jueves, 27 de junio de 2019

El liberalismo de López Obrador

Alejandro Mario Fonseca
Durante los últimos  meses, más bien años, los mexicanos hemos vivido una polémica no muy clara sobre el famoso neoliberalismo que “tanto daño ha hecho a nuestro país”. Sin embargo hay una gran confusión conceptual.

En varias ocasiones, desde esta columna yo he tratado de explicar de qué se trata, pero siento que debo insistir. Es un concepto clave para entender el proyecto de la 4 T de AMLO.

Y para entender qué es el neoliberalismo, debemos entender primero qué es el liberalismo clásico, en su variante mexicana, es decir el que enarbolaron Don Benito Juárez y sus colaboradores.

Benito Pablo Juárez García fue un abogado y político mexicano, de origen zapoteca, presidente de México en varias ocasiones, del 21 de enero de 1858 al 18 de julio de 1872.​ Hoy lo conocemos como el Benemérito de las Américas.

Más allá del mito del Juárez diabólico que despojó a la Iglesia Católica de “sus bienes”, lo que en realidad él y sus hombres querían era liberar al pueblo mexicano de la ignorancia, de la intolerancia y traer equidad entre todos.
Neoliberalísmo en México

Dar al César lo que es del César y a Dios, lo que es de Dios
El más radical era  Don Melchor Ocampo, Masón del rito escocés, que propuso una medida drástica: “cambiar la religión de los mexicanos.”

Pero hubo un liberal todavía más allá en sus acciones, Don Sebastián Lerdo de Tejada: invitó a venir a México a los pastores protestantes de EUA, habiendo proliferado estas religiones desde entonces y hasta a la fecha en el país.

Es decir, los reformadores no eran ateos, como indica el mito popular. Eran hombres con profundas ideas de fe y con algo más que eso, conocían a fondo el Evangelio y sabían que ahí, en el Evangelio, se encuentra la fuerza necesaria para cambiar una nación.

Las Leyes de Reforma no son otra cosa que: “dar al César lo que es del César y a Dios, lo que es de Dios”. Ahí está el Meollo del Asunto. Pero profundicemos un poquito más en la historia.

¿Quiénes eran realmente los liberales? ¿Por qué ratificaron las medidas de Maximiliano, e incluso algunos de ellos colaboraron con el Imperio? ¿Por qué finalmente triunfaron?

Eran hombres obstinados, más pragmáticos que idealistas, que implementaron un complejo tejido de alianzas y que se vieron favorecidos por la geografía política, el despunte de los Estados Unidos como nueva potencia mundial.

Su mayor realización fue la República Restaurada, etapa experimental (1867-1876) en la que ensayaron un sistema político liberal, cuya mayor significación histórica es la consolidación del liberalismo como mito unificador, cuyos ecos llegan hasta nuestros días.


Las aspiraciones de los mestizos
Una de las causas determinantes de la Independencia fue la oposición entre criollos y españoles. Pero los mestizos también jugaron un papel importante: buscaron un estatuto social, económico y político propio, convirtiéndose en la porción más viva y dinámica de la sociedad.

El orden conservador significaba la legitimación de las jerarquías sociales, por eso es que los mestizos optaron por la República liberal, democrática; aunque lo que verdaderamente les interesaba era el poder no la democracia.

Sobre el proyecto liberal, la tesis de Octavio Paz (El espejo indiscreto) parte de que la tradición española no ofrecía elementos ni principios que pudieran servir para resolver el doble problema al que la nueva nación se enfrentaba: el de la vida independiente y el de la modernización.

El primero consistía en encontrar la forma política y la organización social que debían adoptarse; el segundo en elaborar un programa viable que le permitiera al país, penetrar al fin, en aquella modernidad a la que España le había impedido el ingreso.

Paz llega a la conclusión de que la ideología liberal no fue una verdadera solución para las aspiraciones mestizas:


La geografía política fue determinante
El nacionalismo de  los republicanos era una superficial imitación del nacionalismo francés; el federalismo (copia del norteamericano) era un caciquismo disfrazado; su democracia, la fachada de la dictadura. En lugar de monarcas tuvimos dictadores.

El cambio de ideología tampoco se tradujo por un cambio de las estructuras sociales y, menos aún, de las psíquicas. Cambiaron las leyes, no los hombres ni las relaciones de propiedad y dominación.

Durante las guerras civiles y exteriores del siglo XIX la aristocracia criolla fue desplazada por los grupos mestizos. El ejército fue la escuela de los nuevos grupos dirigentes. El régimen se apoyó en la fuerza militar y buscó y obtuvo la protección de las potencias extranjeras, especialmente de los Estados Unidos.

La carrera imperial de la república norteamericana coincide, en su primera parte, durante la segunda mitad del siglo XIX, con el afianzamiento del régimen liberal mexicano, que no tardó en transformarse en dictadura.

La revolución liberal, iniciada en la Independencia, no resultó en la implantación de una verdadera democracia, ni en el nacimiento de un capitalismo nacional, sino en una dictadura militar y en un régimen económico caracterizado por el latifundio y las concesiones a empresas y consorcios extranjeros, especialmente norteamericanos.


La nueva Restauración de la República
Así que la República Restaurada fue un experimento de nueve años en que Don Benito Juárez y sus liberales fracasaron. Y es que a México le faltó una base social que la hiciera posible: éramos un país de campesinos indigentes y analfabetos, en el que la clase media era minúscula.

Entonces vendría el Porfiriato, que desembocaría en la Revolución de 1910. Y esta última, aunque con variantes iría en pos de la misma idea de los liberales de Juárez: convertir a México en una nación moderna; y aunque a medias,  también fracasaría.

A nuestro país le urge un verdadero Plan de modernización y eso es lo que está intentando el nuevo gobierno del Presidente López Obrador. Los obstáculos siguen siendo los mismos de siempre.

Y de todos, los principales son la ignorancia y la pobreza de nuestro pueblo; y la amenaza de los norteamericanos. ¿Y con qué los está enfrentando AMLO? Con lo más valioso de la herencia juarista: la Austeridad Republicana.

Aunque no nos convenza del todo, la Cuarta Transformación de México va y debemos apoyarla cada quién desde nuestra trinchera. Tal vez sea nuestra última oportunidad.

No hay comentarios:

Publicar un comentario