Alejandro Mario Fonseca
Últimamente han aparecido en las
redes sociales de Internet “denuncias” o “acusaciones”, no sé cómo llamarlas, “memes”
quizás, si nos atenemos a la definición de Chilango:
la palabra usada para definir
conceptos que se
difunden por Internet; sobre la vida privada de nuestro alcalde Arriaga.
Un “meme” puede ser un vídeo, imagen,
página web, hashtag, o simplemente una palabra o frase. Generalmente son
imágenes con citas breves en las que un desconocido se burla de alguien.
Cualquier “famoso”, ya sea locutor,
cantante, político, etc. puede ser víctima de los “memes”. Está de moda y se
prestan para difundir con facilidad e irresponsablemente noticias falsas (fake
news).
Aunque, si nos ponemos serios, un
meme es una palabra derivada del griego “mimema” que significa “algo imitado” y
que hace referencia a una forma de propagación cultural, por medio del cual las
personas transmiten memorias sociales y culturales entre sí.
O sea que, esas imágenes que vemos en
internet son una forma de transmitir cultura y pensamientos de nuestra sociedad
a través del Internet. La paradoja es que la gente inculta es la que mayormente
utiliza este instrumento para denostar a los “famosos”.
Barrer las escaleras también abajo |
No se asuste, no voy a utilizar memes
para lo que sigue, mi labor es periodística, de la de antes, con respeto y con
propuestas serias. Espero equivocarme y que el alcalde Arriaga ande de
vacaciones, feliz de la vida porque ya tiene un plan serio.
De lo que
Arriaga prometió …
Todos hemos sido testigos del
incremento en el número de delitos a nivel local. En este diario en el que
publico mis artículos, El Quetzal,
es evidente el incremento de la nota roja.
El foco rojo no es sólo San Martín, ahora
son casi todos los municipios cercanos a Puebla capital con problemas graves de
inseguridad y violencia. Huejotzingo, Atlixco, Tehuacán,… pero también y sobre
todo, San Pedro Cholula.
Ya van 7 meses y el alcalde Arriaga
ha tenido que tragarse sus palabras de toma de protesta en octubre de 2018 en
la que aseguró que el combate a la violencia e inseguridad serían su prioridad.
La gran noticia fue que en ese su
primer día de gobierno entregaba 16 “nuevas” patrullas, una para cada una de
las juntas auxiliares y 3 para el centro de Cholula.
Y sí, todos dijimos, que buena
noticia, que bueno que va haber más vigilancia motorizada en la ciudad. Pero
¿nada más? Lo que esperábamos era una nueva definición de la misión y la
estrategia de nuestra policía.
Pero lo más destacado de su mensaje fue
el anuncio de que se sentarían las bases para hacer de Cholula una Smart City, una ciudad amigable, segura, productiva, en la que
se brindarían servicios de primera para
todos.
Desde aquel mes, las cosas no han
cambiado, incluso empeoraron de inmediato, tanto que en diciembre de ese mismo
año el alcalde Arriaga intentó deslindarse.
¿Cómo? como buen demagogo, achacándolas a la “época navideña”. E incluso
dijo que eran actos “provocados para desprestigiar a los gobiernos de Morena”.
…el aumento
de delitos en Cholula
El índice delictivo sigue a la alza y
no se informa del cómo y cuándo se implementarán acciones más severas que
ataquen frontalmente a la delincuencia. El gobierno de Cholula se está
mostrando débil y sin imaginación.
Lo poco que vemos, es que se siguen
realizando operativos por parte de elementos de los grupos especiales,
sobre los principales accesos al municipio, pero desconocemos los resultados.
El chisme popular es que son para
“extorsionar a los borrachitos”. Yo no lo creo, pero si, urge que la ciudadanía
sea informada de lo que ocurre. Y no le pido a Arriaga conferencias mañaneras
diarias como las de AMLO, pero por lo menos una a la semana.
También vemos asesinatos en las juntas
auxiliares, como el caso de un ex elemento de seguridad de la administración de
José Juan Espinosa, ejecutado en las calles de Momoxpan, al igual que su
acompañante.
La lista es larga: la reciente
balacera en el bar Bikinis del boulevard Forjadores; la muerte del
pequeño Santiago, en el estacionamiento en el hotel María Sofía; el
intento de asesinato a un civil que recibió un disparo cuando circulaba
en su vehículo.
Y todo esto por no hablar de los
delitos “menores”, de los que somos
víctimas usted y yo, robo a casas
habitación, de autopartes e incluso asaltos en plena calle y de día; hechos que
se quedan en el anonimato.
A mí ya van dos veces que me roban
autopartes y a familiares cercanos se han metido a robar a sus casas. Y no los
denunciamos porque no queremos perder el tiempo. Y mucha gente no denuncia sólo
por eso, sino también por temor y por
desconfianza.
Recuperar la
confianza
Arriaga no debe seguir esperando que
el problema se resuelva “desde arriba”, urge que tome cartas en el asunto. El
problema político de fondo es que se trata, ni más ni menos que de la primera
razón de ser del Estado.
Si alguna responsabilidad básica, inobjetable
tienen los gobiernos federal, estatales y municipales, es la de la seguridad de
sus gobernados, de los ciudadanos.
Mucho dinero y recursos se destinan a
la seguridad. Los tres órdenes de gobierno han insistido en que es su
prioridad. Sin embargo, a mayor gasto, más inseguridad. ¡Qué escándalo, no le
parece!
Y por más que le pienso, solo
encuentro dos explicaciones posibles. O todo es un cuento chino y el miedo y el
terror se han vuelto parte del negocio, de la corrupción; o de plano la
ineptitud campea en todos los órdenes de gobierno. O… las dos cosas.
Pero hay otra explicación en el orden
municipal, y esta sería que el alcalde Arriaga está descansando porque nos
tiene una sorpresa: un verdadero Plan de
Seguridad Municipal en el que se tomará en serio la participación ciudadana
organizada.
De nada sirve el flamante Consejo
Ciudadano de Seguridad (formado con empresarios) que se anunció, si este no
actúa articuladamente con la ciudadanía. Lo que necesitamos también es información confiable
para organizarnos, además de contar con policías de confianza, cercanos a
nosotros.
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