lunes, 15 de noviembre de 2010

Una lección de vida

Tocando puertas



                              Lic. Minerva Rosales


El pasado 7 de octubre dio inicio la campaña de las planillas que se conformaron en el D.F. para la elección de Comités Ciudadanos y Consejos de los Pueblos a celebrarse el 24 del mismo mes de acuerdo la Ley de Participación Ciudadana del D.F.

Mis compañeros y yo integrantes de una planilla en la 3a sección, decidimos visitar a nuestros vecinos en sus departamentos y presentarnos con ellos, además de hacerles saber cual era nuestro proyecto de trabajo. Para ello visitamos los edificios Aguascalientes, Chamizal, Edo. de Morelos, Territorio de Quintana Roo, Baja California, las torres de Reforma, el edificio Durango, Colima, etc.

Toda la gente fue muy amable, y nos hicieron peticiones y nos agradecieron que tuviéramos ese contacto con ellos.

Como principio, siempre he sostenido que los procesos de participación ciudadana son distintos en cada edificio y así pude observar edificios extremadamente limpios y con libre acceso a las escaleras en caso de que se presente un siniestro. Otros edificios parecen ratoneras y esto lo digo porque el grado de inseguridad es tal en la unidad que los vecinos, para evitar que les sigan robando en sus departamentos cierran las puertas de acceso a las escaleras y lo más curioso es que aun con estas medidas continúan los robos a casa habitación y nadie se da cuenta cuando sacan las cosas, entonces ¿Dónde encontramos a los ladrones o cómo entran a los edificios y perpetúan estos?

En algunos edificios tienen entradas muy bien arregladas, otros no. En otros edificios ni siquiera existe el mínimo interés de organizarse. Por ejemplo cuando se convocan a asambleas ordinarias o extraordinarias siempre son los mismos vecinos que bajan, los mismos que proponen, los mismos que actúan, deciden y ejecutan y ¿es válido que el 10 o 15% tomen las decisiones? En la mayoría de los edificios los que rentan no asisten a las reuniones porque como no es su casa, tampoco su edifico, por tanto no les importa lo que suceda en él.

Mi lección de vida fue que aprendí a ser tolerante paciente y amable con el que toque a mi puerta y en lo personal les doy las gracias a la gente que participo en este proceso electoral.

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