Alejandro Mario Fonseca
Trump cumplió su promesa y Estados
Unidos se salió del Acuerdo de París para el Cambio Climático. ¿En
qué consistía el compromiso ratificado por su antecesor, Barack Obama, en 2015
y cuáles son las consecuencias que tuvo tanto para el país como para el resto
del mundo?
Se trató del primer pacto
internacional para reducir la emisión de gases contaminantes de efecto
invernadero a la atmósfera. Fue ratificado en París a finales de 2015 por casi
200 naciones, entre las que se encontraban Estados Unidos y China, los dos
mayores contaminantes del mundo.
Barack Obama en París. |
Para los expertos el éxito del
acuerdo radicaba en que no imponía una legislación a cada uno de los países que
después debía ser ratificada por sus parlamentos o congresos. Las naciones
firmantes simplemente debían anunciar qué porcentaje de emisiones se
comprometían a reducir y en qué plazo.
Así, Estados Unidos pretendía una
reducción de sus emisiones contaminantes de entre un 26% y 28% para 2025 con
respecto a los niveles de 2005. Los expertos aseguran que al cancelar Trump las
políticas energéticas de Obama, solo lo reducirá un 14%.
La opinión de Trump sobre el cambio
climático ejemplifica su carácter fanfarrón. En 2012, aseguró que el calentamiento
global era un concepto inventado por China para dañar a la industria
norteamericana. Lo escribió en Twitter y desde entonces la frase lo desnuda: “El concepto de calentamiento global fue
creado por y para los chinos para hacer no competitiva a la manufactura de EE
UU”.
Un loco con
un inmenso poder
Durante su campaña electoral, Trump
repitió varias veces que el cambio climático era una mentira, un “engaño”, pero
luego negó haberlo dicho. “Creo que hay un cambio en el tiempo. No soy un gran
creyente en la contribución del hombre al cambio climático”, dijo en una
entrevista en marzo de 2016.
Y el pobre ignorante más poderoso del
mundo remató cantinfleando: “Había enfriamiento global en los 1920 y ahora
tienen calentamiento global pese a que no saben si tienen calentamiento global.
Lo llaman todo tipo de cosas”.
Ya presidente Trump aseguró
tener una “mente abierta” sobre el asunto, pero puso a un ignorante al frente
de la agencia medioambiental y ha diluido las regulaciones impuestas por el
gobierno de Barack Obama.
Hay que recordar que en 2009, antes
de la cumbre del clima de Copenhague, Trump fue uno de los 50 líderes
empresariales que firmó un anuncio en una página entera en el
diario The New York Times en que se instaba a Obama a defender
“medidas significativas y efectivas para combatir el cambio climático”.
También le pedían adoptar “el cambio
necesario para proteger a la humanidad y nuestro planeta”. Firmaba la carta
Trump y sus tres hijos mayores, entre ellos su hija Ivanka, que ha sido una de
las principales defensoras de permanecer en el Acuerdo de París.
Y después fue Trump al que le
escribieron cartas líderes empresariales pidiéndole que no se saliera del pacto
internacional. Los ignoró. ¿Qué más podíamos esperar de un palurdo ignorante
ostentando el máximo poder político y económico del mundo?
Trump se
burla de Greta Thunberg
Ya loco, la semana pasada
Trump, se burló de la activista
climática sueca Greta Thunberg en Twitter, a última hora de la noche del lunes,
luego de que la joven de 16 años criticara severamente a los líderes mundiales por
no hacer lo suficiente para enfrentar la crisis climática.
“Parece una niña muy feliz que espera
un futuro brillante y maravilloso. ¡Qué lindo verla!”, escribió Trump en
Twitter, respondiendo a un video del discurso de Thunberg en la
cumbre de acción climática de las Naciones Unidas más temprano ese día.
La afición de Trump por los insultos
en Twitter y las confrontaciones en línea con personas que él ve como
adversarios políticos es bien conocida, aunque el tuit del lunes es una muestra
sorprendente de que el presidente ahora estaba provocando a una niña.
Thunberg pareció tomar con calma el
desaire de Trump y el martes por la mañana actualizó su biografía de
Twitter así: “Una niña muy feliz que espera un futuro brillante y maravilloso”.
En el video compartido por Trump de
su discurso, Thunberg está visiblemente frustrada y, a veces, parece contener
las lágrimas de ira mientras se dirige a la Asamblea General de la ONU.
“La gente está sufriendo, la gente
está muriendo, ecosistemas enteros se están derrumbando. Estamos en el comienzo
de una extinción masiva y de lo único que se puede hablar es de dinero y
cuentos de hadas del crecimiento económico eterno”, dijo Thunberg.
No mencionó a Trump ni a ningún otro
líder mundial en su discurso, pero su mensaje fue puntual. (Cfr. CNN en español).
Planeta
inhóspito
El Acuerdo de París para el Cambio
Climático (2016) fue el corolario, la consecuencia lógica de un fenómeno
que los científicos más prestigiados del mundo vienen estudiando desde hace ya
medio siglo.
Una sola
tierra de Barbara Ward y René Dubos, publicado en
1972 es el informe de la primera Cumbre de la Tierra, la de Estocolmo
auspiciada por la ONU; después vendrían Los
límites del crecimiento del Club de Roma y las Cumbres de la Tierra de Río d Janeiro (1992) y Johannesburgo
(2002). En todas, la ONU ha convocó a
los mejores científicos del mundo para
dar cuenta de la problemática ambiental
mundial.
Si a alguien le sirve de consuelo, entre
ellos destaca el mexicano Mario Molina, que ganó el Premio Nobel de química en 1995 por su
papel en la dilucidación de la amenaza a la capa de ozono de la Tierra por
parte de los gases de cloro, bromo, dióxido de carbono, etc.
Así mismo, sus investigaciones y
publicaciones sobre el tema condujeron al Protocolo de Montreal de las Naciones Unidas, al primer tratado
internacional que ha enfrentado con efectividad un problema ambiental de escala
global y de origen antropogénico. Ya se le reconoce como Un mexicano universal.
¿Cuándo aumentarán las temperaturas?
Muy pronto. Hasta el 5% de la población mundial será víctima de inundaciones.
Entre 1014 y 2019 el mar subió 5 mm al año. Paralelamente se han incrementado
los huracanes, las inundaciones, incendios, sequías y hambrunas.
Como las ranas en una olla que se
está calentando lentamente no queremos aceptar que nos acercamos al punto de
ebullición. No lo ve el que no quiere verlo. (Cfr. El País).
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