Alejandro Mario Fonseca
Lo Sagrado (por oposición
a profano) es una autoridad que, aplicada a una creencia,
permite a un grupo o una sociedad humana señalar la separación
binaria espiritual o moral entre diferentes elementos que
la componen, la definen o la representan (objetos, actos,
ideas, valores...).
La dicotomía Sagrado-profano es
la característica central de la religión para uno de los grandes
fundadores de la sociología moderna, el francés Émile Durkheim.
El término se utiliza en los grupos
basados en la iniciación o revelación para describir los elementos que los
constituyen y fundamentan, así como todo aquello que está ligado a ellos
(manifestaciones, organizaciones, etc.) Por ejemplo, en la mayoría de las
religiones lo Sagrado designa todo lo que atañe a lo más fundamental de su
culto.
Esta noción se utiliza hoy en día de
manera más general en otros contextos: una nación puede definir como sagrados
los principios que la fundan; una sociedad puede definir como sagrados tan sólo
algunos de sus valores, etc.
Los antropólogos contemporáneos
dicen además que la noción de Sagrado es demasiado borrosa para aplicarla al
estudio de las religiones, aunque sigan trabajando en ello. (Cfr. Wikipedia).
Cholula Ciudad Sagrada |
¿Qué es lo
que define exactamente lo Sagrado?
Lo sagrado impone reglas y no
respetarlas, incluso actuar contra las mismas, se califica como
un pecado o crimen real o simbólico: es lo que
llamamos sacrilegio. El peor de los sacrilegios es la profanación,
que se define como la introducción de elementos profanos en un recinto sagrado,
que puede ser real o simbólico.
Aquí en Cholula, donde vivo, lo Sagrado
es considerado por muchos como la esencia. Y la esencia es el conjunto de características permanentes e invariables
que determinan a un ser o una cosa y sin las cuales no sería lo que es. En
otras palabras sin lo “Sagrado” Cholula no sería, no existiría.
"Las cosas sagradas son
las que las protegen y aíslan de las cosas profanas, son a las que se aplican las
prohibiciones y que deben permanecer apartadas de aquéllas. La relación (o la
oposición, la ambivalencia) entre lo Sagrado y lo profano es la esencia del
hecho religioso." (Durkheim)
Pero también lo Sagrado se suele
utilizar para referirnos a momentos cruciales de la historia. En este último sentido el concepto aparece
en La Marsellesa, el primer y más grade himno a la modernidad, a la
libertad, la igualdad y la fraternidad:
Amor sagrado
a la Patria ¡Guía, sostén nuestros brazos! ... Libertad, libertad querida ¡Combate
junto a tus defensores!*
Pero lo Sagrado no está ligado
siempre a la represión violenta. Es Dios (o los dioses) el encargado de
aplicarla, a través de quienes sean sus voceros. Y ¿quiénes son esos voceros?
Sincretismo
En las sociedades tradicionales los
sacerdotes de las Iglesias; y en las modernas también, pero con el apoyo de los
gobiernos civiles. Incluso los recintos sagrados suelen convertirse en puntos
de atracción turística.
En el caso de Cholula, su calidad de
ciudad milenaria le da una doble connotación de Ciudad Sagrada: la prehispánica
y la colonial. Como decía Octavio Paz: el catolicismo mexicano no creó una
teología, ni una mística, pero sí muchas imágenes, fusionando así a Occidente
con el mundo precolombino.
En su libro Vuelta al Laberinto Paz le llamó al fenómeno sincretismo: “ídolos atrás de los altares”. Lo que da entrada al
análisis de la manipulación política de lo Sagrado. Pero antes de la crítica,
profundicemos un poquito más en la concepción moderna del término Sagrado.
El filósofo rumano Mircea
Eliade interpreta la religión no solamente como "creencia en
deidades", sino como "la experiencia de lo Sagrado", analizando
la dialéctica de lo Sagrado. Lo Sagrado se presenta en relación a lo profano.
La relación entre lo Sagrado y lo
profano no es de oposición, sino de complementariedad, ya que lo profano es
visto como hierofanía. Y llegados a este punto entramos al análisis fino
del término Sagrado.
Hierofanía
Hierofanía (del griego hieros (ἱερό)
= sagrado y faneia (φαίνειν)= manifestar) es el acto de manifestación de lo Sagrado,
conocido también entre los hinduistas y budistas con la palabra de la lengua
sánscrita darśana, y, en la forma más concreta de manifestación de un Dios,
Deidad o Numen, se denomina teofanía.
El término fue acuñado
por Mircea Eliade, en su obra Tratado
de historia de las religiones, para referirse a una toma de consciencia de
la existencia de lo Sagrado, cuando éste se manifiesta a través de los objetos
de nuestro cosmos habitual como algo completamente opuesto al mundo profano.
Para traducir el acto de
manifestación de lo Sagrado, Eliade propone el término “hierofanía”, que es
preciso, ya que se refiere únicamente a aquello que corresponde a lo Sagrado
que se nos muestra.
Las hierofanías pueden ser simples o
complejas. Las simples son cuando se manifiestan a través de objetos o
representaciones, tales como una piedra, un anillo, una espada, un recinto, o
un rito. Las complejas ocurren cuando estas se manifiestan mediante un complejo
y largo proceso, por ejemplo, el surgimiento del cristianismo.
En defensa
de lo Sagrado
Pero resulta amable lector, que en
ésta confusa pos modernidad que nos tocó vivir en México, lo Sagrado parece
estar siendo utilizado como una cortada política para abusar de la buena fe y
de la ignorancia de nuestro pueblo.
Pero el núcleo duro de lo Sagrado
es el respeto a la vida; y la espiritualidad es el respeto de lo esencial: amar
la vida, amar todas las vidas. ¿Por qué digo esto?
Porque nuestra clase política dice
respetar lo Sagrado, cuando en realidad lo que hace es montarse en tradiciones
culturales ancestrales para legitimar su dominio, sus lujos, su soberbia, su
avaricia y demás pecados capitales.
Al sacrilegio, que es la profanación
o robo de algo Sagrado, yo añadiría también la manipulación política, ya que
los malos políticos utilizan los elementos simbólicos de lo Sagrado para
aprovecharse de la ignorancia de los fieles, sin importarles las consecuencias,
especialmente el desamparo, la pobreza, la ignorancia y la perturbación de la
paz interna.
En estos días sagrados de Semana
Santa, me dio mucho gusto caminar por las calles de Cholula y disfrutar de los
rituales de nuestro pueblo, que a pesar de todos los pesares, no ha perdido la
fe.
*Me hubiera gustado citar al Himno
Nacional Mexicano en lugar de la Marsellesa. Pero resulta que es demasiado
obsesivo sangriento y belicoso. Y si a alguien le sirve de consuelo, en la IV
estrofa menciona la bandera mexicana como un símbolo sagrado.
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