Por Alejandro Mario Fonseca
Sí Gómez Morín, por la gracia de Dios
renaciera, y viera lo que están haciendo los panistas de nuestros días, se
volvería a morir de la vergüenza y del coraje.
Yo soy un admirador de Don Manuel
Gómez Morin. Me atrapó su firmeza intelectual y política, desde que leí Caudillos culturales de la Revolución
Mexicana, la tesis de doctorado de Enrique Krauze, publicada por Siglo XXI.
Gómez Morin perteneció a la generación
conocida como 1915,
fundó la Sociedad de Conferencias y Conciertos con Alfonso Caso, Vicente Lombardo Toledano, Antonio Castro Leal, Jesús Moreno Baca, Teófilo Olea y Leyva y Alberto Vásquez del Mercado, grupo que
años después sería conocido bajo el nombre de los Siete Sabios.
Durante su paso por la Universidad Nacional
llevó diversos cursos de filosofía y letras en la Escuela Nacional de Altos Estudios de
la misma Universidad Nacional. Adelantando materias (créditos escolares), hizo
su carrera profesional en cuatro años en lugar de los cinco años normales y fue
el primero de los Siete Sabios de México que se
tituló.Manuel Gómez Morin |
Un político
ejemplar
El 15 de
septiembre de 1939 fundó el Partido Acción Nacional de México junto
con Efraín González Luna, Roberto Cossío y
Cosío, Juan Landerreche Obregón, Daniel Kuribreña, Juan José Páramo Castro,
Bernardo Ponce, Francisco Fernández Cueto, Carlos Ramírez Zetina y fue
presidente del mismo desde 1939 hasta 1949. Sus
planteamientos en aquel momento venían principalmente de Ortega y
Gasset y de Henri Bergson y
en menor medida de Charles Maurras y de otros autores
europeos conservadores.
Manuel Gómez Morín falleció el 19 de abril de 1972 en la Ciudad de
México, su cuerpo fue trasladado a la Rotonda de las Personas Ilustres el 27 de febrero de 2004, en su sepulcro se
colocó una esfera de piedra, horadada en su centro, cuya simetría simboliza el
equilibrio de las convicciones democráticas del personaje.
En noviembre de 2013, le fue
entregada la medalla
Belisario Domínguez post mortem, el máximo reconocimiento
otorgado por el Senado de México, la cual fue recibida por su
hija Margarita Gómez Morín de Romero de Terreros.
Fue rector de la Universidad Nacional
Autónoma de México, le tocó elaborar el primer estatuto para normar la vida
universitaria. Su exposición de motivos es una de las más claras expresiones
del pensamiento de Gómez Morin sobre la propia Universidad y sobre el ejercicio
de la autoridad.
Propone que la estructura de decisión y
funcionamiento de la Universidad sea una figura democrática en la que la
comunidad universitaria entera, por medio de sus órganos y con los
procedimientos que ella misma dicte, decida sobre todos sus asuntos y plantea
como condición necesaria para este principio una estructura de gobierno que
garantice una vinculación permanente de todos los órganos de la comunidad con
la comunidad misma.
¿Es posible la conciliación entre ética y
poder?
Después de casi un siglo de
dominación priista, con el paréntesis panista de los gobiernos de Fox y
Calderón, es difícil aceptar que nuestra Revolución también contó con caudillos
culturales que entregaron su vida y obra a las mejores causas del proyecto de
nación que se iniciaba.
Los ejemplos no son muchos, pero
contamos con dos tipos ideales, los casos de Manuel Gómez Morín y de Vicente
Lombardo Toledano, a los que afortunadamente Enrique Krauze dedicó su tesis de
doctorado en historia.
En su investigación Krauze se propone
examinar o ilustrar la tensión moral que ha existido siempre entre cultura y
poder; estudiar además casos significativos de integración del intelectual
mexicano al Estado revolucionario:
Conocimiento
y poder, ética y poder, son temas que se encuentran a lo largo de las vidas de
estos intelectuales políticos, que soñaron con hacer de México
una obra de beneficio colectivo.
Krauze formula las hipótesis de su
investigación en forma de preguntas: ¿Puede un hombre de libros, un hombre de
preocupaciones inteligentes incorporar sus conocimientos a la acción para
construir, a partir de ellos, el buen
poder? ¿Es la técnica el gran mediador entre
conocimiento y acción? ¿Qué tanta dosis de integración al Estado tolera la
conciencia crítica?
La tesis de Krauze es pesimista, la
conciliación entre ética y poder es imposible. Asistimos a la formación
intelectual y política de dos grandes personajes, Gómez Morin a la derecha con
su proyecto de racionalización capitalista y, Lombardo Toledano a la izquierda
con su socialismo mexicano.
La contienda
electoral en el Estado de México presagia el regreso del PAN a la presidencia
Ambos fracasan, no logran sus
objetivos, son utilizados por fuerzas ocultas. Después de leer Caudillos culturales de la Revolución mexicana, queda la
sensación de una sociedad dominada por instituciones de gobierno, centralizadas
y convertidas en verdaderos cacicazgos.
Quise escribir este modesto homenaje
a Gómez Morin, por su enorme actualidad. ¿Seguimos dominados por fuerzas
ocultas? Al menos eso es lo que los viejos periodistas, los que conocen bien al
monstruo desde sus entrañas, comentan en corto, en los pasillos y cafés.
Según esto, ante la debacle del PRI, debido
a la mala administración de Peña Nieto, en el Estado de México, el PAN, cual
partido pelele, va de comparsa del grupo Atlacomulco, para cerrarle el paso a
la candidata de MORENA.
Ya en el 2018 al PRI le tocará pagar
e irá de comparsa para que los panistas regresen a la presidencia de la
república. No suena tan descabellado. La incógnita es, ¿qué va a hacer López Obrador? ¿Habrá
aprendido ya la lección?
No hay comentarios:
Publicar un comentario