Alejandro Mario Fonseca
Nicolás Maquiavelo (1469-1527) fue un
diplomático, funcionario público, filósofo político y escritor italiano,
considerado padre de la Ciencia Política moderna. Fue asimismo una figura
relevante del Renacimiento italiano.
Maquiavelo era un asiduo estudioso de
los antiguos, sobre todo de los romanos. Entre sus principales fuentes destacan
La política de Aristóteles, Los deberes de Cicerón, La historia de Herodiano y Los anales Tácito.
Maquiavelo nació en Florencia, la
ciudad renacentista por excelencia: la antesala de la modernidad. ¿Cómo
explicarnos la enorme influencia intelectual que este primer filósofo de la
política ha tenido a lo largo de cinco siglos?
...La diplomacia es una profesión que se adquiere a lo largo de años de estudio... |
Una transformación de la actitud
intelectual
Para Eugenio Garin, un historiador
que va a los archivos medievales de Florencia, lo que se produjo fue una
transformación del modo de pensar. Garin cita a Alexandre Koyré: “…no se trató
tanto de un combate contra teorías erróneas o insuficientes, como de una
transformación de los propios marcos intelectuales, un trastocamiento de
determinada actitud intelectual”.
El impulso hacia la transformación
del patrimonio científico griego y romano, o sea hacia el desarrollo de nuevos
métodos y el descubrimiento de nuevos horizontes no procedió del ámbito de la
ciencia y la filosofía de finales del Medievo, sino de otras zonas, de otros
ideales, capaces de transformar la visión del hombre y la cultura, y desde allí
repercutió en dicho ámbito.
El movimiento humanista surgió en el
plano de la vida civil y luego estalló hacia los diferentes campos del saber,
permitiendo su recuperación y fortalecimiento. La cultura que floreció en las
ciudades italianas entre los siglos XIV y XV, se manifestó sobre todo en el terreno de las disciplinas morales, a
través de una nueva relación con los autores antiguos. Y aquí viene lo más
importante: se concretó en unos métodos educativos aplicados en las escuelas de
gramática y retórica; y, la clave, se ejerció en la formación de los dirigentes
de las ciudades –Estado, a quienes
ofreció unas técnicas políticas más refinadas.
Perlas de sabiduría maquiavélica
“...en los Estados hereditarios
y ligados a la sangre del príncipe son menores las dificultades que surgen para
su conservación que en los nuevos, ya que
basta para su conservación que en los nuevos, no pretender cambiar
las órdenes de los antepasados, y después, saber contemporizar con los
acontecimientos”.
“Sucede entonces en estos casos algo
parecido a lo que dicen los médicos de
lo que compete a su profesión, que en el principio de la enfermedad ésta es
fácil de curar y difícil de diagnosticar, pero si pasa el tiempo, no habiéndola
ni diagnosticado, ni medicado, aparece como fácil de diagnosticar, pero difícil
de curar. Algo parecido sucede con las cosas del Estado; porque si se
conoce el fallo (el cual sólo se le ofrece a uno que obra con
prudencia), los males que nacen de él se curan rápidamente; pero
cuando, por no haberlos conocido, dejamos que crezcan, porque nadie se ha hecho
cargo de ellos, no existe ya el menor remedio”.
“Nace de ello una disputa: si vale
más ser amado que temido, o todo lo contrario. Se responde que se
quiere ser las dos cosas; pero, como es difícil conseguir ambas a la vez, es
mucho más seguro ser temido primero que amado, cuando se tiene que
carecer de una de las dos cosas. Porque de los hombres en general se
puede decir esto: que son ingratos, volubles, simuladores
y disimulados, que huyen de los peligros y están ansiosos de ganancias;
mientras les haces bien, te son enteramente adictos, te ofrecen su sangre, su
caudal, su vida y sus hijos, cuando la necesidad está cerca; pero cuando la
necesidad desaparece se revelan”.
“Debéis, pues, saber que hay dos
maneras de combatir: una con las leyes, y otra con la fuerza;
la primera es propia del hombre, la segunda lo es de los animales; pero, como
muchas veces la primera no basta, conviene recurrir a la segunda”.
“...viéndose un príncipe en la
necesidad de saber obrar competentemente según la naturaleza de los animales,
debe entre ellos imitar a la zorra y al león a un tiempo; porque el león
no se defiende de las trampas, y la zorra no se defiende de los lobos. Es necesario,
pues, ser zorra para conocer las trampas, y león para destrozar los lobos.
El sainete
Trump-Videgaray
La
diplomacia es una profesión que se adquiere a lo largo de años de estudio, de
práctica y perseverancia. Es una de las grandes herencias que recibimos del
humanismo renacentista. Qué alejados están el loco Trump y el aprendiz
Videgaray del humanismo y de la diplomacia.
Ante la
falta de oficio político de nuestros gobernantes en turno, los de aquí y los
del norte, los mexicanos tenemos que resignarnos a ser espectadores de un talk
show continuo, en el que todo se vale, las mentiras, las verdades a medias, los
chismes, las amenazas, la burla, …
Hay a quien
todo esto le resulta divertido, para mí es francamente triste y deprimente. Y
mientras tanto, la corrupción, el despilfarro, la impunidad, la violencia,… se
profundizan. ¿Usted qué opina?
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