Alejandro Mario Fonseca
Hace 500 años Hernán Cortés con
un grupo de mercenarios castellanos conquistó México y en 1521 nacería el Reino
de Nueva España.
Así que México sería pate de un gran
Imperio, el de Carlos I de España y V
de Alemania. En occidente le preceden, entre otros, los Imperios de
Alejandro Magno (Macedonio), y el
Romano. Y le siguen destacadamente el Napoleónico y el Británico. Por no hablar
de los grandes Imperios orientales.
El Imperio Macedonio fue un Estado griego de la antigüedad clásica.
Y tiene su antecedente en las guerras entre las principales ciudades Estado griegas
en el siglo V a. C.
La Guerra del Peloponeso es
probablemente el mejor modelo (tipo ideal en los términos de Max Weber) que nos
permite comprender los orígenes y la consolidación de todo Imperio.
Lienzo de Tlaxcala |
La Guerra
del Peloponeso
Tucídides (historiador y militar
ateniense que vivió de 460 a 396 a. C.) comienza su relato sobre La Guerra del Peloponeso (431 a 404 a.
C.) haciendo un breve recorrido por los orígenes del pueblo griego, mencionando
incluso la guerra de Troya y con
especial detenimiento en la historia reciente de Atenas.
Para Tucídides la auténtica razón, el
auténtico motivo para que se desencadenara la guerra, fue tan sencillo como
este:
La causa más
verdadera, aunque a la que menos se manifiesta en las declaraciones, pienso que
la constituye el hecho de que los atenienses al hacerse poderosos e inspirar
miedo a los lacedemonios les obligaron a luchar.
«Este día será para los
griegos el principio de grandes desgracias», es la frase que pronunció el
último emisario que los espartanos enviaron a los atenienses al verse rechazado
sin siquiera ser escuchado; tras esta frase dio comienzo la guerra.
El relato, la crónica de Tucídides
está llena de discursos, entre los cuales destaca la arenga de Pericles a los caídos tras el primer año de guerra.
Obra maestra de la oratoria, que condensa en breves palabras el espíritu del
pueblo ateniense:
Tenemos un
régimen político que no emula las leyes de otros pueblos, y más que imitadores
de los demás, somos un modelo a seguir. Su nombre, debido a que el gobierno no
depende de unos pocos sino de la mayoría, es democracia.
¿Cómo decide
un pueblo ir a la guerra?
Los párrafos que acabo de reproducir,
tomados de hislibris.com, resaltan
las causas básicas de una guerra “clásica”. Por un lado la supuesta
superioridad del pueblo que amedrenta a sus vecinos y los obliga a luchar; y
por otro su justificación “ética” al ostentarse como un régimen, en este caso,
basado en leyes, democrático y modelo a seguir.
Y sí, el pueblo ateniense era una
democracia y originalmente contaba con supremacía naval. Pero al final la
oligarquía espartana se impuso al contar con mejores guerreros; y sobretodo con
mejores estrategas y diplomáticos: con la ayuda de Persia y de los sátrapas de
Asia menor los atenienses fueron aplastados por Esparta.
Lo que me interesa destacar, no es el
desenlace sino el origen de las guerras. En el caso de la Guerra del Peloponeso
está claro que independientemente de la fuerza dramática de los oradores en las
asambleas, la decisión última la tomaba el “pueblo”, es decir la asamblea de
los hombres libres.
Pero a pesar de la democracia de los griegos,
la verdad es que en el caso de una
guerra, la decisión la toman unos cuantos individuos, pero las consecuencias
son desmesuradas ya que no sólo afectan a los políticos, sino también a sus
pueblos.
Y la razón por la que existe una
relación paradójica entre la acción individual y las consecuencias
desmesuradas, es que el mundo político
de hoy y de siempre es un mundo jerarquizado: los jefes de Estado dan órdenes a
sus jefes de ejército y estos a su vez dan órdenes a sus subordinados.
La Conquista
de México
Dicho esto, regreso al tema del
Imperio de Carlos I de España y V de Alemania, que incluyó a nuestro país como
la “Joya de la Corona”. Pero la conquista de México es un caso de enorme
complejidad que los historiadores ven como el más dramático y violento de la historia
de la humanidad.
¿Por qué? Porque se trató del choque
de dos sociedades complejas e ignorantes
de la existencia una de la otra. En unos cuantos años los pueblos indígenas de
Mesoamérica fueron dominados y obligados a aceptar una nueva religión y una
nueva realidad política y económica.
Sin embargo, a pesar de las grandes
diferencias con las guerras de dominación de los grandes Imperios que mencioné
al principio, el caso de la Conquista de México, no escapa al modelo clásico
descrito por Tucídides en la Guerra del Peloponeso.
En poco menos de tres años, un puñado
de españoles comandados por Hernán Cortés después de cruentas batallas y de
crueles matanzas, lograron someter a los aztecas, el pueblo dominante en la
Mesoamérica de entonces.
La Matanza de Cholula es el acontecimiento más cruel de todos y
probablemente sea, a pesar de las múltiples versiones históricas, o por ello
mismo, la que más luces arroja sobre el modus
operandi de la Conquista toda.
Malitzin: la
clave
Sobre la Matanza de Cholula existen por lo menos once
descripciones en crónicas coloniales y tres referencias pictográficas de
tlaculilos indígenas. Se trata de “creaciones históricas” que obedecen más que
a la objetividad, a la condición política y cultural de los cronistas.
Mi interés en este comentario no es
el de contrastar las diversas crónicas e interpretaciones, sino destacar que
son el origen de los diversos mitos y resentimientos que los mexicanos aún
padecemos sin darnos cuenta.
Por ejemplo, el término malinchismo es peyorativo y hace
referencia a los mexicanos que venden su cuerpo y alma a ideales extranjeros.
También el personaje central de la Conquista, Hernán Cortés, sigue siendo
considerado por muchos como el villano desalmado capaz de las peores
atrocidades. No como un personaje histórico.
Sin embargo, Malitzin vino a jugar el papel
central como diplomática, consejera, estratega y aún guerrera de la Conquista
de México. Una Conquista que además contó con la alianza de los pueblos
sometidos por los aztecas. Un esquema muy parecido al de la Guerra del
Peloponeso.
Me atrevo a compartir esta interpretación
basándome en el ensayo de Geoffrey G. McCafferty, La matanza de Cholula: crónicas de facciones y de arqueología sobre la
conquista española, publicado en La
Matanza de Cholula. Primer libro de divulgación editado por el Gobierno Municipal
de San Andrés Cholula, hace unos días. Ya abundaré sobre él con mayores
detalles en mi próximo artículo.
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