Por Alejandro Mario Fonseca
El pasado
16 de marzo de 2017 se llevó a cabo un debate titulado “¿Qué futuro para
Europa?”, en la Hertie School of Governance, en la ciudad de Berlín.
Participaron Jürgen Habermas, Sigmar Gabriel y Emmanuel Macron; el moderador
fue Henrik Enderlein, el vicepresidente de la Hertie School.
Usted
puede encontrar el debate completo en el sitio de la revista Letras Libres en
Internet. Mi propósito es comentarlo tratando de que sea accesible al público
no especializado. Lo que intento es una especie de periodismo educativo.
Escogí la
frase de Emmanuel Macron “porque hoy Europa es lo que nos protege de nuevos
peligros”, porque encierra una de las grandes claves para entender la globalización.
Muy bien la campaña de Hilary Clinton pudo haber utilizado como eslogan algo
similar: “Porque América es lo que nos protege de nuevos peligros”.
No es una
pregunta, es una respuesta, una razón, la razón dura, natural, de la necesidad
que tienen las naciones occidentales de asociarse y protegerse ante la
agresividad, no sólo de la economía china, sino de toda la región oriental.
El TLC es lo que protege a los norteamericamnos de la globalización |
El TLC es lo que protege a los norteamericanos de la globalización
El Tratado
de Libre Comercio de América del Norte eso era, y todavía lo es: una defensa
para resistir el embate de los productos chinos y orientales, que están
literalmente inundando el mundo.
Claro que
para Hilary Clinton “América” incluye a América Latina y al Caribe. Mientras
que para el loco Trump los latinoamericanos somos una raza apestada. Pero
viéndolo bien, a “toro pasado”, Trump no está tan loco, simplemente es un
ignorante.
Y es que
sí, sí somos una raza apestada. Bueno, no todos, sino los que se ven, los que
nos gobiernan, los que aparecen en las
revistas de sociales haciendo shopping en las exclusivas tiendas de Beverly Hills,
la clase política, sus familias y sus allegados; en fin los beneficiarios de la
corrupción y la impunidad desmedidas.
Pero Trump
no lo ve así, porque es un ignorante que no sabe nada, no lee, no estudia, es
un palurdo con un vocabulario tan restringido y tan necio, que ahora sus
asesores recomiendan no hacer caso a lo que dice, sino a lo que hace. ¿Qué
clase de político es alguien así, que no puede comunicarse para convencer?
¿Dónde quedó la política?
Lo que
Trump ve son mexicanos sucios feos y malos: traficantes, drogadictos,
criminales, etc. No ve a los millones de trabajadores honestos que contribuyen
a darle competitividad a las manufacturas de muchas de sus empresas.
Solidaridad
Pero
regresando al debate ¿Qué futuro para Europa?, la Unión Europea, es
decir Europa también es una defensa ante la globalización; pero es mucho más
que eso. Jürgen Habermas en la presentación del debate hace una enumeración de
las amenazas, tanto internas como externas.
Hoy más
que nunca Europa requiere de la unidad de sus naciones. El concepto clave es la
solidaridad, no la caridad. “Solidaridad –una acción combinada de apoyo a
tus aliados– significa aceptar determinadas desventajas en lo que respecta a
los intereses propios, con la confianza de que tus compañeros actuarán igual en
situaciones parecidas”.
“La
confianza recíproca, en nuestro caso una confianza que trasciende las fronteras
nacionales, es una variable relevante, pero también lo es el interés propio a
largo plazo”.
“No hay
una razón natural inevitable por la que los temas de justicia redistributiva
deban detenerse en las fronteras nacionales y no deban discutirse dentro de la
comunidad de naciones europeas”.
Otro tema
interesante que Habermas destaca es el hecho de que el debate de la unificación
europea ha estado restringido a las élites y propone involucrar a las
poblaciones nacionales en una discusión informada que les permita conocer los
escenarios alternativos para el futuro.
Trump: una amenaza para el mundo
En cuanto
a las amenazas externas, Habermas destaca “las crisis, que deben como
mínimo hacernos pensar en una mayor cooperación, son obvias: la situación
geopolítica de Europa ya había sufrido cambios dramáticos con la guerra civil Siria,
la crisis en Ucrania y la retirada gradual de los Estados Unidos del papel de
potencia reguladora global”.
“Pero
ahora que la potencia global que representa Estados Unidos parece alejarse de
su antaño dominante escuela de pensamiento internacionalista, la postura de
Europa es aún más impredecible. Con la presión de Trump a los miembros de
la OTAN para que aumenten su contribución militar, los interrogantes
sobre la seguridad externa son aún más relevantes”.
“Además,
la amenaza terrorista no va a desaparecer en el mediano plazo, y la presión
migratoria en Europa se ha convertido en un problema que puede definir el
siglo. Estos dos acontecimientos claramente exigen una mayor cooperación entre
europeos”.
“Finalmente,
el nuevo gobierno de Estados Unidos amenaza no solo con dividir Occidente en lo
que respecta al comercio global y la política económica. Los prejuicios
nacionalistas, racistas, antiislámicos y antisemitas que gracias al estilo
comunicativo y la ideología del nuevo presidente estadounidense han ganado peso
político suponen, junto con el avance del autoritarismo en Rusia, Turquía,
Egipto y otros países, un reto para la manera en que Occidente se ve a sí mismo
política y culturalmente”.
En suma, Europa
de pronto, ante una situación geopolítica muy compleja, se ve obligada a
arreglárselas por sí misma, en el papel de guardiana de la Ilustración y de los
principios liberales. Y mientras tanto, ¿qué hacemos los mexicanos?
¿Unión Latinoamericana?
Cómo me
gustaría que los mexicanos pudiésemos contar con líderes que encabezaran una
política solidaria tendiente al fortalecimiento de una Unión Latinoamericana
como defensa ante los embates del ignorante Trump.
A todas
luces se trata de un sueño guajiro (fantasía irrealizable y poco probable). Tan
sólo hay que ver el ridículo que acaba de hacer el aprendiz Videgaray al
enfrentarse a los venezolanos en la OEA. ¡Qué vergüenza, qué bajo ha caído la
diplomacia mexicana! ¿Para quién trabaja este aprendiz de brujo?
Lo que no
quiere decir que yo esté de acuerdo con el autoritarismo populista que Maduro
heredó de Chávez. Lo que me pregunto es ¿quién
estará peor Maduro o Peña? Habrá que profundizar sobre este último tema.
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