lunes, 25 de febrero de 2019

“Una sopa de su propio chocolate"

Alejandro Mario Fonseca

Tomo la noticia del diario Reforma (20/2/19): Morena estrenó su aplanadora en la Cámara de Diputados.

El partido en el Gobierno logró la mayoría calificada gracias a que ocho legisladores que pertenecían al PRD renunciaron ayer a su fracción parlamentaria y sumaron sus votos a los morenistas.
Con ello aprobaron, sin necesidad de negociar con la oposición, la reforma al artículo 19 constitucional, que amplía el catálogo de delitos que ameritan prisión preventiva.

Esta reforma busca que quienes son acusados de robo de combustible, uso de programas sociales con fines electorales, corrupción, robo a transporte o a casa habitación, feminicidio, abuso sexual de menores, desaparición forzada y uso de armas exclusivas del Ejército, enfrenten los señalamientos en prisión, sin derecho a fianza.

Los ocho diputados que dimitieron al PRD lo hicieron con el argumento de que buscan votar libremente, de acuerdo con sus convicciones. Esta decisión le permitió a Morena y sus aliados sumar 334 legisladores -entre ellos los ahora ex perredistas-, uno más de los que se requieren para hacer mayoría calificada en San Lázaro.

Hace 6 días en la Cámara de Diputados.

Una alianza ensombrecida por la falta de ética
Entre quienes salieron del PRD y beneficiarán a Morena están Mauricio Toledo, ex delegado de Coyoacán, acusado de extorsión, moches y amenazas; Ricardo Gallardo, ex Alcalde de Soledad de Graciano, en San Luis Potosí, quien estuvo encarcelado 11 meses señalado por delincuencia organizada y operaciones con recursos de procedencia ilícita.

También dejaron las filas del Sol Azteca, Héctor Serrano, ex secretario de Gobierno en la Administración de Miguel Ángel Mancera, señalado de desvíos en la CDMX.

El anuncio fue hecho ayer, previo al análisis de la reforma al artículo 19 constitucional que busca aumentar el catálogo de delitos en los que se aplique la prisión preventiva oficiosa.

"Hoy (ayer) dejo al PRD, convencido de que se alejó de la izquierda por aliarse con el PRI y su pacto con México, así como con la derecha al acceder a no tener un candidato presidencial", justificó Gallardo, quien se desempeñaba como coordinador de la fracción.

Aunque los ex perredistas negaron sumarse automáticamente a Morena, admitieron que estarían en libertad de apoyar sus iniciativas.

Diputados y dirigentes del PRD acusaron que la desbandada obedece a la intención de votar a favor de las propuestas de Morena, sin que este partido se atreva a abrirle la puerta a los perfiles corruptos que permanecían en la fracción del sol azteca.


Como antecedente está la alianza con el “clan del niño verde”
Durante los seis meses de la actual Legislatura, Morena ha sumado 26 aliados, entre ellos ex militantes del PVEM. Y a pesar de todo, estimado lector yo le propongo que sigamos siendo optimistas, que sigamos teniéndole fe a AMLO.

Pero no con un optimismo ciego, no con la fe del ignorante, sino con un optimismo ilustrado y cauteloso. Hoy más que nunca es importante para los mexicanos no dejarnos engañar por las falsas noticias ni por las exageraciones.

Tenemos que aprender a observar los vertiginosos cambios que estamos viviendo en su justa realidad, sin caer en las trampas de los vividores de siempre, de los políticos oportunistas, de los chayoteros y demás.

Ya lo había comentado desde el 6 de octubre del año pasado, fue el escándalo del “trueque” que hicieron los dueños del Partido Verde Ecologista de México con MORENA: 5 diputados a cambio de “apoyar programas para niños enfermos”.


Los “manuelitos”
Le recuerdo, Arturo Escobar, el eterno operador del “niño verde” declaró cínicamente que Mario Delgado (coordinador de MORENA) le pidió que analizara la posibilidad de que algunos diputados se integraran a MORENA; y que después de platicarlo con “su gente” estuvieron de acuerdo.

Y ¿qué obtuvieron a cambio los del Verde? Pues parece de risa loca, pero así lo declararon: “que se atendiera el problema del cáncer infantil y que se redujera el número de niños muertos por cáncer” ya que se trataba de una “propuesta de campaña”.

Y Escobar todavía remató: “si esto se convierte en realidad, es baratísimo lo que hicimos el día de ayer”. Ah, pero la cosa estaba todavía peor, porque los de MORENA, en la voz de Mario Delgado dijo que fueron los del verde los que se ofrecieron.

Y jocosamente desde entonces se les llaman a esos cinco diputados del Verde que saltaron a MORENA los “manuelitos”, porque curiosamente ese mismo día Manuel Velasco, el gobernador Verde de Chiapas, “salvó su licencia como gobernador” gracias a los votos de MORENA.


En política hay que “saber pactar con el diablo”
En las urnas, la alianza Morena, Partido Encuentro Social y Partido del Trabajo obtuvo 308 legisladores. Hoy suma ya 334 diputados. ¿Verdad que esto se asemeja mucho al PRI de antes, a la famosa “cargada”?

Sin embargo,  no es que AMLO o sus operadores de Morena  estén invitando a los políticos a actuar deshonestamente, o que les ofrezcan canonjías o que los estén comprando, no, lo que pasa es que la política así es.

Recordemos a Max Weber cuando nos habla del desencantamiento del mundo: no es que nos esté proponiendo renunciar a la actividad política correctiva, a la lucha por nuestros ideales democráticos y de justicia social.

El famoso “pacto del político con el diablo”, no es una resignación, mucho menos una invitación. Sino una advertencia de los peligros a los que se enfrenta el político que decide actuar con responsabilidad social.

Y eso es precisamente lo que le sobra a AMLO y de lo que carece nuestra clase política: responsabilidad social. La metáfora del “pacto con el diablo” da para mucho.

Los detractores de Andrés Manuel López Obrador, no se han cansado, ni se cansaran, de recordarnos cuando mandó al diablo a sus instituciones.
Tampoco se cansaran de etiquetarlo de “populista, un peligro para México”.

Pero fríamente visto los que metieron al diablo en las instituciones son los que lo acusan. La lista es larga, casi no se escapa nadie: los tres poderes, los tres órdenes de gobierno,  y los partidos políticos; pero también las “instituciones ciudadanas” y las empresas paraestatales.

Y lo que está haciendo AMLO ahora, es “darles una sopa de su propio chocolate”: está dándoles a probar su propio veneno, pagándoles con su misma moneda. ¿Qué le parece?

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