lunes, 4 de julio de 2016

¿Peña Nieto popular o populista?

Por Alejandro Mario Fonseca

No es lo mismo ser popular que ser populista, pero los conceptos son primos hermanos: designan actitudes muy parecidas. Popular es un adjetivo que significa grato al pueblo; el que es popular es aceptado y reconocido por el pueblo. En cambio populista es un término que utilizamos en el análisis político para referirnos a la ideología que utilizan algunos políticos y/o gobiernos para ganarse el favor y el apoyo de los votantes y/o sus gobernados.

Enrique Peña Nieto y Barack Obama, en Ottawa Foto AP/Pablo Martínez Mosevais

Con relación a los términos popular y populista también aparecen las corrientes políticas de izquierda y de derecha, que vienen de la mismísima Revolución Francesa. En las incipientes asambleas parlamentarias se sentaban a la derecha las clases altas, la aristocracia y sus allegados; mientras que la izquierda las clases medias, la burguesía, los trabajadores y demás.

Hoy en día ser de izquierda significa principalmente estar en contra de los abusos del capitalismo y apoyar las acciones que beneficien a los trabajadores y en general a las clases medias y bajas; mientras que de derecha es aquel que apoya los intereses de los empresarios, del clero, de los banqueros y grandes comerciantes.

Las cosas se complican porque en la actualidad hay políticos que pueden ser “populares de izquierda”, como Barack Obama el presidente de los Estados Unidos; o “populistas de derecha” como Donald Trump, el candidato republicano a la presidencia; o “populistas de izquierda” como Nicolás Maduro, el presidente de Venezuela. En este momento no identifico a ningún político que entre en la categoría de “popular de derecha”, pero muy bien pudo haber sido el caso de Margaret Thatcher primera ministra del Reino Unido en los años 80.

Peña mal tratado
Todo esto viene a cuento a raíz de las peripecias del presidente Peña Nieto en Canadá la semana pasada. Muchos pudimos ver los videos en las redes sociales de internet. Su popularidad sigue en descenso.
Desde como lo reciben con manifestaciones de repudio e insultos, hasta lo mal que le fue en el debate con Obama, precisamente sobre el tema del populismo; pasando por los momentos en los que se ve al primer ministro de Canadá Justin Trudeau platicando amigablemente con Obama e ignorando a Peña Nieto.
Pero más allá de la mala imagen de nuestro presidente, lo que me interesa destacar aquí es el debate sobre el populismo. Qué bueno que Peña se lanzó al ruedo de los debates al más alto nivel internacional, los debates son la esencia de toda sociedad democrática. Qué malo que lo hizo con una base conceptual tan débil, con tan mala asesoría de los especialistas que lo apoyan.
No estoy muy seguro de que Barack Obama haya confundido el concepto de “populismo” al que se refería Peña para denostar al presidente Maduro y a otros, y de paso llevar agua su molino con la referencia implícita al “peligro” que representa para México López Obrador; más bien creo que Obama está bastante bien informado de lo que sucede en México y al decir “yo soy populista” (en inglés populista significa popular) quiso aprovechar una aparente confusión conceptual para hacer quedar mal al mexicano.
Como quiera que haya sido, el resultado de la visita de Peña Nieto a Canadá fue desastroso. Su popularidad sigue en picada, en caída libre. Yo como mexicano me sentí avergonzado por el sainete en Canadá, urgen cambios en su gabinete, sobre todo en el de asesores internacionales.

López Obrador
Pero de todo esto, lo más inquietante es observar en la escena política mexicana, como el PRI y el PAN cierran filas contra la eventual posibilidad de que líder de MORENA Andrés Manuel López Obrador ahora sí gane la presidencia en el 2018.

Ricardo Anaya ante la oportunidad real de que su partido regrese al gobierno federal, está dedicado a atacar el talón de Aquiles de los priistas, la corrupción, ya hasta en Veracruz lo apedrearon; pero también no deja de aprovechar la menor oportunidad para referirse a López Obrador en términos peyorativos, tachándolo de populista, “un peligro para México”.
Esto último fue lo que subliminalmente  intentó hacer Peña Nieto en Canadá, pero le salió el tiro por la culata y lo único que logró es que bajara todavía más su popularidad. ¿Usted qué opina amable lector? 

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