Alejandro Mario Fonseca
A Ernesto Castellanos
Para convertirme
en profesor de Yoga reconocido por la Yug, Yoga Yoguismo y por la Gran
Fraternidad Universal (GFU), tuve después de dos años de estudio y
entrenamiento, que afrontar algunos retos.
El Más difícil
fue el de un ensayo corto, máximo de 20 cuartillas que hablara de algo
relacionado con la disciplina y que resultara útil. Decidí escribir sobre los
Yoga Sustras de Patanjali, para mí uno de los grandes paradigmas de la
filosofía del Yoga.
Andres Manuel López Obrador |
Así qué como tenía 6 meses para entregar el ensayo, me puse a
estudiar. Conocí las obras de Iyengar el máximo súper star del Yoga en la
actualidad (algunas, porque son muchas); las de Osho, que todavía sigo
releyendo ya que no es tan claro como Iyengar pero sí es más profundo; las de Krishnamurti; las del
Maestre de la Ferriere, el fundador de la GFU; y algunos escritos antiguos,
como el Shiva Samhita, que fue el que
más trabajo me dio porque es exageradamente
alegórico y reverencial; el Gheranda Samhita, que es más un manual de
ásanas (posturas de Yoga) que otra cosa; y finalmente al mismísimo Bhagabad
Gita, un hermoso texto bíblico hindú, que además resulta una verdadera obra de
arte.
Jeshua el Maestro
En esta entrega quiero compartirles un aspecto filosófico
importantísimo para los mexicanos, ahora que parece aproximarse una verdadera
reforma educativa: el concepto de Dios entendido como un Maestro.
Hay muchas maneras de iniciar la práctica del Yoga. Ante todo,
Patanjali describe el método de entregarse uno mismo a Dios (Isvara). Implica
el desapego del mundo y el apego a Dios, y sólo es posible para aquellos pocos
que han “nacido adeptos.”
Hasta aquí, pareciera que tan solo Patanjali nos ofrece una oferta
muy parecida a la que, en nuestros días, nos hacen las sectas cristianas protestantes: ¡sólo los
elegidos!
Sin embargo, todo se vuelve a iluminar, ya que Patanjali define a
Dios como el Ser Supremo, totalmente libre de toda aflicción y de los frutos de
la acción. En Él mora la incomparable semilla de todo conocimiento. Es el primero y más importante de todos los
maestros incondicionado por el tiempo,
el lugar y las circunstancias.
Sí, igualito a nuestro Dios, bueno a su hijo, el Maestro Jesús (Jeshua),
y ante este concepto, no nos queda más
que hacer una reverencia al sabio Patanjali: Dios es Paramnatma, Alma Suprema, el Sí-mismo Universal. Yo añadiría, con
toda humildad y siguiendo la tradición del Yoga tántrico y del Nuevo Testamento:
Dios ya está en nosotros y el camino es descubrirlo.
Aquello de “los elegidos” o
“nacidos adeptos” lo interpreto más, como una motivación o un reto, que como
una discriminación o jactancia; hay que recordar que para las filosofías
orientales en general, la virtud de la humildad ocupa un lugar esencial. También
para el cristianismo, en sus orígenes.
La imagen política del Peje
Y esto último me da pie para ir al grano de mi crítica política del
día de hoy. ¿Qué pretende el Peje con eso de su “tres de tres”? Que resultó
“vacía”, es decir nos sale con que no es dueño de nada. Todo mundo se ríe, nos quiere
ver la oreja, o todavía peor porque ¿qué
tal si fuera cierto?
Y sí querido lector, estamos dando en el clavo, el Peje, “nuestro
Peje”, “la salvación de México”, resultó ser un balandrón, un fanfarrón que se
las da de muy valiente, es decir un botarate,
vago, chalado, y hasta bohemio en
el mejor de los casos: ¿se le pasaron los tragos y se puso muy hablador, muy charlatán?
Y me quedo corto, a ver ¿cómo está eso de que no tiene bienes? Aahhh
porque ya los cedió, ¿a quién? Pues a su esposa y a sus hijos. Je je je o sea
que todo es una farsa, una pose política, quiere aparecer puro, como el
maestro, el mesías, que no era dueño de nada, más que de los harapos que
portaba. O ya de perdis, quiere parecerse a los franciscanos.
Si su partido se llama Morena, como la virgen de Guadalupe, la
deidad más popular de México, ¿por qué no él iba a ser lo más parecido posible
la maestro Jesús, o a Francisco de Asís?
Y ya para rematar, un mal chiste para los
“maestros” de la CNTE: acuérdense de que el Maestro Jesús no cobraba, sus
clases eran gratis. Ustedes están al revés cobrando sin trabajar
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