Alejandro
Mario Fonseca
17 de enero
de 2015
Unidad Tlatelolco |
¿Qué está pasando en este país? ¡100 mil muertes en los
últimos 8 años! Se trata de una cifra propia de una guerra civil. Muchos me
dirán, “bueno México ya era desigual, corrupto y violento, al menos así lo fue
durante buena parte del siglo 20, más o menos de 1929 al 2006”; si, pero lo que
estamos viviendo del 2006 a la fecha es un México más desigual, más corrupto y
absolutamente secuestrado por la violencia. Otros me dirán “bueno pero la violencia
está muy lejos, está en Guerrero, en Michoacán…”. No, lo cierto es que estamos
viviendo una época de terror generalizado a lo largo y ancho de todo el país.
Algo tenemos que hacer desde nuestra trinchera vecinal. Ya no
podemos seguir esperando a que nuestras autoridades hagan algo. No lo van a
hacer, por la sencilla razón de que no les interesa, les preocupa más mantener
su “estatus”, ahora están nuevamente en campaña, buscando nuestro voto. Yo no
se los voy a dar, prefiero anularlo. Ya veremos si se lanza algún candidato
independiente, ciudadano, que realmente valga la pena.
Y como mal presagio de año nuevo: otro muerto en Tlatelolco.
Ahora se trata de una señora de la tercera edad en el edificio Sonora. Estando
como está el país, la noticia no sorprende a nadie. Sin embargo, hay dos
razones por las que deberíamos ponernos las pilas y hacer algo de inmediato.
En primer lugar está el “modus operandi” del crimen.
Sorprende la saña con la que fue “asaltada” la señora: torturada y finalmente
muchas veces apuñalada para realizar un robo menor, una pantalla de televisión.
A todas luces, de lo que se trata es de infundir terror entre la comunidad ¿O
no?
Y en segundo lugar está el hecho de que ya contamos con una
flamante “policía comunitaria”. ¿Dónde estaban cuando sucedió el crimen? ¿Qué
hacían? ¿Cómo se llama el policía que le tocaba vigilar el lugar a esa hora?
¿Cuál es su reporte? Al parecer el sobrenombre de “comunitarios” les está
quedando de grande, muy grande, de adorno. Pero bueno, vamos a darles el
beneficio de la duda, apenas llevan cuatro meses en sus nuevos puestos. Pero
¿qué hacer? ¿Cómo aprovechar a estos 102 nuevos elementos policiacos que está
“ávidos” de servir a nuestra comunidad?
La respuesta es organización. Organizados ya lo estamos, al
menos desde el punto de vista administrativo, y en el caso de algunos
edificios, excelentemente organizados. Lo que nos falta es aprovechar esa
experiencia de trabajo colectivo en la seguridad vecinal. De plano debemos
pasar a la conformación de comités de vigilancia permanente en cada edificio.
De preferencia deben participar en estos comités, vecinos jóvenes, conocidos
por la mayoría de los habitantes del edificio, con solvencia moral y con
disposición comunitaria. No estoy proponiendo que estos comités vecinales
sustituyan el trabajo de la policía; todo lo contrario: deberán estar
perfectamente engranados al trabajo policiaco. Ya los detalles, como si se
utilizan cámaras, radios, celulares, silbatos u otros
instrumentos; así como la conformación de las guardias, sus horarios,
etcétera, dependerán de la disposición y
de los recursos con los que cuente la administración de cada edificio.
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