jueves, 19 de abril de 2018

¿MORENA: el nuevo PRI?

Alejandro Mario Fonseca

Estos últimos días hemos vivido en Puebla y específicamente en Cholula, por lo menos dos escándalos. El primero es el de la noticia publicada en el diario Central, de que MORENA, el partido de López Obrador está infiltrada por más de cincuenta ex priistas con fuertes ligas con el ex gobernador Mario Marín (el famoso “gober precioso”).
La noticia se difundió rápidamente en las redes sociales de internet y no se trata tan sólo de una lista, sino que se dan datos de cada personaje, de los puestos que ocupaban y de su calidad como operadores o candidatos ahora de MORENA.
La otra noticia es la del caso de Alejandro Oaxaca que después de trabajar arduamente por la candidatura de MORENA para la presidencia municipal de Cholula, al no obtenerla, optó por buscar ser candidato por el PVEM y lo logró: era su plan B.
Pero ahora nos enteramos que Alejandro Oaxaca también tenía un plan C, ya que muy pronto renunció a la candidatura por el PVEM y al parecer ahora se sumará a la campaña de Julio Lorenzini, el candidato del frente PAN-MC; y en consecuencia trabajará para apoyar la candidatura de Martha Erika Alonso de Moreno Valle para gobernadora de Puebla.
Y en todo este desaguisado lo que yo observo es una terrible contradicción entre lo que AMLO propone como núcleo duro de su ideología, la de él, la de la “República Amorosa”;  y la de los personajes con los que se está nutriendo su partido MORENA. Por un lado la moral, la ética, la filosofía y hasta los principios religiosos más fundamentales; y por el otro el oportunismo, el mimetismo, la falta de escrúpulos y sobre todo la ausencia de solidez ideológica.

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La ideología del PRI nos sigue dominando
 Ya he comentado que los mexicanos necesitamos contar con un concepto claro de ideología sólo así podemos intentar comprender la ideología oficial, la del PRI gobierno, que le ha permitido conservar el poder político y económico a una pequeña élite de políticos y empresarios.
Y es que a pesar de la “modernidad política” que hemos vivido en las dos últimas décadas, es decir, de la incipiente democracia que ha obligado al PRI  a compartir el poder, la gran mayoría de los mexicanos estamos marginados del mundo de la política.
Es más, hoy en día se ha vuelto un lugar común hablar de la “clase política”, para referirnos a ese pequeño porcentaje de mexicanos que no solamente viven de la política, sino que además logran amasar grandes fortunas en muy poco tiempo.
La ideología del PRI está en el núcleo duro de la cultura política de los mexicanos, esclarecerla nos puede ayudar a entender cómo y porqué los principales protagonistas e instituciones de nuestro país se influyen recíprocamente logrando mantener vivo un régimen caciquil y patrimonialista, enmascarado por un falso presidencialismo.

Una nueva estructura de poder, una vieja ideología
 Cómo y porqué la élite del presidente, su partido el PRI, las mafias sindicales y empresariales lograron mantener una estabilidad política de larga duración.
Cómo y porqué hace dos décadas dicha élite logró perpetuarse a pesar de la transición democrática, incorporando al poder a nuevos protagonistas, tanto políticos de partidos viejos y nuevos; como a los líderes de los grupos criminales, también  viejos y nuevos.
Y si, lo más novedoso de esta estructura de poder ampliada, es que se transfiere parte del poder presidencial a los gobernadores de los estados y a los capos de los grupos criminales. También surgen las redes sociales de Internet como contrapeso a la prensa escrita, a la radio y la televisión.
Y es que la nueva estructura de poder se ha convertido en una maquinaria tan perfectamente bien lubricada por la corrupción, que le ha permitido seguir siendo el principal obstáculo para el desarrollo económico y social de México.
En otras palabas, el estudio minucioso de la ideología nacionalista del PRI gobierno, puede ayudarnos a comprender por qué la estructura de poder es la principal  limitante de la modernización de nuestro país.
Llegados a este punto, amable lector, usted puede intuir que la ideología nacionalista a la que me estoy refiriendo, es falsa conciencia, es un gran engaño. Pero ¿qué es eso?

¿Qué es una ideología?
Ya he citado a Luis Villoro el filósofo de la UNAM que nos heredó en su texto El concepto de ideología, editado por el Fondo de Cultura Económica en 1985, una de las concepciones más acabadas de ideología como falsa conciencia.
Villoro se pregunta ¿cuál es la situación que hizo necesaria la introducción del concepto de ideología? Y después de  esto nos explica que la ideología es “falsa conciencia”, idea original de Marx.
Marx entendió por “ideología” un tipo especial de falsa conciencia determinada por las relaciones sociales: se trata de una suerte de error socialmente condicionado.
Villoro desmenuza el concepto desde dos ángulos: el de la teoría del conocimiento, en tanto que la referencia a falsa conciencia no es otra cosa que enunciados insuficientemente justificados; y el sociológico, ya que la aceptación de esa falsa conciencia (creencia equivocada) puede estar determinada por condiciones sociales.
Así, concluye que las creencias compartidas por un grupo social son ideológicas si y sólo si: a) no están suficientemente justificadas; b) cumplen la función social de promover el poder político de ese grupo. En suma, el poder basado en la mentira. Se trata de la ideología “nacionalista y justiciera” del PRI gobierno.

Pero no toda ideología es falsa conciencia
La ideología del PRI, el partido que nos ha gobernado desde 1929, con el paréntesis panista de 12 años que fue más de lo mismo, es desde sus orígenes falsa conciencia. Y esto puede constatarse, haciendo una lectura cuidadosa de la convocatoria, el programa y los estatutos.
Villoro nos explica muy bien el caso mexicano, específicamente el del PRI. Sin embargo no toda ideología tiene necesariamente porqué ser falsa conciencia. Por ejemplo, otro filósofo de la UNAM, Adolfo Sánchez Vázquez, nos propone un concepto más amplio y operativo:
Ideología es un conjunto de ideas del mundo y de la sociedad (contenido teórico) que responde a intereses, aspiraciones e ideales, de un grupo o de una clase social, en un contexto social dado (génesis o raíz social) y que guía y justifica un comportamiento práctico de los hombres, acorde con esos intereses, aspiraciones o ideales (función práctica).
Así que insisto, una ideología no es necesariamente mentiras manipuladoras. Y además comprende juicios de valor, recomendaciones, exhortaciones, expresiones de deseo: incluye un código de principios, es un mapa que nos guía.
Y es aquí donde encuentro la terrible paradoja entre la gran  propuesta ideológica de AMLO, basada en los valores religiosos y filosóficos de su República Fraterna; y la falsa ideología de los ex priistas que poco a poco han penetrado las filas del partido MORENA, por lo menos aquí en Puebla.

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