Alejandro
Mario Fonseca
El origen del dicho español “entre la espada y la pared”, cuyo significado está relacionado con una situación límite y sin salida aparente, tiene que ver con el esgrima y con la lucha de espadachines.
Sin embargo, el equivalente de esta frase en inglés, que puede traducirse como “entre la roca y la pared”, habría ido evolucionando a lo largo de los siglos, según diversas referencias, a partir de una historia muy antigua relacionada con la mitología griega.
Debemos situarnos concretamente en el estrecho de Mesina, que separa Italia de Grecia. Cuenta la leyenda que en ese punto, considerado históricamente como muy peligroso para la navegación, habitaban dos monstruos, Escila y Caribdis, que vivían cada uno a cada lado del estrecho.
Escila era una ninfa que se había transformado en un monstruo de siete cabezas. Al otro lado, cuentan que Caribdis tragaba enormes cantidades de agua generando inmensos remolinos en el mar que causaban estragos entre los navegantes.
Los barcos trataban de evitarlos alejándose lo máximo posible de uno y de otro. Pero los extremos del estrecho estaban tan cercanos entre sí que no podían evitar pasar muy cerca de ambos. Esta situación dio lugar a que se empezase a utilizar la frase «entre Escila y Caribdis», que luego fue evolucionando hasta llegar a la que conocemos actualmente.
Fuente de consulta: Acerca de la fraseología internacional, los europeísmos culturales, Ana Zholobova. (Cfr. Carlos Pérez Atanet; Universidad
Las encuestas de opinión que está utilizando AMLO para justificar sus políticas, además de que en realidad son un engaño, lo están colocando en una situación de extrema debilidad: entre la espada y la pared.
Se acuerda usted cuando Ricardo Monreal, quiso ser el candidato de MORENA para gobernador de la Ciudad de México y “perdió en las encuestas”: “le ganó Claudia Sheinbaum”.
Monreal hizo su berrinche y estuvo a punto de abandonar al Peje. Al final pactó y ahora es senador y coordina la bancada de MORENA. Pero nunca se aclaró cómo estuvo lo de las sondeos.
Y no se aclaró, porque como decía el maestro Giovanni Sartori, las encuestas de opinión son una falsedad que nos hace caer en una trampa y nos engaña al
mismo tiempo.
Las encuestas
no son un instrumento de democracia –un instrumento que revela la vox populi- sino sobre todo un
instrumento que revela el poder de los medios de comunicación sobre el pueblo.
Así que la influencia de los sondeos
bloquea frecuentemente decisiones útiles y necesarias, o bien lleva a tomar
decisiones equivocadas, sostenidas por simples rumores, por opiniones débiles,
deformadas, manipuladas, e incluso desinformadas. En definitiva por opiniones
ciegas.
Así, el proyecto en marcha del Nuevo
Aeropuerto de la Ciudad de México que AMLO heredó de Peña, fue llevado a
consulta popular y “gracias a esta”, ganó el no y se fue a la basura de la
historia. Y qué bueno, porque los argumentos serios, ambientales, apoyados en
la ciencia se impusieron.
Por no hablar de la corrupción que
campeaba en todo lo referente a dicho proyecto. ¡Bien hecho! Sin embargo, esto
no significa que la consulta haya demostrado su idoneidad y que por lo tanto
sea el método que hay que seguir para decidir todas las políticas importantes.
El proyecto
de la termoeléctrica de Huesca
El pasado fin de semana AMLO volvió a
presumir su “vocación democrática”, hizo una consulta para “decidir sobre la
puesta en marcha de la termoeléctrica de Huexca, en el estado de Morelos.
Y aquí viene lo más importante y a un
tiempo paradójico, esta vez ganó el sí, es decir AMLO volvió a ganar, a pesar
de los argumentos en contra de científicos que diversos medios difundieron.
Pero lo más grave no es esto, sino la oposición generalizada de los pueblos que
viven alrededor de la zona en cuestión.
Lo que los científicos de diversas
universidades están proponiéndole a AMLO es sustituir el proyecto
termoeléctrico de Huexca por una planta de paneles de celdas fotovoltaicas, lo que contribuiría a preservar la riqueza
biocultural.
Con la instalación de paneles en los
campos agrícolas se daría paso a un sistema “agro fotovoltaico” que
contribuiría a conservar la riqueza cultural de la región sobre la base de
servicios ambientales de energía limpia y renovable.
Los municipios más afectados serían
Tetela del Volcán, Ocuituco, Yecapixtla, Cuautla y Ayala. El proyecto casi terminado
hace 3 años, no se había podido arrancar. También es herencia de Peña, y no se
arrancó debido a la férrea oposición de los pueblos mencionados.
Entre la
espada y la pared
No me gusta decirlo, pero esta vez a
AMLO le está saliendo “el tiro por la culata”. Su encuesta, a todas luces
hechiza y manipulada no es suficiente argumento para imponer su voluntad: se
trata de una imposición autoritaria.
Los científicos Antonio Sarmiento de
la UNAM, Aurelio Fernández de la BUAP y Lilian González de la UAEM, sostienen
que además de las bondades medioambientales de utilizar celdas fotovoltaicas,
la propuesta contribuiría a la cohesión social y erradicaría la violencia que
ha generado el posible arranque de la termoeléctrica. (Cfr. Diario Reforma 20/2/19).
“Un kilowatt generado en la termoeléctrica
cuesta 48 dólares, mientras con sistema solar entre 20 y 23 dólares.”
A mí me da la impresión de que el
problema del gobierno federal es de presupuesto. AMLO Ya no puede darse el lujo
de seguir debilitando el erario público echando a la basura los malos proyectos
heredados.
Más le valdría decir la verdad y
convencer por las buenas a los pueblos afectados. Sin embargo de nueva cuenta
prefirió utilizar una “engañosa encuesta” que lo está colocando “contra la
espada y la pared”.
Por un lado Escila la terrible ninfa de siete cabezas, representada por los
pueblos afectados que están dispuestos a llegar hasta las últimas consecuencias.
Y por otro el monstruo Caribdis que presagia futuras
tempestades, como metáfora de una raquítica hacienda pública ya muy
comprometida, en combinación con los inevitables daños ambientales.
Ojalá el conflicto no llegue a
mayores, AMLO ha demostrado
perseverancia y responsabilidad, espero que está vez también salga bien librado
de la difícil encrucijada.
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