domingo, 8 de septiembre de 2019

Informe de intenciones, no de resultados

Alejandro Mario Fonseca
Nuestro Presidente AMLO rindió cuentas, presentó su primer informe constitucional (tercero al “pueblo bueno”)  y como no tiene mucho que informar porque apenas lleva 9 meses en el cargo, muy poco tiempo, entonces habló de lo que se propone, de sus intenciones.

Y como es un iluminado, muchos de sus hipnotizados están felices. Sí, felices, felices, felices. Y eso es demasiado porque el resultado es abrumador: el Presidente nos está adelantando una felicidad que no mucha fala nos hace, porque la mayoría dice estar feliz de antemano.

Lo de iluminado lo digo con todo respeto y lo de hipnotizados no tanto. En su acepción más habitual “iluminación” significa adquisición de entendimiento; y en cuanto a los hipnotizados, pues ahí sí, me gana el enojo.

Sí, el enojo porque ya van varios fanáticos que sin leerme, sin tomarse la molestia de conocer mis argumentos, guiándose tan sólo por los encabezados y la primeras líneas, me tachan de “pendejo prianista” por criticar algunas políticas de AMLO que no me gustan.

Lo siento mucho, no voy a caer en la provocación y prefiero llamarlos suavemente, con dulzura hipnotizados. Hipnotizar quiere decir,  provocar en una persona o animal un estado de hipnosis: causar asombro o atraer fuertemente la atención de la persona.

Tercer Informe de Amlo

El proyecto de modernidad
Insisto, lo estoy diciendo con todo respeto, me gustaría mucho que nuestro Presidente además de contar con un gran ejército de hipnotizados, que lo siguen y lo defienden contra viento y marea, contara también con otro ejército de iluminados que le ayudaran en serio en la gran tarea que se propone de modernizar México.

El “innombrable”, el capo de “tuti capi”, el jefe de la “mafia en el poder”, lo propuso abiertamente. Fue el primero que habló de modernización, venía de Harvard y era la consigna neoliberal.

Hablaba de “modernizar” nuestro país a rajatabla, es decir, sin apartarse lo más mínimo de lo previsto. Ciencia y tecnología para todas las esferas de la vida social, decía. Fue un engaño gigantesco, los beneficiados fueron unos cuantos: él y sus cuates.

AMLO no habla de modernización pero lo que pretende es lo mismo sólo que va en serio. Habla de desarrollo y tiene razón, no es lo mismo crecimiento que desarrollo. Pero lo que no dice es que sin crecimiento no hay desarrollo. Y es que el desarrollo es crecimiento con bienestar social.

No lo puede decir porque sus políticas apenas empiezan a instrumentarse, estamos viviendo un reflujo económico debido a los ajustes de limpieza. Son muchos los damnificados de la austeridad republicana, son miles los que vivían del erario público sin trabajar, los famosos aviadores.

 Y millones si sumamos a los también damnificados de las  empresas privadas ligadas a la corrupción gubernamental; y además son muchos los chayoteros de los medios de comunicación que se quedaron en el limbo y estos hacen mucho ruido; y etcétera.


Desarrollo Sostenible
El desarrollo económico si es el incremento en la producción de bienes y servicios, pero no nada más, también debe incluir el incremento en bienestar social; es decir debe haber inversión en salud y en educación de calidad, por lo menos.

Además, el desarrollo sostenible es aquel que no daña el medio ambiente, pero no nada más en el futuro inmediato o en el mediano plazo, sino en el tiempo largo.

En suma, el desarrollo sostenible es aquel en el que se logra crecimiento económico con la creación de nuevas empresas,  públicas y privadas, manteniendo un medio ambiente limpio, en una sociedad en la que se garantiza el bienestar mediante servicios educativos y de salud de calidad,  y todo esto en el tiempo largo.

Otro error grave de conceptualización es creer que este tipo de políticas solo las puede implementar el gobierno federal y de allí bajarlas a los estados y finalmente a los municipios. Por eso digo que AMLO necesita también un ejército de iluminados que le ayude.

 También espero que el Presidente se tome muy en serio  el tema ambiental y corrija su Plan Petrolero y el Proyecto del Tren Maya. Porque si se queda en la retórica y la demagogia,  perderá una enorme oportunidad histórica de pasar a la historia como el artífice de la Cuarta Transformación: que es lo que su ego le exige.

Al parecer todo esto AMLO lo tiene previsto, pero lo está soltando a cuenta gotas porque necesita ganar tiempo. Su proyecto es muy ambicioso y por lo que se ve en su sexenio apenas si podrá sentar las bases para la 4 T y entonces sí, otros iran en pos de la modernidad.

Informó de sus propósitos
Así que AMLO rindió su Primer Informe Constitucional. Y así fue, al menos formalmente porque en realidad gracias a  las conferencias mañaneras que se chuta diariamente, careció de importancia: entonces fue retórica, buenos deseos.

Así que informó de sus propósitos, no de sus resultados. Aunque algunos de los datos que dio no dejan de ser preocupantes. Por ejemplo en el caso del huachicol, dijo que ya se logró reducirlo en un 94% y muchos nos preguntamos ¿de dónde sacó esa cifra?

Otro ejemplo es el de la creación de 100 nuevas universidades, de las que habló como si ya estuvieran funcionando. No las veo  y es que no es tan sencillo hacerlo. Lo mismo puede decirse del proyecto del Instituto Nacional de Salud, del que habló como si ya fuera una realidad.

De  las nuevas universidades no sé nada y estoy al pendiente porque es algo que me interesa. En cuanto al Instituto de Salud, lo que se sabe es que arrancará con 80 mil millones de pesos del Fondo de Protección Contra Gastos Catastróficos del Sistema de Salud.

Y así podríamos seguir. Lo que pasa es que, insisto, AMLO no tiene mucho que informar pues apenas lleva en el cargo 9 meses, muy poco tiempo para lo que se propone.

La modernización súbita de un país como el nuestro que lleva más de 500 años de administración patrimonial es imposible. Lo destacable de nuestro Presidente AMLO, es que no baja la guardia, es perseverante y trabaja duro, día con día. También habla mucho.

Ojalá que poco a poco sean más sus colaboradores los que se comprometan en serio con las grandes tareas que la 4 T se propone. AMLO necesita menos hipnotizados y más iluminados. Separar el poder político del poder económico no es tarea fácil.

Finalmente al tema de la seguridad, que es el talón de Aquiles de AMLO, lo dejo para mi siguiente colaboración; se trata de un problema muy delicado y hay que ser cuidadosos en el análisis.

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