jueves, 14 de noviembre de 2019

Estudio escarlata

Alejandro Mario Fonseca
En la navidad del 2017 me hice un auto regalo, Cuentos macabros, de Edgar Allan Poe. Una obra de arte traducida nada menos que por Julio Cortázar e ilustrada por Benjamín Lacombe (Ed. Edelives).

Ahora que escribo esta columna me solazo con esta edición de lujo. Qué delicia al tacto, a la vista, y además qué bien huele. Hojeo el libro y disfruto de sus hermosas ilustraciones: ¡Qué maravilla!

Pero lo más encantador de la edición es la traducción del argentino Julio Cortázar, uno de los más grandes escritores de nuestra lengua en el siglo XX. La belleza de la prosa de Poe se magnifica con una traducción exquisita.
Cuentos Macabro Edgar Allan Poe

Para Cortázar, la obra de Poe resultaba tan profundamente temporal como para vivir en un profundo presente, tanto en las vitrinas de las librerías como en las imágenes de las pesadillas, en la maldad humana y también en su búsqueda de ciertos ideales y de ciertos ensueños.

Y sí, Poe resulta de una actualidad impresionante. Fue escritor, poeta, crítico y periodista romántico. Reconocido como uno de los maestros universales del relato corto, renovador de la novela gótica y recordando especialmente por sus cuentos de terror.

Y lo que hoy quiero recuperar en esta nota, son sus cuentos policiacos, el antecedente de la novela negra, y especialmente una de sus máximas creaciones: la figura del detective.


Las raíces de la novela negra
Chevalier Auguste Dupin, conocido como  Dupin, es un detective de ficción creado por Edgar Allan Poe. Dupin hizo su primera aparición en  Los crímenes de la calle Morgue (1841), considerado el primer relato policial.

 Vuelve a aparecer en El misterio de Marie Rogêt (1842) y en La carta robada (1844). Dupin no es un detective y sus motivaciones para resolver los misterios van cambiando a través de los tres relatos.

 Haciendo uso del raciocinio, combina su considerable intelecto y creatividad  poniéndose a sí mismo en la mente del criminal. Estos talentos están tan desarrollados que parece leer la mente de su acompañante, el narrador anónimo de las tres historias.

Poe creó a Dupin incluso antes de que fuera conocido el término detective. No se sabe a ciencia cierta qué lo inspiró, pero el apellido Dupin parece provenir del inglés duping, engañar o timar.
 Este personaje sentó las bases para la creación de nuevos detectives ficticios, incluyendo a Sherlock Holmes y Hércules Poirot, y estableció los elementos más comunes del género policial clásico.

Arthur Conan Doyle​ fue un escritor y médico británico, creador del célebre detective de ficción Sherlock Holmes. Fue un autor prolífico cuya obra incluye relatos de ciencia ficción, novela histórica, teatro y poesía. (Cfr. Wikipedia).

Estudio en escarlata  (o Un crimen extraño), escrita por Conan Doyle en 1887, es reconocida por ser la primera novela en que aparece el perso­naje de Sherlock Holmes, ícono del re­lato policíaco. 


Un crimen extraño
En esta obra, el detective conoce a su fiel acompañante y amigo, Watson, doctor en medicina por la universidad de Londres. Este último, de regreso de Afganistán, donde había trabajado como doctor militar durante la guerra, se halla a la búsqueda de un lugar donde vivir.

A través de un amigo suyo, quien le comenta que conoce a una persona en su misma situación, conoce a Holmes. Estos dos caballeros deciden compartir el departamento 221b de la calle Baker.

Allí Watson empieza a conocer a su compañero, su afición al violín, al tabaco de pipa y a la resolución de complicados casos. Los hechos de la novela suceden en el último cuarto del siglo XIX en Inglaterra. En su estructura, la novela está dividida en dos partes bien diferenciadas.

La primera se titula Copia de las memorias de John Watson, ex médico mayor del Ejército inglés  y está narrada en primera persona por Watson, quien describe el primer misterio en el que siguió las investigaciones de Holmes. El caso en cuestión surge ante el hallazgo de un cadáver en una casa abandonada en Brixton, con la palabra RACHE escrita en letras de sangre en la pared.

La segunda parte lleva como título La tierra de los santos y da un salto en el espacio y en el tiempo para situarse dos décadas atrás en Estados Unidos, en Salt Lake City, la tierra de los mormones. Allí se produce un asesinato, el cual es ejecutado por danitas presentes en el territorio.

En el último capítulo de esta parte se retorna a la historia inicial narrada por Watson y se cuenta la solución del caso. Aquí se pone en juego la relación de las dos partes que componen el libro, que al principio parecen autónomas y, por tanto, sin ligazón entre sí. El motivo del crimen resulta ser esencialmente la venganza por un amor perdido. (Cfr. No tan resumido,  Ed. La estación Loreley El Jaber Bs.As.,2009)



Para historias de terror: el México de nuestros días
No le cuento más, lea la obra y entérese de los orígenes de Utah, uno de los 50 estados de USA, donde Salt Lake City su capital, se centra en torno a la Manzana del Templo, la sede principal de la iglesia mormona que tiene un templo majestuoso y un tabernáculo, con su enorme cúpula y su  famoso coro.

La familia Le Barón es un gran clan mormón que vive en Galeana, Chihuahua. Venían de Utah y se asentaron en México desde 1924. Son practicantes de la rama más ortodoxa que defiende la poligamia.

Julián Le Barón, uno de sus líderes, es agricultor y además de mexicano tiene la nacionalidad estadounidense. El 2 de mayo de 2009 su hermano Erick fue secuestrado y liberado una semana más tarde. Desde entonces Julián se convirtió en un importante activista defensor de los derechos humanos a nivel nacional.

Diez años después el clan Le Barón se ve nuevamente envuelto en una tragedia en la que tres de sus mujeres y seis niños mueren incinerados en medio de una disputa entre bandas criminales.

No deja de sorprenderme que la historia de los mormones, un clan que sigue un estricto código de salud, que prohíbe el consumo de tabaco, alcohol, té y café; en suma, un clan de puritanos, se vea involucrado desde sus orígenes en historias de terror.

Pero más allá de lo apasionante actualidad de las historias de terror de Edgar Allan Poe y de los cuentos policíacos de Conan Doyle, tampoco deja de aterrorizarme el nuevo desplante del psicópata Donald Trump. ¿Realmente le está ofreciendo ayuda al Presidente López obrador o lo está amenazando? 

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