Alejandro Mario Fonseca
Me acuerdo muy bien cuando me regalaron una obra de
literatura histórica maravillosa, fue en mi cumpleaños número 50. Se trató de
una fiesta en la que participaron mis amigos del club de “Los chamacos”
liderados por el ingeniero Ernesto Sáenz Azcárraga.
Entre los invitados estuvo el Físico Antonio Farreni. Un
mexicano hijo de catalanes que vive aquí en Cholula desde que estudió su
posgrado en el INAOE. Es un hombre culto, que además de científico se interesa
por las artes: la buena música y la literatura.
Y fue Toño Farreni quien me regaló en aquella celebración el
primer tomo de Los reyes malditos,
escrito por Maurice Druon y editado en español por Vergara. Resultó
apasionante, lo leí rapidísimo e inmediatamente compré los otros 6 tomos.
Maurice Druon (1918-2009) fue un ilustre francés que le tocó
participar en la Segunda Guerra Mundial. Había estudiado Ciencias Políticas y
como joven escritor participó en diversos periódicos y revistas.
¿La derecha pide la salida de AMLO ? |
Después de la guerra se dedicó de lleno a la literatura y
a la crítica política. En 1966 fue
elegido miembro de la Academia Francesa. Es famoso mundialmente por su serie de
siete novelas históricas publicadas a partir de los años 1950 bajo el título
de Les Rois maudits (Los
Reyes malditos). Las novelas fueron adaptadas para la televisión francesa
en 1972, ganando un público mayor a través de las ventas en el extranjero.
Los reyes malditos
Trata de la monarquía francesa durante los cinco
últimos reinados de la dinastía Capeto y los dos primeros reyes de
la casa de Valois. La serie empieza cuando el rey francés Felipe el
Hermoso, ya rodeado por el escándalo y la intriga, atrae una maldición a su
familia cuando persigue a los templarios.
Fue maldecido por el
gran maestre de los Caballeros Templarios, Jacobo de Molay, o Jacques
de Molay, ya que este monarca francés suprimió la orden debido a que debía una
gran suma de dinero a los Caballeros del Temple, por el rescate que su
abuelo Luis IX había pedido a estos para liberarse de los egipcios en
la VII Cruzada. Esta serie de siete libros cuenta cómo la
Dinastía Capeto se extinguió.
¡Malditos, todos malditos hasta vuestra decimotercera
generación! Maldiciendo
al rey de Francia Felipe IV, así como a toda su descendencia, Jacques
de Molay, Gran Maestre de la orden de los Templarios fue quemado
en 1314. Durante más de medio siglo, los reyes se fueron sucediendo en el
trono de Francia, rodeados de altos personajes de todo jaez
como Roberto de Artois.
Los posteriores monarcas que le siguen llevan a Francia e
Inglaterra a la guerra de los Cien Años. De intrigas de palacio y muertes
súbitas, de revoluciones dinásticas y luchas mortales... un gran fresco épico
que vivió Francia durante algunos años negros en el transcurso de los cuales se
transformó profundamente saliendo de la Edad Media.
La historia y las
ciencias sociales
Lo que usted acaba de leer es un resumen muy apretado, que
tomé de la Wikipedia, de una obra
histórica monumental escrita como novela. Si nos limitamos a lo que dice el
resumen, nuestra comprensión de la historia resulta muy limitada. Y esta manera
de enseñar la historia es lo que vacuna a nuestra niñez en contra de esta
disciplina tan satisfactoria y maravillosa.
Y es que la historia no es una mera narración de hechos.
Dicho en otras palabras el historiador no es un “sabio” que se sabe de memoria
sucesos, personajes y fechas. No, la historia debe ser reflexión sobre lo que
sucedió, de tal manera que le permita al estudioso, al lector, comprenderla.
No existen los historiadores “puros”. Todo historiador serio
tiene que tener conocimientos, por lo menos básicos de las ciencias sociales: ciencia política, economía
y sociología. Sólo así sus obras podrán cumplir con el objetivo fundamental de
la historia: la comprensión.
A la historia le pasa lo mismo que a las matemáticas, nuestro
sistema educativo carece de métodos específicos para estas dos disciplinas que
resultan básicas para la formación de ciudadanos con una sólida formación
científica, pero también conscientes y críticos de su entorno social económico
y político.
De cómo un Rey perdió
Francia
Así que el resumen de la
Wikipedia resulta insuficiente, por eso hay que ir al texto original de Maurice Druon,
en el que a la par de la belleza narrativa nos va introduciendo en el análisis
crítico de los hechos.
Por falta de espacio y con el objetivo de motivarlo, amable
lector, a que se interese por la historia de manera seria, tomo del volumen VII
de Los reyes malditos unos cuantos
párrafos a manera de botón de muestra.
“A principios del siglo
XIV Francia es el más poderoso, poblado, activo y rico de los reinos
cristianos, el país cuyas intervenciones son temidas, cuyos arbitrajes merecen
respeto y cuya protección es deseada por todos. Así, cabe pensar que se inicia
en Europa un siglo francés.
Entonces, ¿por qué,
cuarenta años después, esta misma Francia sufre una estrepitosa derrota en los
campos de batalla, vencida por una nación cinco veces menos numerosa? ¿Por qué
su nobleza se divide en fracciones, su burguesía se rebela, su pueblo sucumbe
bajo el exceso de impuestos, sus provincias se separan?
¿Quién ha desviado el
curso del destino? La mediocridad. Todo se derrumba tan pronto como los ineptos
se suceden en la cúspide del Estado. La unidad se desintegra cuando se derrumba
la grandeza”.
Reflexión política
actual
Los Valois son príncipes ostentosos, irreflexivos,
presuntuosos en extremo, dados a los gestos y desprovistos de profundidad,
imaginan que les basta sonreír para que el pueblo se sienta feliz. Debido a su
mediocridad, resultan irresponsables, despilfarradores, abusivos y corruptos.
Cuando Felipe el Hermoso aprobaba impuestos que después
provocaban quejas, lo hacía para cubrir los gastos de la defensa de Francia.
Cuando Felipe de Valois exige impuestos aún más gravosos, lo hace para pagar el
precio de sus errores, de sus derrotas.
Cinco años del reinado de Felipe de Valois bastaron para que
modificara 160 veces la ley de moneda: el dinero perdió ¾ partes de su valor.
Los artículos, inútilmente gravados, alcanzaban precios desorbitados. Una
inflación sin precedentes provocaba el descontento en las ciudades.
Este esquema analítico de
Maurice Druon resulta muy parecido a lo que sucede en el mundo de
nuestros días. Pero en México, aun cuando hoy no estamos gobernados por
mediocres, no cantamos mal las rancheras: la herencia es perniciosa. AMLO hace
lo que puede, la derecha lo está bloqueando con todo.
¿Será posible que la actual pandemia del covid-19 conduzca a
nueva normalidad que, en México y en el mundo, lleve al poder a políticos
responsables, estadistas, con la suficiente capacidad para hacerse respetar y
enderezar nuestras instituciones para corregir el rumbo?
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