- “Sigo recibiendo ¡¡¡los bueeeenos
días!!! y las buenas vibras, por el trabajo que realicé en una época como
directora de Cultura en Tlatelolco”, afirmó
Por Ignacio
Arellano Mora
La maestra Irma Cossio en sus casa. |
La maestra Irma
Cossío actualmente se dedica a disfrutar de la vida y “a ver los entornos en donde he estado durante tantos años”. Estudió
la carrera de arte dramático, literatura dramática en Bellas Artes y un año con
Andrés Soler.
Como actriz, Irma
Cossío realizó más de setentas obras teatrales, trabajó en telenovelas con
Fernando Vaine, en Telesistema Mexicano, también colaboró con Pedro Ferriz, en
una serie de ovnis “Un Mundo nos Vigila”, en la pantalla grande, trabajó con
los cómicos como Clavillazo, Viruta y Capulina, entre otros.
“Me autonombre un ‘albañil’ que trabaja,
porque lo que me ‘llamaban’, yo iba. Porque tenía dos hijos que mantener. Tenía
una vida qué hacer. Mi vida era la radio, estuve trabajando en la XEW,
asimismo, hice novelas con Kaliman y fotonovelas”, comentó.
Continúo, “tuve mucha vida artística, pero llegó un día
que necesitaba enseñar lo que sabía, que aprendiera lo que había aprendido
tanto en la carrera teórica como la práctica, por eso, me fui retirando poco a
poco del mundo del espectáculo y fundo una escuela de arte dramático, sin
cobrar a los chamacos, y de ahí nace todo este semillero”.
“Me fui retirando poco a poco como actriz, al
grado que, el productor de cine que me descubrió, estando en la Subdelegación,
me dijo: ‘vengase para acá, hágame esta película’, y me dio un coestelar en El
Caifán del Barrio”, expresó.
Realizó,
principalmente, cuatro películas, “El Caifán del Barrio” (1986), “Las Novias
del Lechero” (1989), “El Diablo Quiere Sexo” (1990), “Reto a la Muerte” (1990),
sin dejar su trabajo de lo que estaba haciendo. Señaló, “estaba equilibrando las dos cosas”.
“Mi carrera la dejé hace muchos tiempo porque
terminó un ciclo, pero los recuerdos, el amor y el afecto ahí siguen. Sigo
viviendo aquí en Tlatelolco, sigo estando aquí”, comentó.
Muy pensativa y
haciendo una pausa, nos expresa que “sigo
recibiendo ¡¡¡los bueeeenos días!!! …y las buenas vibras, por el trabajo que
realicé en una época como directora de Cultura en Tlatelolco”.
¡¡¡ASÍ, LLEGUÉ!!!
Recordó que
estuvo realizando la actividad cultural para los niños, los jóvenes y para los
adultos. “El lugar en donde estaba
físicamente era en el Teatro Antonio Caso”.
En 1972, el
delegado de la Cuauhtémoc, Delfín Sánchez Juárez, me hizo el favor de
contratarme como Coordinadora de Teatro en dicha demarcación y “el señor José Lima Zuno -director general de
Administradora Inmobiliaria, S.A., AISA- le gusto mi trabajo y quiso que
compartiera la responsabilidad, así fue como llegue a trabajar aquí en octubre
de dicho año”.
Por ello,
precisó, por el trabajo, “me obligó
enormemente con gusto a vivir en la Unidad desde 1975, a raíz de que se formó
la Subdelegación en Tlatelolco. ¡¡¡Así, llegué!!!”
Con alegría reflejada
en su rostro y con una satisfacción de quien experimenta al ver pasar por su
mente recuerdos agradables, nos comentó que “así poco a poco nos fuimos haciendo la idea de que aquí tenía que
surgir todo ese semillero. Todo ese trabajo tanto para Tlatelolco como para las
colonias que se manejaba en la Subdelegación, como San Simón y Peralvillo”.
“En el kilómetro cuadrado de Tlatelolco en
los diversos espacios ahí estábamos con nuestras actividades culturales y
sociales”, manifestó.
Además, agregó la
maestra Irma, “me recuerdo que nosotros
teníamos todas las promotoras voluntarias que nos ayudaban muchísimo con los
niños. A los niños los llevábamos a distintos actividades, por ejemplo, a
sembrar arbolitos”.
Después de dos
horas de estar colocando arbolitos en las áreas verdes, de premio los
llevábamos a la matiné al Cine Tlatelolco y les comprábamos una paleta helada.
Porque, “obviamente, no nos era
importante ni nos interesaba de alguna manera salir del área de Tlatelolco”.
Son recuerdos muy
bonitos y muy hermosos, esos niños ahora son como la edad de Andresito Pulido y
de Ricardo Roca, seguramente, “ahora son
papás y se han de acordar de todas esas actividades”.
HASTA LA ÚLTIMA
FILA DE LAS BUTACAS
“Ese es un recuerdo hermoso que tengo de los
niños y del Cine Tlatelolco. Además, iba periódicamente, soy una cinéfila de
hueso colorado. Me encanta el cine, lo tenía a 100 metros de mi casa y no me
costaba nada ir. Pero la realidad es que la situación está que de pronto se nos
desapareció completamente esa diversión”, aclaró.
La maestra se
inquieta al ver una vieja fotografía del cine Tlatelolco y su mirada la enfoca
en algún lugar infinito, reviviendo aquellos años, como si estuviera caminando
en el Cine Tlatelolco, los sábados se iba solita. “Me ponía mi cachucha. Recuerdo que entraba por la salida de emergencia
que estaba cerca de la pantalla y por ahí subía poco a poco, como a mí me
gustaba, llegar hasta la última fila de las butacas, ahí me sentaba. Solita a
disfrutar mis películas”.
Recordó que vio
la película “Viaje a las Estrellas”, me encantó. Además, precisó que “era un lugar importante de para nosotros,
dentro de nuestra vida social. Para mí era un lugar de recreación el cine”.
Si estuvieran en
sus manos para recuperar el ex Cine Tlatelolco ¿qué haría?
“Mmmhhhhhhhhh …que no haría” “Es un lugar tan importante, por la ubicación
que tiene en Tlatelolco, porque tenemos que ver que está en el centro del
Conjunto, que por todas partes pueden llegar uno a el”, respondió.
Propuso Irma
Cossío que “haría el Centro Cultural
Artístico Cinematográfico Tlatelolco. Así nada más, porque abarcaría y
abrazaría tanto el arte, el cine, como la cultura. Naturalmente, si fuera un
mecenas lo haría pero desafortunadamente no lo podemos hacer, por eso pedimos
que usted que puede y sabe que lo necesitamos. Somos mexicanos, somos
tlatelolcas necesitamos que no nos olviden”.
“Nos hace falta un centro de recreación y no
un lugar en donde sea un centro de consumismo total, estoy de acuerdo que haya
un consumismo pero siempre que exista un equilibrio al respecto”, apuntó.
Siempre
sonriente, Irma Cossío solicitó que
“necesitamos que nos ayuden, que nos apoyen, y eso sólo lo pueden lograr los
medios de comunicación y ustedes que son las personas que están interesadas en
esto”.
A la vez,
agradeció la entrevista, “agradezco con
el alma el que me hayan invitado a participar en el documental “Del Olvido a
la Memoria… ¿Adiós al Cine Tlatelolco”, por los jóvenes cineastas Roca
Hurwitz y Andrés Pulido Esteva”.
“Me siento
orgullosa de mi trabajo, de lo que hice y me siento orgullosa de conocerlos”, con
estas emotivas palabras de gratitud se despide… y se alcanza a distinguir que
unas pequeñas pero significativas lágrimas se le escapan, de aquellos ojos
acostumbrados a ver al público, el escenario, las luces… así, sensible y
entusiasta es nuestra inolvidable maestra Irma Cossío.
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