lunes, 19 de agosto de 2013

Periodismo y perspectivas tlatelolcas de Susana Schendel

Miguel Ángel Márez Tapia*

Susana Schendel vivió en el edificio Chihuahua
Fotografía: Antonio Fonseca

El periodismo comunitario construido en Tlatelolco tuvo un impulso trascendente al contar con un tipo de habitante en las primeras etapas de poblamiento de la Unidad, un perfil intelectual y de letras, profesores universitarios y periodistas, todos ellos contaban con una pluma suave y ágil para narrar a través de palabras escritas, los acontecimientos que se suscitaban dentro de Tlatelolco.

En el número anterior de Vivir en Tlatelolco, hemos introducido diversos aspectos sobre el periodismo comunitario a través de publicaciones locales, aún falta mucho por escribir sobre ello, sin embargo es necesario antes, puntualizar un aspecto que hemos dejado ausente, la resonancia de los discursos tlatelolcas que tuvieron eco en los medios de masivos de comunicación. Me gustaría puntualizar sólo un caso para este momento, la columna “Perspectivas tlatelolcas” en el periódico El Nacional, su autora era Susana Schendel Brunish.


La entonces tlatelolca del edificio Chihuahua, Rosa María Vanegas García (2001), realizó una remembranza de Susana Schendel a raíz de los quince años del sismo de 1985, ella “nació en el año de 1922, en la ciudad de México, fue segunda hija de un matrimonio de inmigrantes alemanes. Llegó a vivir en Tlatelolco en 1968 en el edificio Chihuahua, entrada B, departamento 708 (…), se mudó en julio de ese año” dijo Vanegas.

No había rejas, los elevadores tenían cada uno su elevadorista, había muchas áreas verdes, continuamente se cambiaban las plantas de ornato de acuerdo a la temporada, los domingos era un tianguis, una fiesta vecinal, había clases de guitarra, de inglés, de macramé… hasta conciertos populares en el jardín de Santiago Tlatelolco. Se vendía toda clase de curiosidades, como los globos que no faltaba un niño que no quisiera uno, venían danzantes de muchos grupos a la iglesia; habita de todo lo que es un tianguis, y todo se acabó después del 2 de octubre (Palabras de Susana Schendel en Vanegas, 2001).

Estudió Periodismo en la Universidad Femenina, Manuel Becerra Acosta, director del Excélsior, también era director de la carrera, entre sus primeras incursiones en el periodismo, participó realizando entrevistas y reportajes en el periódico Mi palabra junto a un grupo de otras mujeres bajo la dirección de Adela Formoso de Obregón Santacilia. Trabajó realizando colaboraciones para otros medios, la que sobresale es 17 años para Notimex hasta el año 2000. Escribía sobre cultura, turismo y vida cotidiana, pero en 1989 el director del periódico El Nacional le pide que modifique el contenido de su columna, nombrándola “Perspectivas tlatelolcas” en la sección “Ciudad” por el hecho de vivir en Tlatelolco y debido a los hechos trágicos del sismo del 19 de septiembre de 1985, así lo hizo hasta el momento que El Nacional fue cerrado en 1998.  Susana Schendel fue una de tantos tlatelolcas que resistió para que el edificio Chihuahua no fuera demolido como era el plan original de Guillermo Carrillo Arena de la Secretaría de Desarrollo Urbano y Ecología (SEDUE).

Su columna continuo publicándose luego que los trabajos de la reconstrucción de Tlatelolco fueron parados, para el 26 de noviembre de 1994, Schendel denunció la última entrega de los clubes a la Delegación Cuauhtémoc por el Fondo Nacional de Habitaciones Populares (Fonhapo):

“Igualmente sorprendió a los tlatelolcas la entrega que Fonhapo hizo a la Delegación Cuauhtémoc del club 5 de Mayo, en vez de haberlo hecho en favor de la comunidad de la unidad habitacional, el pasado 26 de noviembre, supuestamente ya reconstruido, cuando en realidad lo único que se reparó fue la sala de usos múltiples. Esta unidad deportiva y recreativa, de las tres con que cuenta Tlatelolco, es la más amplia y completa y quedará con esa entrega, excluida para los tlatelolcas, en especial niños y jóvenes, como es el caso del Félix Azuela, que es administrado por el IMSS, y el Antonio Caso que administra la delegación, relegando con ello a los residentes, quienes originalmente, mediante una cuota mensual y comprobando su residencia, podría disfrutar tranquilamente del club” (Perspectivas tlatelolcas, El Nacional, 08-12-1994).

Con pluma aguda y crítica continuamente hizo mención del “menosprecio a los tlatelolcas” por parte de las autoridades, advirtió la pretensión de desligarse totalmente de Tlatelolco, en la cabal imposición del régimen de condominio, motivo por el cual Fonhapo estaba recurriendo a una serie de amenazas contra los residentes que se habían resistido a realizar los trámites correspondientes porque no estaba concluida la reconstrucción, mismos que quedarían inconclusos finalmente.

Por otro lado, el 27 de junio de 1995, escribió sobre las mesas para el cambio de régimen para la tenencia de las viviendas en Tlatelolco.

La mesa redonda relacionada con el cambio de régimen para la tenencia de las viviendas en Tlatelolco, dejo preocupados a los residentes al quedar de manifiesto que Fonhapo pretende desligarse de los compromisos implícitos del fideicomiso, sobre todo con aquellos que habitan los 32 inmuebles que estuvieron sujetos a obras mayores que prácticamente siguen inconclusas, ya los faltantes a corto y mediano plazo requerirán reparaciones costosas. La reunión tuvo lugar el pasado 27 de junio y forma parte de las actividades del Comité Diez Años-Tlatelolco; los funcionarios de Sedesol y Fonhapo que fueron invitados, no asistieron. (Perspectivas tlatelolcas, El Nacional, 15-07-1995).

Desde la columna Perspectivas tlatelolcas, la inseguridad y robo a casa habitación ya eran tema de discusión en 1993, junto a la denuncia a la Subdelegación Política de Tlatelolco, por medio de su titular, Ariel Cueto que toleraba en la Unidad, la introducción de vendedores ambulantes afines de Guillermina Rico, finalmente otro personaje constantemente cuestionado por Schendel fue el delegado en Cuauhtémoc, Jesús Dávila Narro, por ello Rosa María Vanegas dijo que “con su labor periodística contribuyó a lograr que la reconstrucción fuera un tema cotidiano en la ciudad, ser la piedra en el zapato de los funcionarios” (Vanegas, Op.Cit.) y cuando no estaba en la “talacha periodística” en palabras de Vicente Leñero, hasta su último día de vida se mantuvo en su amado 708 del edificio Chihuahua.
*Antropólogo

Fuentes: 
Vanegas, Rosa María. (2001) “Tlatelolco a quince años del sismo de 1985 y Susana Schendel Brunish” en Boletín oficial del INAH - Antropología, Núm. 61, México: INAH, pp. 28-34.

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