Por Alejandro Mario Fonseca
Me acuerdo muy bien, por allá a fines
de los años 50 cuando yo era un niño de escasos siete u ocho años y se
festejaba algo en casa, mi papá llegaba con un delicioso pastel de la panadería
El Molino.
Ya un poco mayor, también me tocó
coleccionar estampillas sobre autos, animales, plantas,… que aparecían en los
famosos gansitos, donas, submarinos, pingüinos,… mismas que íbamos pegando en
el álbum correspondiente: eran pastelillos Marinela,
de la panificadora Bimbo.
Medio siglo después de lo que le
estoy contando, tuve la suerte de conocer a Don Lorenzo Servitje, que falleció
la semana pasada a la edad de 98 años. Fue en una plática organizada por la
Unión Social de Empresarios de México (USEM) aquí en Puebla.
Me impresionó la calidad humana de
Don Lorenzo. Fue en esa plática donde entendí cabalmente el concepto de subsidiaridad, que es uno de los
valores claves de la Doctrina Social Cristiana.
Don Lorenzo Servitje: |
¿Qué
es la subsidiaridad?
La
Subsidiaridad tiene como fundamento el reconocimiento de la desigualdad
entre los hombres. Es el principio que rige la relación entre menores y
mayores, por el que el menor debe de hacer lo más posible y el mayor ayudarle
sólo en lo necesario. En otras palabras, que el mayor no haga lo que el menor
pueda hacer bien.
Es un
concepto práctico y aterrizado. Hace que los demás principios, dignidad humana,
libertad, justicia, bien común, solidaridad no se queden en lo abstracto.
El principio de Subsidiaridad
implica:
El derecho de los entes individuales
o colectivos menores a ser respetados por los mayores para poder alcanzar su
plenitud.
La obligación de los menores de hacer
lo más posible por alcanzar esa plenitud.
El derecho de los entes individuales
y colectivos mayores de liberarse de las actividades que sean propias o
posibles de ser ejecutadas por los
menores, para dedicarse a otras más elevadas, complejas o fructíferas.
Y la obligación de respetar a los
menores y de ayudarlos en lo necesario, y solo en lo necesario, para que
alcancen su plenitud.
La subsidiaridad simple, consiste en:
permitir, tolerar o respetar la acción del menor.
La subsidiaridad amplia consiste por
parte del mayor en: orientar, promover, facilitar, apoyar, estimular y sobre
todo, hablando de la empresa, en capacitar al menor para que haga lo más
posible.
Don Lorenzo
Servitje: paradigma del empresario mexicano moderno
Don Lorenzo fue hijo de catalanes que
llegaron a México a fines del porfiriato. Su papá fundó en 1929 la panadería El
Molino. Entre tanto, Lorenzo estudió en la UNAM donde se tituló como contador
público. En 1945 creó la Compañía
Panificadora Bimbo.
Según
la revista Forbes, la logística desarrollada en México fue la base que ayudó a
Bimbo a catapultarse y alcanzar su estatus actual como la mayor empresa
panificadora del mundo.
Todo mundo en México reconoce, aun
sus detractores, que grupo Bimbo es ejemplo a seguir por su gran capacidad de
logística para hacer llegar sus muy diversos productos hasta los rincones más
remotos del país.
La pericia que Bimbo ha desarrollado
en sus 70 años de vida para producir, empaquetar y entregar sus productos de
forma constante y pronta, explica en buena medida el éxito que ha tenido no
sólo para conquistar el mercado mexicano, sino para penetrar incluso muchos
otros mercados y ser hoy la mayor panificadora industrial del planeta.
Ese título lo acreditó a mediados de
2014, cuando compró a Canadá Bread en 1,660 millones de dólares. Con esta adquisición,
sumó 25 plantas a sus operaciones globales y le dio acceso no sólo al mercado
canadiense, sino también al de Reino Unido.
Canadá Bread fue la última de una
lista de compras e inversiones hechas por Bimbo fuera de México desde inicios
de la década de 1990, con un valor conjunto cercano a 10,000 millones de dólares.
(Cfr. Eduardo García, revista Forbes).
Reflexión
final
En aquella época de la que le estoy
contando, cuando yo era niño, también comíamos sándwiches de jamón y queso,
desde luego hechos con pan Bimbo. Es
curioso, en la actualidad le sigo
preparando un sándwich a mi hija Isabel para que se lo lleve en su lunch a la
escuela. Y claro, es de pan Bimbo y
sigue siendo de jamón y queso, sólo que
ahora el pan es multigrano o de linaza.
Don Lorenzo Servitje es un claro
ejemplo del empresario mexicano moderno, modelo a seguir, sobre todo ahora que
vivimos tiempos aciagos, acosados por empresarios depredadores de todo tipo,
los corruptos de adentro aliados con lo peor de nuestra clase política y los de
afuera encabezados por el loco Trump.
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