Alejandro Mario Fonseca
Mayo es (¿era?) el mes de las flores, un mes para dedicarlo a
Mozart, y a Beethoven, de éste último a sus sinfonías sexta y séptima. Qué
agradable escuchar en mayo, el segundo movimiento de la Sétima y disfrutar de
un bello jardín lleno de flores.
La Séptima es especial, fue estrenada en Viena el 8
de diciembre de 1813 durante un concierto de caridad para los
soldados heridos en la batalla de Hanau.
El propio Beethoven dirigía una orquesta repleta de músicos
con ilustres cualidades. La pieza fue muy bien acogida por la crítica del
momento y el allegretto (el segundo movimiento) tuvo que ser
repetido el día del estreno.
Richard Wagner, quien fuera ferviente beethoveniano, calificó
a la Séptima como la apoteosis
de la danza por su implacable ritmo dancístico y notable lirismo,
particularmente hondo en su célebre segundo movimiento, el Allegretto.
Y entro en materia, por desgracia
muchos estamos viviendo el peor mes de Mayo de nuestras vidas. Nos hicieron
creer que abril sería la cúspide de la pandemia de corona virus y que en mayo
poco a poco regresaríamos a la normalidad: no ha sucedido, todo empeora.
La ignorancia y el odio en tiempos de pandemia. Ruis |
Y aunque algunos contemos con la
bendición de un pequeño jardín lleno de flores, nos sentimos angustiados por el
encierro que amenaza con prolongarse dos o tres meses más. ¡Qué horror!
Por más flores con las que
contemos, empezamos a sentirnos fuera de contexto. Ya vivimos sin perspectivas
claras del futuro, desde el aislamiento empezamos a buscar desesperadamente un
nuevo sentido de nuestra existencia. La poesía es un buen refugio.
Tierra baldía
Tierra Baldía, de Thomas S. Eliot, es una
colección de poemas que escribió después de la Primera Guerra Mundial, y que
debido a la pandemia resulta ser un poema global, un poema del hombre
contemporáneo con todo lo que es, fue y será.
La tierra baldía es una ironía, una metáfora que sugiere universalizar
el problema humano, esa problemática sobre su propio ser, a veces baldío, a
veces fértil. La humanidad siempre ha emprendido y emprenderá una desoladora
búsqueda del sentido de su existencia, del progreso. ¿Todavía es viable?
Y a lo largo de la historia, hemos de seguir buscando la
respuesta en un mundo pandémico, contaminado y decadente como el que se nos ha
presentado, en el que vivimos y estamos condenados a aprender a sobrellevar.
Un extracto del poema dice:
Abril es el mes más cruel: engendra
lilas de la tierra muerta, mezcla recuerdos y anhelos, despierta inertes raíces
con lluvias primaverales.
Yo añadiría, mayo está resultando
peor; y no sabemos lo que vendrá después.
La Tierra Baldía es el futuro del planeta que vaticinó Eliot
desde la desazón de la guerra hace cien años. Ya se está cumpliendo. Y a pesar
de las claras evidencias y de las advertencias de los sabios y científicos,
muchos políticos ignorantes e irresponsables siguen apostándole a un progreso
industrialista mal entendido.
Lo que estamos viviendo es un shock pandémico que nos
enfrenta con una realidad incierta que no alcanzamos a comprender bien a bien,
debido a la ignorancia. Sí, las nuevas tecnologías nos están condenando,
paradójicamente, a la ignorancia.
Nos estamos
convirtiendo en zombis
El shock pandémico del covid-19 tiene ya largo rato
cocinándose, por lo menos veinte años. Una de las cosas que estamos perdiendo es el conocimiento de la
historia. La mayoría, sobre todo los jóvenes, encandilados por el Smartphone (teléfono
inteligente) desechan todo lo demás: y lo primero es la memoria.
A todos nos está afectando, piense en el hecho de
que ya perdimos la costumbre de memorizar los números telefónicos de nuestros
familiares y amigos. Yo todavía me sé de memoria algunos números de familiares
y amigos cercanos.
Pero ya no necesito sabérmelos, porque el celular que cargo
en mi bolsillo los guarda en su memoria y apretando una tecla me conecta de
inmediato: el teléfono inteligente está acabando con mi memoria. Y al no
ejercitarla me estoy convirtiendo en zombi.
Sí, en un zombi muy peculiar, aquel que se basa en lo que ve
y con un raciocinio muy disminuido se la cree. Un zombi que pierde la capacidad
de distinguir entre lo verdadero y lo falso.
Además, lo menos que me puede pasar es que a mediano plazo me de alzhéimer.
No está de más recordar que la enfermedad de alzhéimer, denominada demencia senil o
simplemente alzhéimer, es
un padecimiento neurodegenerativo que se manifiesta como deterioro cognitivo y
trastornos conductuales.
Y sí, a los viejos que no se mantienen activos intelectualmente
es muy probable que les de alzhéimer, a menos que tengan la suerte de contar
con una herencia genética que los proteja. Sin embargo, la novedad es que
nuestra juventud, en buena medida ya tiene alzhéimer.
La ignorancia: el mejor
aliado del covid-19
Sí, un alzhéimer light, suave, pero que se puede complicar a
pasos agigantados. Qué no, le propongo que haga una encuesta rápida entre los
jóvenes que lo rodean, de preferencia que no sean de su familia para darle
objetividad al sondeo.
Pregúnteles sobre tres temas de historia y compruebe que no
saben nada. Sí, literalmente nada, es más el resultado puede ser tan triste que
las respuestas que le den muy probablemente serán falsas.
Y a pesar del vertiginoso avance de la ciencia y la
tecnología, también la ignorancia parece ser el mejor aliado del monstruoso
corona virus que nos acecha: los sistemas de seguridad sanitaria están
demostrando una total incapacidad para saber quién es portador asintomático.
(Cfr. Mundos en fusión; Eduardo
Caccia; diario Reforma; 24/5/2020).
Sin embargo, no todo está perdido. Mayo sigue siendo el mes
de las flores, Mozart y Beethoven siguen vigentes, son clásicos. Los que ya
llevamos camino andado sabemos muy bien que después
de la tormenta viene la calma.
Y aunque esta tormenta no tiene visas de terminar pronto no
debemos perder la calma e intentar proyectar un futuro mejor. Insisto, dentro
de lo poco que podemos hacer hay algo muy valioso: buscar un nuevo sentido a
nuestra existencia. Un sentido más humano. La ciencia y la tecnología no sirven
de nada si no están al servicio de la vida, en suma, de la Naturaleza que hemos
descuidado.
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