Alejandro
Mario Fonseca
Se atravesó el
debate entre Clinton y Trump y ya no pude aterrizar un concepto claro del
complejo fenómeno de la globalización. Antes de hacerlo quiero citar a un
experto en el tema, que por su trayectoria intelectual cobra un especial
interés en la presente coyuntura electoral: Jeremy Rifkin.
Rifkin es un sociólogo, economista, escritor,
orador, asesor político y activista estadounidense. Ha dedicado prácticamente
su vida a investigar el impacto de los
cambios científicos y tecnológicos en la economía, la fuerza de trabajo, la
sociedad y el medio ambiente.
Tercera Revolución Industrial:Jeremy Rifkin |
En 1996 publicó El fin del trabajo, un texto en el que
nos ofrece una visión de la globalización sombría pero con un desenlace muy
audaz. Para este autor, aún los países de industrialización avanzada no escaparían
a los retos de la globalización: el desempleo masivo, es uno de los temas más
alarmantes.
La robótica y el desempleo
Cerca de 1000
millones de seres humanos están en la actualidad desempleados o subempleados.
Esta cifra tiende a incrementarse ya que muchos recién llegados al mundo
laboral se encuentran sin posibilidades de trabajo, muchos de ellos víctimas de
la revolución tecnológica que está substituyendo a pasos agigantados a los
seres humanos en casi todos los sectores e industrias de nuestra economía
global.
En las próximas
décadas el menguante papel de los sectores público y empresarial terminará
afectando la vida de la clase trabajadora
significativamente. Los que estén empleados, es posible que vean un recorte en
su semana laboral, permitiéndoles disfrutar de más tiempo libre.
Y muchos de los que están ya en programas reducidos de trabajo puede que estén siendo presionados por el mercado para emplear su tiempo libre en entretenimientos de masa y en consumir; el empleo del tiempo libre en entretenimientos culturales, vendrá en una fase más avanzada de la globalización.
El drama que
estamos viviendo es que el creciente número de personas desempleadas o
subempleadas está cayendo inexorablemente en una subclase permanente. Sin
embargo existe la posibilidad de convertir el problema en áreas de oportunidad.
El tercer sector
Al disponer los
trabajadores de más tiempo libre y encontrarse los desempleados sin nada que
hacer, existe la oportunidad de aprovechar el trabajo no empleado de millones
de personas en tareas constructivas fuera de los sectores público y privado.
Los talentos y la energía pueden dirigirse a la reconstrucción de miles de
comunidades locales y a la creación de una tercera fuerza que florezca
independientemente del mercado y del sector público.
Rifkin nos
ofrece muchos ejemplos de este tercer sector que ya se ha abierto paso en la
sociedad norteamericana, europea y japonesa, en actividades que van desde los
servicios sociales hasta la salud, la educación e investigación, las artes, la
religión y la abogacía.
Se trata en
suma, de la otra cara de la globalización, de la cara sociocultural, que nos
habla de ética, de cosmopolitismo humanitario, de una autoconsciencia cada vez
más extendida, de una visión de nuestro mundo entendido a la luz de la
solidaridad y la responsabilidad.
Una propuesta conceptual
A manera de
conclusión y con el afán de contribuir a la elaboración conceptual de un
fenómeno tan complejo como apasionante, que nos tocó vivir, resumo:
La globalización, es el proceso creciente de
interdependencia entre las zonas desarrolladas del mundo y de estas con algunas
de sus áreas periféricas; cuya esencia se manifiesta en dos niveles:
1.
Político económico, marcado por
el acortamiento de las distancias y por el desbordamiento de los marcos
geográficos tradicionales: por la pérdida del referente nacional; y
2.
Socio cultural, en el que
resalta una creciente generalización de una autoconsciencia cada vez más extendida,
de una visión de nuestro mundo entendido como una unidad interdependiente.
Posdata
Jeremy
Rifkin lleva ya largo tiempo inspirando
el pensamiento creativo de los principales líderes políticos y empresariales de
los Estados Unidos y de Europa. Y lo sigue haciendo, hace cinco años escribió La Tercera Revolución Industrial, texto
que propone la transición a una economía de bajo carbono, más democrática, en
la que el internet y las energías renovables cambiaran radicalmente el mundo en
que vivimos. Fue asesor de Bill Clinton, de los principales líderes de la
Comunidad Económica Europea y ahora lo es de Hilary Clinton.
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