, material y moral en la que se puede ver el moderno dualismo de civilización como cultura material (zivilisation) y valores de cultura (kultur). Kultur ha tenido siempre algo de cultura espiritual.
Ya con Kant, en plena Ilustración, los términos se aclaran: Estamos educados en muy alto grado en el aspecto del arte y de la ciencia, estamos civilizados en todo a lo referente a las formas y las convenciones sociales.
Pero para considerarnos ya adelantados moralmente, todavía falta mucho. En efecto, la idea de moralidad se incluye aún en la cultura.
¿Qué hacer? Ciudadanizar, humanizar nuestras instituciones. ¿Cómo? Perseverancia es la respuesta, lo que tenemos que hacer es estar alertas, más alertas que nunca vigilantes y organizados: más organizaciones ciudadanas culturales.
Y los nuevos gobiernos de Morena, en sus tres órdenes  están obligados a impulsar a lo ancho y largo del país organizaciones ciudadanas de todo tipo, que poco a poco vayan enderezando el camino.

Fomento cultural
Y ya para finalizar, insisto, qué bonito suena “Cholula Ciudad Cultural”, pero reflexionemos, las distintas actividades “culturales” que realizan e impulsan nuestras autoridades municipales ¿lo son realmente?
No tengo nada en contra de los conciertos de música popular, como los de Pandora, los Ángeles Azules o Yuri. Pero hay que hacer un esfuerzo por elevar el nivel cultural.
El espectro cultural, cuando se abusa de lo “popular”, queda muy limitado.  Hay que ir elevando poco a poco, o mejor dicho, mucho a mucho, la calidad de los conciertos; al tiempo que se fomenta la apreciación musical. No sólo hay que difundir la cultura, también hay que fomentarla.

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