jueves, 30 de mayo de 2019

¿El “Quinazo” de AMLO?

Alejandro Mario Fonseca

Todas las mañanas escucho las noticias de Radio Imagen (105.1 F M en Puebla). Hoy el conductor del noticiero, Pascal Beltrán habla de la orden de aprensión contra Alonso Ancira y Emilio Lozoya. Todo un gran escándalo.

El primero, director de AHMSA ya fue capturado en España y el segundo, ex director de Pemex, se encuentra prófugo pero amparado.

Se les acusa del desfalco al erario por la compra de la empresa Agro Nitrogenados, que los vincula en un presunto acto ilícito. Además de estar implicados en actos de corrupción con relación a la empresa brasileña Odebrecht.

Emilio Lozoya. Odebrecht

Jocosamente Pascal comenta con Rodrigo Pacheco, su experto en finanzas (el noticiero está dirigido principalmente a empresarios) que ya es costumbre en nuestro país que al inicio de cada sexenio los presidentes recurran al “quinazo”.

El comentario claramente le resta contundencia e incluso cae en la descalificación del hecho. Ya que subrepticiamente se nos está adelantando que no se trata de un hecho de justicia, de legalidad, sino de  chivos expiatorios.

En enero de 1989 fue detenido y encarcelado Joaquín Hernández Galicia, La Quina. El líder petrolero fue acusado de acopio de armas. La condena que recibió fue de más de 30 años, acusado de homicidio y posesión de armas. Le habían sembrado un cadáver en su casa.
“La Quina” (Joaquín Hernández Galicia) fue un líder petrolero muy querido por su gremio. Y el que lo metió a la cárcel fue el presidente Carlos Salinas de Gortari.

A todas luces se trató de una venganza política, porque había apoyado abiertamente la candidatura de Cuauhtémoc Cárdenas. A los tres años salió de la cárcel ya muy enfermo.

El verdadero Quinazo
Y que yo recuerde, sí hubo un Quinazo, y este fue el caso del castigo que le impuso Enrique Peña Nieto a La Maestra Elba Esther Gordillo, por insubordinada.

La Maestra Ocupó la presidencia del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE),​ hasta el 26 de febrero de 2013 cuyo liderazgo ejerció de forma directa o indirecta desde 1989.​

Fue tres veces diputada federal y senadora de la República, por el Partido Revolucionario Institucional (PRI), instituto político del que también fue secretaria general de 2002 a 2005.

 Se encontró bajo distintos procesos jurídicos desde el 2013 hasta el 2018, y estuvo presa por los delitos de lavado de dinero y delincuencia organizada.

Fue el chivo expiatorio ideal que Peña Nieto necesitaba para legitimar su reforma educativa y afianzar su alianza política con el Partido Acción Nacional (PAN).

Estuvo en arresto domiciliario hasta agosto de 2018 cuando quedó libre de dichas acusaciones. Como dato curioso, fue señalada por la revista estadounidense Forbes como una de las 10 personas más corruptas en México.
Y si, guarda cierto parecido con el caso de La Quina, porque La Maestra también se negó a apoyar la candidatura de Peña Nieto por la presidencia: lanzó un candidato propio, pos su partido Nueva Alianza, un tal Gabriel Quadri.


¿Qué es un chivo expiatorio?
Así que el comentario de los analistas de Radio Imagen es desafortunado ya que se reduce a un solo caso y su réplica. Curiosamente ambos por las mismas razones, el maquiavelismo de Salinas y Peña: la venganza política para meter miedo. Y sí, si fueron chivos expiatorios.

El origen del concepto de chivo expiatorio está en el pueblo judío. En los tiempos del Antiguo Testamento se sacrificaba un chivo (joven macho de la cabra) de acuerdo al mandato de Dios con motivo de purificar las culpas por medio del sacrificio (Levítico 16).​ La expresión proviene del latín expiatorius y significa literalmente antes de venerar.

​Pero en la actualidad, un chivo expiatorio es la denominación que se le da a una persona o grupo de ellas a quienes se quiere hacer culpables de algo con independencia de su inocencia, sirviendo así de excusa a los fines del inculpador.

 De manera más específica, este apelativo se emplea para calificar a aquellos sobre quienes se aplica injustamente una acusación o condena para impedir que los auténticos responsables sean juzgados o para satisfacer la necesidad de condena ante la falta de culpables.

¿AMLO necesita chivos expiatorios? Sí, para aquellos que no han entendido que lo que busca es un cambio verdadero, no simulado. Lo que urge en nuestro país es justicia, pero dentro de la legalidad.


Una larga historia de mega corrupción
Tal como lo publicó el diario Reforma el día de hoy (29/05/19), se trata de una larga historia que inicia en 1996 cuando el presidente Salinas privatizó Fertimex, beneficiando a Rogelio Montemayor.

El exdirector de Pemex y familiares eran los principales accionistas de la empresa que en junio de 1992 compró el complejo Industrial Pajaritos de Fertilizantes de México (Fertimex).

La planta Agronitrogenados, ubicada en el complejo Pajaritos, en Veracruz, fue adquirida en diciembre de 2013, cuando Emilio Lozoya era el director general de la petrolera.

Pemex anunció que pagó 475 millones de dólares a AHMSA por la planta, cuyos componentes tenían 30 años de antigüedad y 18 sin operar. Es decir, se trataba de una planta chatarra.

Y ya no le cuento más, si usted quiere profundizar en el caso, lea el diario Reforma, que aun cuando el mismo Presidente AMLO lo califica de fifi, es lo más objetivo que conozco.

Lo que quiero destacar es que el monstruo de la mega corrupción se inició con el neo liberalismo de Salinas de Gortari y poco a poco se fue expandiendo.


Santiago Nieto va en serio
Hoy en día, los robos, raptos, piratería, muertes y violencia,  drogadicción, violaciones y demás; son el pan de cada día. Vivimos la era de los escándalos y medio año es poco tiempo para revertirla.

 Todo gran escándalo colectivo proviene de un escándalo entre dos vecinos,  llámense criminales, secretarios de Estado, alcaldes, empresarios,  gobernadores, diputados y demás. En el caso que nos ocupa fue entre el ex director de Pemex y el gerente de AHMSA.

Santiago Nieto, titular de la Unidad de Inteligencia Financiera de la Secretaría de Hacienda, informó que detectaron depósitos por parte de AHMSA hacia cuentas de Emilio Lozoya, utilizando la estructura financiera creada por Odebrecht para repartir sobornos por toda América Latina.

Al parecer, la cosa va en serio y no se trata de simples chivos expiatorios. Esperemos que la legalidad y la justicia se vayan imponiendo poco a poco, por el bien de todos los mexicanos.

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