jueves, 29 de agosto de 2019

La inminente decepción

Alejandro Mario Fonseca
En verdad, no quisiera tener que escribir esto, pero el Presidente López Obrador está desatado. Es politólogo de profesión, sin embargo pareciera que lo que estudió ya se le está olvidando. O quizás le gane el resentimiento y es víctima de sus demonios infantiles. O las dos cosas.

También puede ser que simplemente se está divirtiendo y que le gusta distraernos a nosotros su “pueblo sabio” con chascarrillos para amenizar el rato y no cansarnos con tantas noticias desagradables.


No lo sé,  también puede que se trate de un síndrome que se ha agudizado con el ejercicio de un inmenso poder, siempre buscado, pero que al fin alcanzado le resulta incómodo, demasiado grande.

Sí, un síndrome, un conjunto de síntomas que se presentan juntos y son característicos de una enfermedad o de un cuadro patológico determinado provocado, en ocasiones, por la concurrencia de más de una enfermedad: tal es el caso del síndrome de hubris.

Felipe Calderon

El síndrome de Hubris saca su nombre del teatro de la Grecia antigua que aludía a la gente que robaba escena. Empezó a tratarse como trastorno de personalidad al observarse ciertas características en personas que tienen un cargo de poder. (Cfr. Harry Campos).

Es una enfermedad que puede padecer cualquier persona que está en el ejercicio del poder. Se manifiesta como egocentrismo exagerado: narcicismo. La persona “se la cree” con el poder, imagina que lo que piensa es correcto y que  lo que opinan los demás no, cree que todos los que lo critican son sus enemigos.


El Comandante Borolas
Lo más grave es que estas actitudes pueden llevar a quien las padece a tomar decisiones erróneas, porque la persona pierde la perspectiva de la realidad y ve sólo lo que él quiere ver.

La última del presidente López Obrador es que se mofó del exmandatario Felipe Calderón al compararlo con el cómico Borolas durante una de sus conferencias mañaneras. (Cfr. Proceso 23/8/19).

El tabasqueño hablaba de la fallida estrategia anticrimen del ex panista cuyas repercusiones, dijo, todavía carga el actual gobierno, cuando recordó aquel episodio en el que Calderón, siendo presidente, visitó la ciudad de Apatzingán, Michoacán, y se puso una camisola y una gorra militar que, se burló, “le quedaba grande”. “Parecía el Comandante Borolas”, dijo.

También dijo algo muy preocupante, al reiterar  que no   permitirá que los llamados grupos de autodefensa se armen y se erijan como defensores del pueblo, tarea que corresponde al Estado.

Grave error, porque el Estado que encabeza es débil y está desaprovechando la gran experiencia de los autodefensas, que querámoslo o no, han demostrado ser una alternativa viable.

También insistió en que, sin ningún plan, Calderón le pegó “un garrotazo tonto al avispero” y desde entonces se desató la violencia, en vez atender las causas.

“Sí asumo la responsabilidad que tenemos de garantizar la paz y la tranquilidad, pero no es con el uso de la fuerza como lo vamos a lograr ni podemos dejar de considerar los antecedentes”, manifestó.


Pan y Circo
Pan y circo Panem et circenses es una locución latina peyorativa de uso actual que describe la práctica de un gobierno que, para mantener tranquila a la población u ocultar hechos controvertidos, provee a las masas de alimento y entretenimiento de baja calidad y con criterios asistencialistas. (Cfr. Wikipedia).

Gramaticalmente, está formada por el acusativo singular de panis, -is ('pan') y el acusativo plural de circensis, -e ('juegos del circo'). Esta frase se origina en Roma en la Sátira X del poeta romano Juvenal (100 A. D.).

En su contexto, la frase en latín panem et circenses («pan y juegos del circo») es dada como la última atención del pueblo romano, quien había olvidado su derecho de nacimiento a involucrarse en la política. Juvenal muestra su desprecio por la decadencia de sus contemporáneos romanos.

Los políticos romanos visualizaron un plan para ganar los votos de los pobres; al regalar comida barata y entretenimiento, los políticos decidieron que esta política de “pan y circo” sería la forma más efectiva de subir y mantenerse en el poder.

Pan y Circo es lo que nos está dando el tabasqueño AMLO, tal vez sin darse cuenta, insisto debido a su ego, a que tiene una gracia de mal gusto (chocarrera) impropia de personas educadas y a que ostenta un inmenso poder.

¿Qué es eso de cebarse contra el ex presidente Felipe Calderón, llamándolo Comandante Borolas? La expresión es digna de un cómico de carpa al estilo de Jesús Martínez Rentería, conocido popularmente como Palillo, famoso por utilizar la sátira política en sus espectáculos, que a menudo lo llevaban a la cárcel.


Queremos un Estadista
Espero equivocarme, mi crítica pudiera parecer exagerada y hasta grosera, pero no lo es, simplemente estoy intentando comprender cabalmente los desplantes de nuestro Presidente.

Y no estoy defendiendo a Calderón, pobrecito nada más hay que verlo, deambulando por los túneles de la hipocresía, intentando recuperar algo de credibilidad, utilizando a su esposa para una causa pérdida.

No, Calderón no necesita que AMLO lo denigre, ya bastante tiene con su enorme fracaso: él y Fox carecieron de experiencia política. Se los trago  la cultura política priista: fueron una gran decepción.

Lo que México necesita es un Estadista, un hombre de Estado, que se distinga entre todos los responsables políticos del país, los que dirigen el Estado, diputados, jueces y demás; y que sepa tomar decisiones eficaces y efectivas. No lo veo.

Sí, AMLO se está cebando contra Calderón y eso demerita su liderazgo, lo que debería estar haciendo es convencer a la oposición de las bondades de sus proyectos, pero  con argumentos serios y con hechos.

Critica a Calderón pero sigue sus pasos, el problema de la seguridad no se va resolver cambiándole de nombre a la policía. Una verdadera estrategia de seguridad requiere de la participación ciudadana y los grupos de autodefensa ya demostraron en los hechos que son capaces de colaborar con la pacificación del país.

Siguen sin convencerme no nada más su “Estrategia de Seguridad”, sino también su “Plan Petrolero” y su proyecto de “Tren Maya Ecológico”. Ya abundaré sobre estos temas. Por lo pronto, a disponernos para el inicio de un nuevo ciclo escolar: hagámoslo bien.

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