Por Alejandro Mario Fonseca
A pesar de que casi todo se opone,
ante un panorama sombrío, marcado por el abuso, la corrupción y la impunidad de
los gobiernos en nuestro país; y por el avance de la ultra derecha en los
países “democráticos” de Norteamérica y de Europa; quiero iniciar el año
apostándole al optimismo.
Jeremy Rifkin es uno de los
pensadores sociales más célebres e interesantes de nuestro tiempo. Es asesor de
la Unión Europea y de diversos jefes de Estado en todo el mundo. Es profesor en
la Universidad de Pennsylvania, donde imparte docencia a consejeros delegados y
altos ejecutivos sobre las nuevas tendencias en ciencia, tecnología, economía y
sociedad. Dirige el Programa de
Formación Ejecutiva de la Wharton School. En el 2010 apareció en español su
libro La civilización empática,
publicado por Paidós.
La civilización empática: La carrera hacia una conciencia global en un mundo en crisis |
¿Qué es la
empatía?
Según Rifkin la empatía es un
concepto único y relativamente nuevo en el vocabulario de cualquier lengua
humana hasta ahora hablada, y se empieza a emplear apenas en el año
1909. Aunque existen conceptos similares a la empatía como compasión o
altruismo, ninguno de estos ofrecen la significación precisa de lo que se
quiere expresar cuando en la actualidad se emplea el término
"empatía".
Cuando se habla de empatía se hace
referencia a una habilidad tanto cognitiva como emocional del individuo, en la
cual este es capaz de ponerse en la situación emocional de otro. Esto es muy
diferente a ideas previamente empleadas como lo es la misma predecesora del
término; la "simpatía" la cual se entiende en inglés como una
sensación de lástima propia ante la situación desagradable de otra persona.
El surgimiento del concepto de
empatía parece estar ligado al desarrollo de campos de la ciencia igualmente
recientes, como lo es la psicología o la etología. Según algunas hipótesis de
estos propios campos de estudio, esto podría deberse a que la capacidad de
empatía depende en gran medida de un desarrollo de la conciencia del yo.
Según algunos investigadores, el
propio historial emocional de las personas puede afectar o distorsionar qué
emociones se perciben en los demás. La empatía no es un proceso
automático que informe sobre los estados emocionales de otro individuo. Es una
capacidad o destreza que se desarrolla paulatinamente a lo largo de la vida, y
que mejora cuanto mayor es el contacto que se tiene con la persona que uno
empatiza.
En el núcleo
duro de la historia humana se encuentra la relación paradójica entre empatía y
entropía
Para entender cabalmente el concepto
de empatía, hay que echar mano de su
contraparte: la entropía. Se trata
de un concepto de origen fisicoquímico. La segunda ley de la termodinámica
establece que la energía sólo cambia en una dirección: de utilizable a no
utilizable, de disponible a no disponible, del orden al desorden.
De acuerdo con esto, todo lo que
existe en el universo empezó en forma de energía disponible concentrada y, con
el paso del tiempo, se va transformando en forma de energía dispersa y no
disponible. La entropía refleja la medida en que la energía disponible de un
subsistema del universo se transforma en una forma que deja de ser utilizable.
Rifkin se apoya en Frederick Soddy,
premio Nobel de Química: En última
instancia (las leyes de la termodinámica) deciden el ascenso y la caída de los
sistemas políticos, la libertad o la esclavitud de pueblos, los movimientos del
comercio y de la industria, el origen de la riqueza y la pobreza, y el
bienestar material de la humanidad en general.
¿Estamos a
tiempo de alcanzar la empatía global necesaria para evitar el desmoronamiento
de la civilización y salvar la Tierra?
La conclusión del libro es optimista:
hoy nos enfrentamos a la posibilidad esperanzadora y, al mismo tiempo,
inquietante de acercarnos a una empatía global en un mundo interconectado, pero
a costa de un gran consumo de energía que supone una factura entrópica
creciente y que amenaza nuestra misma existencia con unos cambios climáticos
catastróficos. Es probable que resolver la paradoja de la empatía y a entropía
sea la prueba decisiva de la capacidad de nuestra especie para sobrevivir y
prosperar en la Tierra. Pero para ello hará falta un replanteamiento radical de
nuestros modelos filosóficos, económicos y sociales.
Nos hallamos en la cima de una
transición importantísima hacia una economía global de clímax y hacia un
replanteamiento básico de la vida humana en este planeta. La edad de la razón
está siendo eclipsada por la edad de la empatía.
Y por último, nos da la clave: centrar
nuestra atención en la Tercera Revolución Industrial en ciernes, que marca el
inicio de una nueva era caracterizada por un capitalismo distributivo y una
conciencia de la biosfera.
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