Recordando la Unidad Tlatelolco
Por Amor Pérez Matus
Jardín de "La Pera" en Tlatelolco |
Un saludo con gusto y
con esa clase de orgullo amoroso que, aprisionado en el pecho,me acompaña desde
1966 y que aflora al reconocer,refrendar y compartir una gran parte de la
conformación de mi identidad y mi sentido de pertenencia a la gran comunidad
tlatelolca.
En mi sentir y a mi
entender,la gran importancia de
Tlatelolco no sólo radica en el hecho de haber confluido ahí tres culturas que
nos determinan.Tampoco ,solamente por haber constituido un proyecto
arquitectónico de vivienda novedoso para la época o, uno social y de
reurbanización que exigía el crecimiento
de la Ciudad de México y sus desigualdades; ya que albergaría a una
parte significativa de habitantes de la ciudad;así como a importantes flujos
migratorios provenientes de estados de la República y otros países.
Otros
acontecimientos - muy conocidos por
todos – que confieren considerable significación a Tlatelolco, han sido,por un
lado, el lamentable y reprobable producto de las acciones represoras
gubernamentales en 1968 y,por otro,las consecuencias y la tristeza heredadas por
los sismos de 1985. Tlateloco persiste...
El habitarlo y
caminarlo,por miles y miles de personas, también lo han marcado de por
vida.Hombres,mujeres,niños y mascotas le
hemos impreso el sentido especial que lo caracteriza.
Tlatelolco y nosotros,
nos hemos aportado historia.Hemos consolidado, irremediablemente, un amor hacia
él. Un pedacito de su historia y otro de la nuestra,nos hemos regalado,sin
siquiera pensarlo,sin siquiera saberlo.
Es ese el momento en
que se integran su historia y la nuestra, al reconocer con conciencia que lo preponderante que ha ocurrido mientras
habitamos Tlatelolco, ha sido la cimentación de nuestro propio sistema de
valores y creencias,al interactuar en un
espacio enorme y partido en tres,en el que aprendimos a convivir humanamente a
implementar y apropiarnos de valores innumerables como el
respeto,la amistad, el amor,el orden y la
solidaridad.Afirmo, pues ahí, personalmente,en mi infancia,adolescencia y
juventud,conocí a amigos entrañables con quienes mantengo comunicación
afectuosa.Conocí,además y no menos entrañables,a amores con los que paseé por
parques y andadores.
Ahí jugué en las áreas
construidas para dicho propósito,patiné en las pistas,asistí a escuelas y clubes en los
que particularmente,me desarrollé en grupos culturales y en actividades propias
de clubes deportivos.
Disfruté, en todo
momento,la Plaza de las Tres Culturas y el Jardín de Santiago Tlatelolco.
Igualmente, asistí a
marchas y festivales,al Cine Tlatelolco,estrené la Ruta 3 del Metro.Llevé a
cabo, pues, esas y muchas otras actividades que, estoy segura, han definido,mi
identidad y mi vida.
Por lo pronto
insistiré en que Tlatelolco y nosotros,nos hemos regalado historia;historia que
conmueve y conduce a la nostalgia.
Que estén bien y
felices.
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