Tlatelolco: Cambios en su imagen urbana

Jardín de la Pera

En el curso del 2010

Aurelio Cuevas (Sociólogo)

Un año más concluye, y a lo largo del mismo se dieron modificaciones importantes en la vida cotidiana de quienes habitan esta gran unidad habitacional y sus zonas aledañas. De manera somera nos interesa en particular mencionar cómo están repercutiendo ciertas acciones institucionales en las actividades de los avecindados en esta parte de la ciudad.

En primer término destaca la irrupción de las obras del Metrobús en el Eje 1 Poniente (Av. Guerrero), proyecto del gobierno ebrardista que abarca un extenso corredor que va del norte al sur de la ciudad. Es posible que esta nueva opción de transporte solucione varios problemas existentes (por ej., la saturación casi a todas horas de la Línea 3 del metro) pero sin lugar a dudas generará otros, sobre todo en nuestra zona habitacional, como el aumento del comercio informal y de los desechos de toda clase ligados a tal actividad. Un aspecto también relevante es que, con la conclusión de la obra y el funcionamiento del Metrobús, no solo el tráfico y el stress serán más intensos sino que el paso a pie del citado Eje se dificultará en los lados norte y sur de la Unidad, quedando solo la opción de cruzar el puente de piedra que comunica la parte central a la primera y segunda secciones.

Otro aspecto digno de destacar es el avance de la difusión de las actividades del Centro Cultural que la Universidad Nacional tiene en la zona (CCUT). En efecto, la sede del mismo – la Torre que fue insignia durante varias décadas de la Secretaria de Relaciones Exteriores- se está convirtiendo poco a poco en una opción recreativa y educativa de ciertos sectores como los jóvenes, los artistas urbanos y diversos tipos de público. Recientemente comenzó a circular de manera gratuita El Vecino, una publicación mensual a través de la cual el CCUT difunde sus distintas actividades. A fines del año la Torre estrenó una iluminación con figuras geométricas de color azul y rojo que la cubren por los cuatro costados, una singular obra artística que se distingue desde varias partes de la ciudad.

En tercer lugar cabe mencionar el arreglo del jardín de la Pera –entre el Eje Central y la calle Lerdo- por parte del gobierno federal, donde se pusieron nuevas bancas, nuevos botes y nuevos juegos infantiles en el área de la explanada junto al edificio de Teléfonos de México. Tal remodelación, aunque focalizada, era necesaria en un área que estuvo descuidada durante mucho tiempo por todo tipo de autoridades. Ahora a distintas horas del día pueden verse a niños jugando en el área de la explanada, dándole vida al lugar. En el contexto actual de falta de cuidado de los espacios públicos de la Unidad por parte de las instituciones públicas cabe destacar esta iniciativa del gobierno federal.

Una cuarta cuestión atañe al cierre del Hospital Regional del Seguro Social (IMSS) que funcionó de modo regular durante casi cuatro décadas junto al Eje Central, notándose desde hace pocos meses la falta de la muchedumbre cuya presencia era algo común a aquellos que transitaban usualmente por el sitio a cualquier hora del día. Incluso la vendimia de botanas, refrescos o cualquier refrigerio se había convertido -junto con el puesto de periódicos que todavía sigue operando- en algo distintivo de la zona. Pero el panorama ha cambiado, ya que de una mezcla de lugar de paso y de espera al aire libre para quienes tenían familiares hospitalizados, ahora el espacio exterior a la reja de ingreso del edificio sirve solo para el paso presuroso de los peatones, sobre todo en las horas nocturnas.

Un último punto por destacar es que el gobierno del D.F. llevó a cabo una poda de la foresta de la Unidad que era sin lugar a dudas muy necesaria, pero que fue extrema ya que privó a varios espacios de tránsito de la sombra brindada por las ramas de infinidad de árboles, las cuales permitían que los transeúntes recibieran los rayos del sol en los días muy cálidos o que se empaparan en la época de lluvias. El lado más positivo del asunto es el hecho de que la citada poda evitó que las partes de los árboles considerados enfermos –con plagas como el muérdago, el “ángel amarillo”, etc.- se extendieran a su propio tronco o raíz, o bien que contagiaran a los árboles sanos. Sin embargo, los efectos palpables de esta acción del gobierno local solo se podrán evaluar debidamente en los años venideros.

En fin, sin agotar todos los ángulos relacionados con la modificación reciente del look de nuestro entorno de vivienda, espero haber aludido a ciertos aspectos básicos que a lo largo del año modificaron de un modo u otro nuestro diario vivir en esta zona de la gran capital.