viernes, 24 de julio de 2020

La utopía de AMLO

Alejandro Mario Fonseca
En San pedro Cholula este año no habrá Trueque, tampoco Feria. El monstruo pandémico lo impide. Es una lástima porque la Feria ya empezaba a dignificarse y a recuperarse como una tradición prehispánica viva y a convertirse en una verdadera y digna fiesta popular. Tradición milenaria que por primera vez se suspende.

Sí, el trueque, aunque de manera simbólica, es la tradición prehispánica por excelencia que aún se conserva. El 8 de agosto de cada año se realiza en la Plaza de la Concordia de San Pedro Cholula. Se intercambian principalmente productos de la región: fruta, ropa, juguetes, artesanías, sombreros, plantas, animales, etcétera.

Se ha preguntado estimado lector porqué cuando platicamos sobre la Feria de Cholula sale a relucir inmediatamente el tema del Trueque. Sobre todo los cholultecas de origen se sienten muy orgullosos del acontecimiento.

Se trata de un rito que todo mundo  comenta y algunos conocedores llegan a relacionarlo con deidades prehispánicas de primer orden. A mí en lo particular me gusta mucho, sobre todo por su colorido. Esperemos que su suspensión sea únicamente por esta vez.
Agregar leyenda
Pero intentemos profundizar un poco más en la psicología del evento. ¿Por qué nos gusta tanto? Cómo lo ve la mayoría de la población, como algo chistoso, como un juego, o como un recordatorio de tiempos mejores que ya no volverán, en los que se vivía con mayor frescura, sin esa dura presión de la economía capitalista.


¿Sueño, ilusión, utopía...?
Tiempos de economía tradicional, en los que simplemente se intercambiaban los excedentes de la producción familiar, por otros bienes que producían los vecinos o los habitantes de los pueblos cercanos. Sin mayor preocupación, en plena armonía entre seres humanos y con la naturaleza. Muy probablemente sea esto último, aunque no estemos plenamente conscientes de ello.

Ahora le propongo que hagamos un esfuerzo de imaginación y que pensemos en qué pasaría si de repente el sistema financiero internacional colapsara. Porque los banqueros, los dueños de los grandes monopolios, los políticos y los narcos abusaran de la acumulación de dinero y el mundo entrara en una crisis económica de tal magnitud, que el dinero fuera desapareciendo poco a poco.

 Primero colapsarían las bolsas de valores, las acciones de las grandes empresas industriales, comerciales y de servicios bajarían súbitamente de precio por un pánico generalizado, bancarrotas, suicidios, etcétera; luego vendría el quiebre de los bancos y   subsecuentemente cierre de empresas de todo tipo.

Tras un período de caos y anarquía poco a poco se iría reestableciendo una economía tradicional de subsistencia en la que imperaría el trueque. Sobrevivirían solamente aquellos que tuvieran algo que intercambiar. Qué pasaría con los banqueros, políticos, narcos y demás acaparadores de antaño, pues que se tendrían que poner a trabajar, tal como lo hacemos usted y yo todos los días.

Habría paz y tranquilidad, desaparecerían las grandes lacras del capitalismo, el estrés, el desempleo, la inseguridad, la corrupción, el consumo de drogas, etcétera. Todo sería más sencillo y disfrutable, tal como vivían nuestros ancestros prehispánicos.


Utopía
Hace ya 6 años, cuando empecé mis colaboraciones en El Quetzal y en el blog de Vivir en Tlatelolco, escribí sobre este sueño y no faltó quien me tachara de alucinado y de utópico.

Y me acordé del incidente, porque hace unos días en la red de Internet apareció un video en el que Beatriz Gutiérrez Müeller, la esposa del presidente AMLO, invitaba a sus seguidores a leer y disfrutar el libro Utopía, escrito en 1516 por Tomás Moro, máximo representante del Renacimiento en el norte de Europa.

 Utopía es una comunidad pacífica, que establece la propiedad común de los bienes, en contraste con el sistema de propiedad privada y la relación conflictiva entre las sociedades europeas contemporáneas. La prosa del texto escrito por Moro nos hace ver que se trata de una comunidad imaginaria.

Y en efecto, si nos vamos a las enciclopedias, desde entonces una utopía es un plan o sistema ideal de gobierno en el que se concibe una sociedad perfecta y justa, donde todo discurre sin conflictos y en armonía.

 Contrariamente a este concepto positivo de utopía, existe el punto de vista negativo, el dominante, que la ve sí como un proyecto, deseo o plan ideal, atrayente y beneficioso para la comunidad, pero que es un sueño, una ilusión ya que en el momento de su formulación es irrealizable.

Y lo peor, sería  una ideología que pretende engañar a la comunidad con falsas promesas. Y es esto precisamente lo que los conservadores y los damnificados de la 4T de AMLO están esgrimiendo como su principal argumento para descarrilar su gobierno. Lo cierto es que la relación de los conceptos ideología y utopía es estrecha, por ello hay que aclararla.

Utopía: el sueño del orden de vida verdadero y justo
El concepto de utopía está íntimamente ligado con el de ideología, pero no necesariamente de manera negativa. Si  la ideología provoca la apariencia, por el contrario la utopía es el verdadero y justo orden de vida.
En la apariencia se halla presente aún el sueño, lo utópico está vigente en la ideología, aunque de manera estrangulada e ineficaz; y al presentar la ideología aparentemente como real aquello que únicamente se soñaba, no hace sino reconocer la verdad del sueño.

De tal forma, que la utopía no es simplemente una alternativa a la ideología, sino al mismo tiempo su fermento, incluso quizá su causa. En suma: la ideología influye en todo juicio filosófico de la sociedad humana.

La ideología provoca, la utopía es. Insisto, la utopía es el sueño del orden de vida verdadero y justo independientemente del problema de lo que tal sueño provoque o pueda provocar histórica y socialmente en cada caso.

Y aquí viene lo más importante, el sueño se comporta con respecto al individuo evidentemente de forma distinta que la apariencia; el concepto de sueño presupone sujetos soñadores, intenciones individuales también colectivas, por muy confusas que sean.

Por el contrario, la apariencia, aunque a veces también puede ser intencionadamente subjetiva, se ve determinada solamente por su modo de obrar objetivo. La clave está en la decisión y perseverancia que requiere la realización de cualquier sueño.

Bibliografía: Utopía; Arnhelm Neusüss; Barral Editores; Barcelona; 1971.

No hay comentarios:

Publicar un comentario