Por José Luís Hernández
Jiménez
En solidaridad con
Héctor de Mauleón
Cito:
“Saliendo del aeropuerto de La Habana, me sorpendió ver a un
personaje que se me hizo conocido. Ese hombre alto, fornido, moreno, madurón,
con cabello cano, se dirigió hacia mí: “¡Hoa, cómo está!”. Por mero compromiso
contesté, “Bien y Usted”. Pero no lograba recordar en dónde lo había visto.
Quizá notó mi extrañeza pues aclaró: “Soy Miguel, Miguel Priego, nos vimos
allá, en Plenitud, ¿no me recuerda? “¿En Plenitud, repetí azorado?”
“Plenitud” es el nombre de una cooperativa de vivienda, tipo
fraccionamiento, ubicaa en Iztapalapa, DF. ¿Qué tiene que ver con este
personaje por acá?, me pregunté. Como si leyera mi pensamiento, don Miguel
agregó: “Es que trabajé allá, como vigilante”. “Y qué hace un vigilannte de
allá, acá?”, le devolví la pregunta. “Es que acá tengo mi casa señor, este es
mi otro país”, dijo imperativo.
“El caso es que en esa ocasión, mi cuarta visita a Cuba, a
fines de septiembre de 1997, invitado a un Congreso Sindical, al que por
cierto, por error de quien me enviaba,apenas llegúe a la clausura , por lo que
mi visita se convirtió en una estancia turistica, tuve oportunida de conocer a
un a un mexicano cubano singular, don Miguel Ángel Priego, nacido en 1930, en
Tulancingo, Hidalgo, México, y premiado con la nacionalidad cubana, por el
gobierno de Fidel Castro.
Capitolio-Nacional-de-Cuba-La-Habana |
“Durante nuestras largas caminatas por la capital cubana con
don Miguel, me enteré que su afición por el cine de cuando niño, lo convirtió
en una especie de Jack London de los pobres.
“En una ocasión, en su niñez, luego de ver otra película de
aventuras, en lugar de volver a su casa, subió a un autobús, “de mosca”. Se
bajó hasta que el trasportre llegó a la capital mexicana. Ahí trabajó de todo
lo que pudo para sostenerse económicamente. En una de esas abordó otro autobús
y fue a parar a Acapulco. El mar lo asombró. En las playas de puerto aprendió a
“mover el ombligo”, a vender de todo, a guiar turistas, a nadar como pez, y a echarse
clavados tan bien que pronto se convirtió en clavadista en la era Quebrada.
“Pasó el tiempo. Un día se cansó de todo lo que hacía.
Entonces optó, por subirse a un barco, a escondidas. Cuando descubrieron al
jóven, tuvo que hacerla, otra vez, de todo. Su consuel es que así recorrió los
puertos de todo el Continente Americano, hacia el sur, dando vuelta en el
Estrecho de Magallanes, y de ahí hacia el norte. Por esa vía llegó a Puerto
Rico. Decidió quedarse en la “borinquen querida”. Se volvió pescador. Luego
buceador. Después fue tiburonero. Cuando la autoridad se dio cuenta que carecía
de documentos personales, le obligaron a dejar dicho país.
“En otro barco arribó a Cuba, al mero puerto de La Habana.
Como tenia fama de saber pescar tiburones y se había forjado un cuerpo
atlético, para ganarse la vida se convirtió en luchador profesional. “El
Tiburón” era su apelativo. Ahí pudo quedarse porque “las cosas estaban medio
revueltas. Los barbudos de Fidel acababan de tomar el poder político. Y…¡don
Miguel acabó uniéndose a la Revolución! Todavía guarda y muestra con orgullo,
sus condecoraciones, sus “corcholatas”, le digo, como Héroe de la Revolución
Cubana. Cuando se estabilizaron las cosas, fue nombrado Jefe de la Policia de
El Vedado, un popular barrio de la capital cubana.
“Y ahí hizo su vida de adulto consolidado. Ahí se casó, tuvo
hijos y, de vez en cuando, regresa a México. Hoy prácticamente vive medio año
allá y medio acá.
“Venera a Fidel Castro. Por eso hasta pelea con sus hijos que
ya tambien viven en México.
“También venera, falta ba mas ,a la Revolucion Cubana, no
obstante qaue aquella realidad lo “cachetea” de vez en cuando. Aquel septiembre
de 1997, caminábamos por La Habana. Presumía de las bondades logradas por
Fidel. Me advertía que no hiciera caso de las decenas de personas que me salian
al paso, pues como que olían que yo era mexicano auténtico, ofreciédome Ron,
dólares, Cocacola, Puros Habanos, mujeres, etc., cuando, molesto con ellos, se
enfrentó a uno dicièndole: “¿Qué quieres, ron Habamos, dólares? ¡Yo también
tengo, así que déjanos en paz!”. El hombre aquel hizo una seña a otros y
dirigiéndose a don Miguel le espetó: “¡Ah si, a pesar de que eres un viejo
andas en esto, pues vamos, quedas detenido, te vas a la cárcel ahora mismo!” De
nada sirvieron sus explicaciones ni mi intento de hablar en su favor
explicándoles que él solo esaba bormeando. Se lo llevaron y lo encerraron.
Luego de algunas horas esperando en los pasillo de aquello que debió ser algo
así como un Ministerio Público, don Miguel salió. Apenado conmigo nada dijo en
el trayecto rumbo a mi hotel. Ahí me dejó y se fue.
“Dos días despuès se me apareció y pudo desquitarse de mis
bromas a propósito del incidente aquel.
“Luego de caminar no sé cuantos kiómetros, me llevó a conocer
a una física nuclear. Una señora joven, sencilla. Ella, de extracción modesta,
era un logro de la Revolución pero no tenía empleo. Al estar platicando, a la
puerta asomó un chiquillo, su hijo. Luego apareció otro niño, y otro y muchos
mas, amiguitos del infante. Y empezaron a gritar “¡el Ché, el Ché , el Ché!”,
mirándome. Si, dijo don Miguel, por tu forma de vestir, tu peinado, con barba
crecida, todo mugroso y sudoroso (de tanto caminar por una ciudad en la que
escacea el transporte), creen que eres el Ché”. Así se desquitó don Miguel. Yo
le habia dicho que el Ché Guevara, a mi no me era simpático”.
Hasta aquí la cita (*) de uno de los relatos contenidos en mi libro “Cuando correteábamos utopías”. Lo traigo a colación – para compartirlo con mis cuatro o cinco lectores - porque me avisan que don Miguel Priego, “mi Jack London de los pobres”, falleció el pasado 12 de agosto, a los 84 años de edad, de cáncer pulmonar, allá en su querida Habana. Ni modo. Un día le daré alcance y ya me platicará otras de sus aventuras. Abrazo fraternal a sus cuatro hijos, y demás familares y amistades.
Notitas: Una.- Que el fallecimiento comentado, fue el cuarto, con pocos días
de diferencia, de puros cuates: Marcelino Perelló, Jaime Avilés y Eduardo Del
Río, Rius. Ya que. A este último intentaremos hacerle pronto, un sencillo
homenaje. Dos.- Que ojala todos
condenáramos el terrorismo y toda forma de violencia ¿Va? Tres.- Que nunca se habia aprobado dar tanto dinero a los Partidos
Políticos con registro electoral. Casi ¡siete mil millones de pesos para las
elecciones federales y cinco mil para las locales! Habría que luchar para
recortárselos cuanto antes….el dinero. Cuatro.- Que muchos comentaristas dan
por hecho que ya hay ganadores para las elecciones federales y de la CDMX, del
año que viene. ¿Será? Cinco.- Que 26
millones de infantes iniciaron clases este 21 de agosto. Si hubiera una educación
de calidad, ellos serían los seguros salvadores del país. Seis.- Que hay que hacer ejercicio diario y sembrar un árbol cada
año, solo para vivir mejor. Siete.-
Que se sugiere leer “Mi gobierno será detestado”, de don José Manuel
Villalpando, y “Cortés, el hombre”, de don José Fuentes Mares, dos obras para
comprender un poco más, el por qué estamos como estamos. ¿Va?
Correo E-mail hernandez-jimenez2012@hotmail.com
México, CDMX, a 21 de agosto de 2017.
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