Foto: Tomada de folletos de venta Banobras |
Por Mishel Altamirano
Las características del Nuevo conjunto urbano.
Este modelo europeo, con el que llevo a construir la unidad, tuvo que ver con el hecho de que se abatían costos al edificar, en un área pequeña, edificios altos, donde la gente iba a convivir con servicios de primera, en una zona que estaba abandonada, hacia el norte de la capital. Esto significaría, el darle uso a las zonas degradadas de la capital, y la proyección de un sistema novedoso de edificación de vivienda.
· Tlatelolco marcaría diferencia con las ciudades errantes, en donde se tenían 500 habitantes por hectárea, sin áreas verdes, lotes pequeños, un hacinamiento terrible, que hacía que se desarrollaran enfermedades terribles, por consecuencia de problemas por necesidad de servicios básicos como agua, gas y electricidad, este nuevo planteamiento resultaba interesante. La magnífica plantación le da fin a la “herradura de tugurios”, que impedía la sana expansión de la ciudad.
· Se construiría en la medida de que, 75 % de terreno sería utilizado para las áreas verdes y de esparcimiento común, y el 25 % restante sería ocupado para la construcción de los edificios multifamiliares de diferentes alturas, departamentos de diferente medida y distribución, y servicios de primer nivel, que aguardarían hasta 1000 habitantes por terreno de hectárea, medida que supo hacer suya Mario Pani, de aquellos antiguos postulados de Charles Jeannerette Le Corbusier.
· En sí, Tlatelolco, calificada por varios especialistas, sirvió como ejemplo ante Latinoamérica de lo que México podía hacer en materia habitacional; fue el inicio de la verticalidad, producto de la sobresaturación de la capital; marco un precedente significativo respecto a la forma de hacer vivienda en México, y es un ejemplo de las soluciones arquitectónicas de vivienda de escala masiva que, en su momento, sólo tenía comparativo con la de Europa de los años 40. Iniciaba la visión de México, como una nación internacionalizada, ante los Juegos Olímpicos de 1968.
· En un predio de 1 millón 200 mil metros cuadrados, se construirían 102 edificios habitacionales, de diferentes alturas, en los cuales llegarían a existir cerca de 12 mil viviendas, para 100 mil habitantes; además de estos, se edificarían varios centros escolares, centros cívicos, y áreas de uso común. Se trataba de que la gente viviera, comprara sus necesidades, tuviera los servicios básicos como el de Telégrafos, Correo y hospitalario; estudiara, hiciera deporte, y se recreara con los allegados, sin salir de un mismo lugar. Si se salía hacia la Ciudad, seria con la finalidad de trabajar, y de disfrutarla.
Tlatelolco se perfilaría como la mejor opción de compra de la categoría multifamiliar en los años 60, por su cercanía con el Centro Histórico, el Bosque de Chapultepec y la Basílica de Guadalupe.
· Tlatelolco rompió con una errónea costumbre de vivienda en la ciudad, pues la gente no estaba acostumbrada a vivir en edificios de gran altura, en donde, al existir varios pisos con 1,2 o 4 departamentos, se tenía que convivir con varias familias, y cuyos servicios estarían a la disposición del habitante, ya que los departamentos serian amplios, según la necesidad del comprador, con las áreas anteriores propias e independientes. Con Tlatelolco, en gran escala, el país se despediría de la popular manera de vivir en las famosas “vecindades”, e iniciaría el éxito de las Unidades Habitacionales.
· Con su construcción, se abrieron avenidas como Insurgentes, Guerrero, San Juan de Letrán y Reforma Norte, que también beneficiarían en la futura expansión, y rápida comunicación entre la zona centro y la norte.
· Los bloques de pisos, y con todos los servicios, sirven de ejemplo, para el desarrollo de vivienda en terrenos pequeños de la ciudad, producto del sobresaturamiento que en ese entonces ya presentaba la ciudad.
· Redundando en el discurso corbusiano, la circulación vehicular no debía interferir en la circulación peatonal, es por ello que se construyen los estacionamientos en la zona periférica de la sección, o en la parte interna, en donde los pasillos los rodean; se levantaron pórticos y puentes peatonales, para unir, en un gran pasillo central, la Plaza de las Tres Culturas, con la Torre Insignia: un trayecto de casi 3 kilómetros, que es atravesado por tres calles transversales.
Los edificios con comercios en la parte inferior, están ubicados estratégicamente, para acortar distancias entre estos y los circundantes de menor altura. Las ventajas de vivir en Tlatelolco, catalogaron a la Unidad como un nivel superior de vida.
· A razón de algunos, fue serenamente criticado por sus dimensiones, falta de estética y destrucción de vestigios arqueológicos. Empero, el sincretismo de la macro plaza de las Tres Culturas, salvaguarda algunos vestigios del pasado prehispánico y colonial, acoplándolos a los espacios representativos de bloques abstractos, y al diseño modernista de las líneas y fachadas en colores claros y oscuros.
· La unidad, símbolo de la verticalidad en la edificación habitacional del país, no se exento de las críticas. Significó, para varias generaciones de arquitectos y críticos mexicanos un Crimen de la modernidad, sin arraigo territorial ni cohesión social, que muestra la decadencia de los buenos principios esgrimidos por Pani, en el desarrollo habitacional. Sin embargo, este macro-conjunto habitacional es la utopía hecha realidad del Movimiento Moderno, el sueño construido que apuntaba Le Corbusier en el Plan Voisin de 1925, donde propugnaba una tabla rasa radical en la ribera derecha de Paris, como única solución al hacinamiento urbano.as en esta nueva EN EL CENTRO DE LA DAD DE MEXICO”, eran:
Los elevadores de “última generación” en ese entonces (los cuales son de cuidado, ya que se debe esperar la llegada al nivel, del elevador, o verificar si esta en servicio, para abrir la puerta de cubrimiento y evitar incidentes).
Los elevadores de “última generación” en ese entonces (los cuales son de cuidado, ya que se debe esperar la llegada al nivel, del elevador, o verificar si esta en servicio, para abrir la puerta de cubrimiento y evitar incidentes).
· Los ductos de basura, que tenían la gran parte de los edificios, en los cuales se podía arrojar la basura a un lote estanque (los inquilinos de edificios “A” e “I”, tienen que bajar a depositar su basura en unos estanques llamados “hongos”, por su parecido a este vegetal), para que los desechos fueran recogidos por el servicio de limpia, imponiendo orden y comodidad en este sentido de higiene.
· Los innumerables locales comerciales, en los cuales se podían encontrar tiendas de diversos usos, farmacias, restoranes, venta de productos animales, oficinas de telégrafos y de correo, entre otros, se ubicarían en los bajos de los edificios más altos.
· Cada edificio desarrollaría departamentos con áreas de lavado y secado, mejor conocidas como Patios de Servicio, en el interior de ellos; a excepción de los edificios tipo “A”, en donde se tenía que subir a la azotea, donde estaban a merced del morador los lavaderos y los tendederos, uno predispuesto para cada departamento.
· Aparte de esto, en la esquina de Reforma y Manuel González, dentro de la tercera sección, se construiría un cárcamo de agua, acompañado de un pozo, en el cual se reciclaría el agua, una cosa inimaginable en México, y que solo se ocupaba en Europa y en Norteamérica.
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