Por Jorge de la Torre
En Tlatelolco habitamos personas de muy distintas clases sociales, con niveles de ingreso económico, educación y formación familiar igualmente diversos. Provenimos de todos los Estados de la República, y aunque forman mayoría quienes han nacido en la ciudad de México, todos somos chilangos de corazón.
Separada en tres secciones, cada
una de ellas con edificios agrupados en unos pocos tipos de características similares, nuestra
Unidad Habitacional enseña sin embargo, nuestra diversidad. Cada edificio tiene
una personalidad propia, que se expresa en detalles de su imagen: Sus entradas,
sus rejas, sus puertas, su grado de limpieza., sus grafitis o ausencia de los
mismos, su basura desparramada o invisible, sus tableros de timbres funcionando
o que solo están de adorno, sus elevadores carcacha o bien cuidados, y su entorno
inmediato obscuro o alumbrado.
¿Colaborar o competir? |
Existen edificios con vigilancia
las 24 horas, y los hay también con elevador que lleva a la puerta del
departamento, mientras que en otros, ni cerradura ni elevador funcionan y la
vigilancia está en manos de Dios. En unos hay comercios de diversos giros, y en
otros hasta consultorios y despachos, pero los más sirven únicamente de
vivienda.
Asimismo cada sección cuenta con varios
andadores y áreas de uso común, al igual que con sitios emblemáticos o muy
visitados, distribuidos entre las mismas, algunos de los cuales son: La Plaza
de las Tres Culturas, el Centro Cultural Universitario, el Jardín de Santiago,
el Reloj de Sol, la Dirección Territorial de Santa María –Tlatelolco, el Ágora
, el Pórtico, la Pera, el Jardín de la Paz, la Torre Banobras, La Plaza
Allende, la Explanada del metro, El Sindicato de Hacienda, los tres Clubes Deportivos con sus
teatros, varias escuelas, clínicas, canchas, cuadros de juegos infantiles etc.
etc.
Todo lo cual, al igual que su cercanía o
lejanía con los diferentes medios de transporte que pasan por la Unidad (el
metro, dos líneas de Metrobús, el trolebús, y
varias líneas de micros y autobuses) crean un vasto tráfico de
vehículos, perros, gatos y naturalmente,
de personas residentes y no-residentes en cada sección.
¿Jugar a las vencidas? |
Toda esta complejidad urbana
concentrada en un reducido espacio de apenas 100 hectáreas, crea obviamente,
una gran cantidad de problemas de convivencia, movilidad, seguridad, limpieza y
otros. Los habitantes de la Unidad hemos buscado enfrentar estos problemas con base en el esfuerzo individual de algunos
residentes con vocación social y/o con el esfuerzo colectivo de varios grupos de
residentes más o menos organizados, a través de acciones concertadas entre
vecinos, o de gestiones ante las autoridades correspondientes, sean estas
de la delegación, del gobierno de la
ciudad, o federales.
Cada grupo representa a una
cierta visión de la problemática tlatelolca, y aunque la mayoría de ellos buscan
satisfacer las mismas necesidades y solucionar los mismos problemas, hay
algunos que centran su atención en aspectos muy específicos que no en todos los casos interesan a
residentes de ciertas secciones o edificios, y a veces incluso manejan posturas
que provocan choques entre grupos. Además, como en todos los grupos que
realizan actividades de carácter socio-político, hay individuos con intereses
de partido o con intereses personales o de grupo, que colocan por encima del
beneficio a las mayorías, o del reparto equitativo de beneficios que se logran
por medio de la acción ciudadana. Hay también egocentrismos, afanes
protagónicos e interés de hacerse notar
por las autoridades y así obtener privilegios de ellas.
Nada de esto es extraordinario. Esto
ocurre y ha ocurrido en todas las sociedades
y en todos los tiempos. Tlatelolco no es la excepción, por lo tanto,
esto no nos debe ni extrañar ni desalentar nuestro apoyo a quienes buscan un
Tlatelolco mejor. Aunque si nos obliga a estar con los ojos abiertos para frenar
intereses malsanos y distorsiones
políticas.
Naturalmente muchos de los
esfuerzos de quienes luchan por un Tlatelolco mejor, se diluyen o pierden
impacto cuando los diferentes individuos o grupos realizan actividades
pensando en la competencia y no en la colaboración.
Y esto claramente está ocurriendo. La
cantidad de páginas en las redes sociales y de medios impresos que han
surgido en Tlatelolco en los últimos
dos o tres años, son indicativos de ello. La diversidad de opiniones y
un poco de competencia sana son buenos, pero la unidad de propósito y la
colaboración son mejores.
Pero lograr dicha unidad de
propósito no es tarea fácil, pues esta no
se va a producir por sí misma, sino que solo se puede alcanzar, si en primer
lugar se está de acuerdo en que es una condición deseable y por la cual vale
la pena hacer a un lado los intereses de grupo y los agravios y malas
intenciones reales o supuestas que se puedan dar o se hayan dado, entre algunos miembros y dirigentes de los diferentes
grupos.
Una vez estando de acuerdo en la
necesidad de tener un propósito común,
habrá que realizar una serie de reuniones en los que participen plenamente, y
sin miedo al rechazo, los diferentes grupos y personalidades que conforman las
actuales bases organizadas de Tlatelolco, para colaborar en la definición tanto
de ese propósito común, como de una
visión unificada del futuro, y unos métodos de acción que sean compatibles.
Las bases para esto, están sentadas desde la pasada asamblea vecinal que se llevó a cabo en el teatro Antonio Caso, a raíz de la preocupación de los tlatelolcas por el incremento decembrino de los casos de homicidio y otros delitos en nuestra Unidad Habitacional.
Como algunos han de recordar, las conclusiones de dicha asamblea están pendientes, pero les puedo adelantar que una de tales conclusiones es justamente el que nosotros los residentes, nos hagamos responsables de diseñar, organizar y normar las actividades que nos permitan optimizar nuestra seguridad y la de nuestros vecinos, siempre orientando, exigiendo y coadyuvando con los tres niveles de Gobierno para que cumplan con sus responsabilidades en la materia.
Y esto solo se puede lograr con la colaboración de todos los grupos de
acción política y social que existen en Tlatelolco.
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