jueves, 21 de agosto de 2014

Policía Comunitaria de Proximidad 2a. parte

Por Alejandro Mario Fonseca

El pasado 8 de julio apareció en la prensa una noticia alentadora. Nada menos que el jefe de la Secretaría de Seguridad Pública del Distrito Federal (SSPDF), Jesús Rodríguez Almeida, prometió ante los medios que sancionaría a los policías que ofendieron a jóvenes en Tlatelolco. Palabras más palabras menos, refirió también que la presencia de la policía auxiliar en la zona estaba dando buenos resultados en el combate a la delincuencia, específicamente en cuanto a la venta de alcohol y enervantes. La noticia es buena, pero se queda corta, no es satisfactoria.
Nuestras autoridades deben ir al fondo del problema y cambiar radicalmente el modelo de policía con que contamos. Veamos con detenimiento el video de la denuncia.Haciendo a un lado lo evidente, es decir la actitud grosera y amenazadora, lo más grave es que  los policías en cuestión son completamente desconocidos para los que vivimos aquí. Probablemente se deba a que estaban realizando una operación de apagafuegos. Se trata de una lógica reactiva a la que nos estamos acostumbrando los mexicanos en los últimos tiempos: la violencia y la inseguridad se han exacerbado a tal grado, que no hay tiempo para planear, para fijar metas a partir de criterios estables; en suma, no hay tiempo para una política de seguridad pública proactiva.

Insisto, el problema de fondo está en la lógica de la acción policiaca, y los responsables no son otros más que los jefes, los comandantes, los directivos: al no contar con objetivos claros y estrategias bien definidas se ven obligados a reaccionar todo el tiempo. La intervención policiaca de “apagafuegos” a base de desbloquear, liberar o contener, debe dar paso a la disuasión y a la prevención como nuevos criterios proactivos enfocados hacia la estabilidad.

Nuestra propuesta es la creación de una Policía Comunitaria de Proximidad. En primer lugar necesitamos regresar al esquema que se tenía en 1999. En ese año Tlatelolco contaba con 180 policías en tres turnos para vigilar las tres secciones. Veinte policías por sección en activo todo el tiempo, son más que suficientes. Sin embargo, lo más importante no es la cantidad, sino la calidad del servicio, lo que pasa por criterios ya olvidados, como son: la estabilidad y la confiabilidad.

Nuestras autoridades deben tomarse más en serio los servicios de seguridad pública que ofrecen,  en función de su incidencia en la comunidad como un objetivo de gestión clave. Lo que urge es que se proporcione un servicio de calidad que resulte aceptable para la comunidad que vive aquí, en Tlatelolco. El cumplimiento de la ley en México debería basarse en el principio de que la policía forma parte y no una parte, de la comunidad a la que presta el servicio. Es apropiado e imperativo que el próximo “Departamento de Policía Comunitaria de Proximidad” pida ayuda a la comunidad para que ésta establezca las prioridades y la visión que tiene el servicio prestado por la policía.
No basta con sancionar a los policías que ofendieron a los jóvenes en Tlatelolco, que bueno que así suceda, sin embargo hay que hacer muchas cosas más: Jesús Rodríguez Almeida, Director de la SSPDF está ante una importante área de oportunidad. Tlatelolco podría convertirse en un modelo de seguridad pública para el país y para el mundo.
(Continuará).

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