Alejandro Mario Fonseca
En la navidad del 2017 me hice un
auto regalo, Cuentos macabros, de
Edgar Allan Poe. Una obra de arte traducida nada menos que por Julio Cortázar e
ilustrada por Benjamín Lacombe (Ed. Edelives).
Ahora que escribo esta columna me
solazo con esta edición de lujo. Qué delicia al tacto, a la vista, y además qué
bien huele. Hojeo el libro y disfruto de sus hermosas ilustraciones: ¡Qué
maravilla!
Pero lo más encantador de la edición
es la traducción del argentino Julio Cortázar, uno de los más grandes
escritores de nuestra lengua en el siglo XX. La belleza de la prosa de Poe se
magnifica con una traducción exquisita.
Cuentos Macabro Edgar Allan Poe |
Para Cortázar, la obra de Poe
resultaba tan profundamente temporal como
para vivir en un profundo presente, tanto en las vitrinas de las librerías como
en las imágenes de las pesadillas, en la maldad humana y también en su búsqueda
de ciertos ideales y de ciertos ensueños.
Y sí, Poe resulta de una actualidad
impresionante. Fue escritor, poeta, crítico y periodista romántico. Reconocido
como uno de los maestros universales del relato corto, renovador de la novela
gótica y recordando especialmente por sus cuentos de terror.
Y lo que hoy quiero recuperar en esta
nota, son sus cuentos policiacos, el antecedente de la novela negra, y especialmente
una de sus máximas creaciones: la figura del detective.
Las raíces
de la novela negra
Chevalier Auguste Dupin, conocido como Dupin, es un
detective de ficción creado por Edgar Allan Poe. Dupin hizo su primera
aparición en Los crímenes de la calle Morgue (1841), considerado el primer
relato policial.
Vuelve a aparecer en El misterio de Marie Rogêt (1842) y en La carta robada (1844). Dupin no es un detective y sus motivaciones
para resolver los misterios van cambiando a través de los tres relatos.
Haciendo uso del raciocinio, combina su
considerable intelecto y creatividad poniéndose a sí mismo en la mente del
criminal. Estos talentos están tan desarrollados que parece leer la mente de su
acompañante, el narrador anónimo de las tres historias.
Poe creó a Dupin incluso antes de que
fuera conocido el término detective. No se sabe a ciencia cierta
qué lo inspiró, pero el apellido Dupin parece provenir del inglés duping,
engañar o timar.
Este personaje sentó las bases para la creación
de nuevos detectives ficticios, incluyendo a Sherlock
Holmes y Hércules Poirot, y estableció los elementos más comunes del
género policial clásico.
Arthur
Conan Doyle
fue un escritor y médico británico, creador del
célebre detective de ficción Sherlock Holmes. Fue un autor
prolífico cuya obra incluye relatos de ciencia ficción, novela histórica,
teatro y poesía. (Cfr. Wikipedia).
Estudio en
escarlata (o Un crimen extraño), escrita por Conan Doyle en 1887, es reconocida
por ser la primera novela en que
aparece el personaje de Sherlock Holmes, ícono del relato
policíaco.
Un crimen
extraño
En esta
obra, el detective conoce a su fiel acompañante y amigo, Watson, doctor en medicina por
la universidad de Londres. Este último, de regreso de Afganistán, donde había
trabajado como doctor militar durante la guerra, se halla a la búsqueda de un
lugar donde vivir.
A través de un amigo suyo, quien le
comenta que conoce a una persona en su misma situación, conoce a Holmes. Estos
dos caballeros deciden compartir el departamento 221b de la calle Baker.
Allí Watson empieza a conocer a su
compañero, su afición al violín, al tabaco de pipa y a la resolución de
complicados casos. Los hechos de la
novela suceden en el último cuarto del siglo XIX en Inglaterra. En su estructura,
la novela está dividida en dos partes bien diferenciadas.
La primera
se titula Copia de las memorias de John Watson, ex
médico mayor del Ejército inglés y está narrada en primera persona por Watson, quien describe el primer
misterio en el que siguió las investigaciones de Holmes. El caso en cuestión
surge ante el hallazgo de un cadáver en una casa abandonada en Brixton, con la
palabra RACHE escrita en letras de sangre en la pared.
La segunda
parte lleva como título La tierra de los santos y da un salto en el
espacio y en el tiempo para situarse dos décadas atrás en Estados Unidos, en
Salt Lake City, la tierra de los mormones. Allí se produce un asesinato, el
cual es ejecutado por danitas presentes en el territorio.
En el último capítulo de esta parte
se retorna a la historia inicial narrada por Watson y se cuenta la solución del
caso. Aquí se pone en juego la relación de las dos partes que componen el
libro, que al principio parecen autónomas y, por tanto, sin ligazón entre sí.
El motivo del crimen resulta ser esencialmente la venganza por un amor perdido.
(Cfr. No tan resumido, Ed. La
estación Loreley El Jaber Bs.As.,2009)
Para historias
de terror: el México de nuestros días
No le cuento más, lea la obra y
entérese de los orígenes de Utah, uno de los 50 estados de USA, donde Salt Lake
City su capital, se centra en torno a la Manzana del Templo, la sede principal
de la iglesia mormona que tiene un templo majestuoso y un tabernáculo, con su
enorme cúpula y su famoso coro.
La familia Le Barón es un gran clan
mormón que vive en Galeana, Chihuahua. Venían de Utah y se asentaron en México
desde 1924. Son practicantes de la rama más ortodoxa que defiende la poligamia.
Julián Le Barón, uno de sus líderes,
es agricultor y además de mexicano tiene la nacionalidad estadounidense. El 2
de mayo de 2009 su hermano Erick fue secuestrado y liberado una semana más
tarde. Desde entonces Julián se convirtió en un importante activista defensor
de los derechos humanos a nivel nacional.
Diez años después el clan Le Barón se
ve nuevamente envuelto en una tragedia en la que tres de sus mujeres y seis
niños mueren incinerados en medio de una disputa entre bandas criminales.
No deja de sorprenderme que la
historia de los mormones, un clan que sigue un estricto código de salud, que
prohíbe el consumo de tabaco, alcohol, té y café; en suma, un clan de puritanos,
se vea involucrado desde sus orígenes en historias de terror.
Pero más allá de lo apasionante
actualidad de las historias de terror de Edgar Allan Poe y de los cuentos
policíacos de Conan Doyle, tampoco deja de aterrorizarme el nuevo desplante del
psicópata Donald Trump. ¿Realmente le está ofreciendo ayuda al Presidente López
obrador o lo está amenazando?
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