Alejandro
Mario Fonseca
El horno no
está para bollos
es una frase que alude a que una situación o una persona determinada no admite
más tensión de la que ya tiene acumulada. Cuando un horno se
ha calentado demasiado no es recomendable colocar en su interior los bollos
para hacer un tipo especial de pan, pues la masa se quemará por fuera
y el interior quedará crudo.
Que mejor expresión para referirnos a
los vericuetos del Partido
Revolucionario Institucional (PRI). Aclaro, un vericueto es un camino estrecho,
tortuoso, accidentado y generalmente alto por el que es difícil andar.
Y es que el contexto político
nacional está que arde y el PRI se empeña en caminar por el filo de la navaja.
Bueno, algunos me dirán la navaja no tiene filo y además su dueño es el PRI. Y
sí, es cierto, la plutocracia del PRI
todavía controla el escenario, pero ya no tanto, porque ahora todo se
sabe.
Por ejemplo, y para muestra sólo hace
falta un botón, el viernes pasado la sección instructora de la Cámara de
Diputados, por unanimidad acordó que los juicios de desafuero de Abdalá y
Silva, exfuncionarios de Javier Duarte, serán sometidos a su posible votación
ante el pleno, ya que fueron dictaminados en sentido negativo por la instancia jurisdiccional
y hubo empate durante su votación.
¿De qué se les acusa? Pues del desvío
de más de 23 mil millones de pesos. ¿Le parece poca la cantidad de dinero
“desviado”? para decirlo suavecito.
Tan sólo es el caso de Duarte el de
Veracruz. Y si le sumamos los otros diez, doce, o tal vez 15 ex gobernadores
priistas, incluido el otro Duarte, el
panista César, de Chihuahua, el escándalo es mayúsculo. Por eso es que los
priistas más astutos han recurrido al mimetismo.
Por Vehículos y edificios el PRI es el partido más rico en Puebla |
Mimetismo
político
Está de moda hablar de los
“chapulines” esa hábil especie de políticos que saltan de una función a otra, de
un poder a otro, de un partido a otro. Pero poco se dice del mimetismo, esa
propiedad que tienen algunos animales y plantas para mimetizarse: gracias al
mimetismo, algunos insectos pueden camuflarse entre las hojas de los árboles.
Un político se mimetiza cuando cambia
de “color” de acuerdo con las circunstancias para proteger sus intereses
políticos o personales. Mimetismo es sinónimo de oportunismo. Si
el entorno político predominante es rojo, él es rojo; si es azul, él adopta
este color para que los azules le crean uno de los suyos.
También están los que “huelen”,
adivinan el futuro y se mimetizan antes de tiempo, algunos se queman pero otros
le atinan. Otros son todavía más hábiles y ante el aquelarre, esa fiesta
nocturna (en lo oscurito) de brujas y brujos en la que participa la clase
política (salvo honrosas excepciones) se declaran “independientes”.
Y mientras unos se unen en alianzas
extravagantes para conservar el poder, otros se disputan los puestos y
candidaturas como perros y gatos. Pero eso sí, todos reciben enormes sueldos y
canonjías, además (no todos) del dinero mal habido: campean el abuso, la corrupción
y la impunidad.
Ya veremos en que termina toda esta
confusión, esta batahola de mil demonios en la que los más escandalosos son los
jefes priistas y panistas. ¿Y los dueños
de los partidos chiquitos? ya no saben ni a quién arrimarse.
¿Qué pasa
con el PRI en Cholula?
Y en este país en el que todo se vale,
el estado de Puebla parece ser excepcional, una especie de tipo ideal de
mimetismo “perfecto” en el que los políticos cambiaron súbitamente de rojo a
azul. Un estado gobernado por el PRI durante 80 años, en un abrir y cerrar de
ojos pasó a ser gobernado por el PAN y casi todos se disciplinaron.
El exgobernador Rafael Moreno Valle
emanado de las filas del PRI, orquesto una amplia alianza de todos los partidos
contra su partido de origen. Su habilidad política fue asombrosa. Logró incluso
que muchos priistas lo apoyaran tras bambalinas. Su victoria hace siete años
fue contundente.
Tuve que hacer todo este rodeo para
intentar una explicación lógica de la situación en la que se encuentra el PRI
en San Pedro Cholula. Resulta que en el Foro Político organizado por la Casa del Puente, los líderes del PRI
hicieron el ridículo.
Fue la tarde del 4 de octubre pasado
en la que se presentó el licenciado Joaquín Mexicano Tochimani, entiendo que es
el presidente del PRI municipal, apoyado por el licenciado Alfredo Torres Huerta.
Su tema fue la historia y los documentos básicos de su partido.
El joven licenciado Torres,
desconozco su cargo en el partido, fue el que “salvó” la tarde. Como pudo
presentó una breve, brevísima historia del PRI. Nos tuvimos que zampar una
historia oficial de la revolución mexicana, muy simplificada, en la que todos
fueron buenos, excepto Porfirio Díaz.
No se hizo ninguna distinción entre
las distintas facciones, mucho menos entre las diversas ideologías y principios
que sostuvieron la gran variedad de caudillos participantes. En consecuencia,
ante una historia tan simplona fue imposible desarrollar el otro tema, el de
los documentos básicos.
En su breve resumen no hicieron la
más mínima autocrítica a su partido. Como si todo hubiera sido un cuento de
hadas “el Partido Revolucionario Institucional siempre fue, es y sigue siendo
el partido de la justicia social”. Una especie de agencia nacional filantrópica
a la que los mexicanos le debemos todo.
Ya en las preguntas me arriesgué a
preguntar por qué habían sido tan parcos en la historia de su partido, por qué
llegaron hasta Lázaro Cárdenas y de allí tras una breve mención de la etapa del
“desarrollo estabilizador”, se saltaron hasta Colosio y sin más explicación
pusieron un video del famoso discurso que llevaría a este último a la muerte.
¿Querían conmovernos?
Desde luego que no obtuve respuesta y
es que hubieran tenido que hablar de los abusos y el despilfarro que se iniciaron con los
gobiernos del “boom petrolero” y ya después con el neoliberalismo de Salinas.
Entonces desde el público hubo varias intervenciones indignadas y hasta
groseras: se lo merecían, por ignorantes y/o por hipócritas.
Conclusión
A manera de conclusión arriesgo una
hipótesis. Los verdaderos dueños del PRI de Cholula están agazapados,
escondidos. Lo que presenciamos en la Casa
del Puente fue una mala comedia en la que probablemente sin saberlo
participaron “líderes de sacrificio” que están allí mientras Puebla siga
dominada por el morenovallismo.
Se ve muy difícil que Moreno Valle
llegue a la presidencia, así que lo más seguro es que a cambio le respeten su
feudo poblano. Mientras tanto seguirán los líderes y candidatos de sacrifico (verdaderos
peleles) para el PRI en Cholula y en
casi toda Puebla. A ver qué pasa.
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