Edificios más fuertes que en 1985 |
Por Mishell Altamirano
La historia que les voy a contar, más bien parece una novela, pero es lo que a mí me sucedió al medio día del 20 de marzo del 2012, en la Unidad Tlatelolco.
Acabo de regresar a Tlatelolco, después de varios años de vivir fuera de la Unidad. Adquiri un departamento, por el cual me costó trabajo dar el enganche, y tendré que pagar mesualidades durante algún tiempo. Aunque está en un edificio tipo A, me gusta, porque es amplio el departamento, y esta muy bien ubicado en la Tercera Sección, con conectividad hacia Reforma y el Eje Central.
Ese día martes, no tenia nada que hacer, así que descanse hasta tarde, levantándome apenas unos minutos antes de las 12 del día. Lo primero que hice fue ver a Diane Pérez con su noticiero en Foro Tv, e informarme de lo que sucedía en el momento. Ese día tenia que ir a Reforma por la tarde, realmente no recuerdo si iba a haber una marcha de maestros que iba a desquiciar el transito, porque a las 12:10 se sintió un fuerte sismo.
Inmediatamente, viendo como comenzaban a caerse cosas, y recordando todo lo que me ha tocado vivir en Tlatelolco, baje apresuradamente y me acerque al cuadro aledaño al edificio. Había mujeres llorando porque no sabían como estaban sus hijos en las escuelas, adultos mayores con lágrimas en los ojos asomados a las ventanas porque no pudieron bajar.
Al bajar, tome mis llaves, pero deje la puerta abierta del departamento, y comprendí que en caso de sismo, lo mas importante es la vida, y no las cosas materiales que pudiera dejar dentro de este. Posteriormente, una vecina me dijo que entro y busco que hubiera alguien, pero al notar que no había nadie, cerró la puerta, y noté el respeto que existió en un México lleno de delincuencia, pues todo estaba en el lugar donde lo había dejado.
Se había sentido un movimiento telúrico oscilatorio, tal vez uno de los más fuertes que me había tocado sentir en todo el tiempo que he estado en Tlatelolco, sentí que los edificios aledaños se vendrían abajo, mientras veía como las ventanas vibraban. Estaba solo, sin saber como la habrían pasado mis familiares.
Pasado el sismo, inmediatamente subí a mi departamento, con el piso lleno del cemento que se había caído del techo, a marcar el teléfono para localizar a todos, y no había línea, comienza en mí una psicosis tremenda, porque creí que como no funcionaban los teléfonos celulares, estos tal vez. Baje el switch de la luz, y cerré todas las llaves del gas.
Tome un radio de pilas, porque en FM, que es la banda que traen los radios de los celulares, no había noticias, solo pura música. Sintonicé el 790 de AM mientras caminaba por los andadores de la Unidad, mirando que cada uno de los edificios se encontrara erguido y sin daños, en busca de mi abuela, quien también reside a unos cuantos edificios. En Formato 21, tomó el micrófono Jacobo Zabludovsky, cuyas primeras palabras que escuche fue: Este fue el sismo más fuerte que se ha sentido en la Ciudad de México. Ahí me horrorice, llore, y busque que los edificios mas altos de la Unidad siguieran erguidos, y así fue, pero pensé que en otros lados de la ciudad habían edificios caídos, y gente en busca de otra gente. Al llegar a la casa de mi familiar, noté que este seguía bien, ella no estaba, pero los vecinos, amigos de toda la vida, me dijeron: como lo sentiste? Donde estabas? Que bueno que estas bien, pero ella salió a trabajar, así que por eso no esta aquí. Entonces regrese a mi departamento, para iniciar a buscar a mi familia.
Hubo un momento en el que la red de Iusacell regresó, y chequé el Twitter y el Facebook para ver si encontraba a alguien y algunas noticias. La principal, que parecía no haber daños de consideración en la Ciudad de México, y que la magnitud captada era de 6.5° Richter, la cual creí falsa, debido a que se había sentido de mayor intensidad. En el twitter de CNN aparecía que la magnitud captada en el sismológico de EUA había sido de 7.9°, dos decimales por debajo del de 1985. Aprovechando que había señal, y que la recomendación era no hacer llamadas para saturar la red, mande mensajes a mis familiares para que supieran que estaba bien, y saber como estaban ellos.
Tome el camión a la altura del edificio Nuevo León, porque no quise tomar coche, y que por esto, entorpecer al transito de la ciudad, para que si existía alguna emergencia, dejáramos despejadas las vialidades para permitir el paso de los vehículos de emergencia. Al llegar frente al SAT, note un movimiento de vehículos de emergencia, a razón de que se había caído algo en una vecindad en Reforma y Pedro Moreno.
El camión entro a la zona de corporativos de Reforma, y noté que después de algún tiempo de pasado el sismo, había gente afuera de ellos, llenando banquetas. Descendí del autobús a la altura del Ángel de la Independencia, y había gente reunida, me imagino que todos trabajaban en el mismo edificio, alrededor de un teléfono celular, que había captado como la Columna de la Independencia se tambaleo de manera alarmante durante el sismo. Otros recordaban los sentimientos al momento del sismo, al ver esto, creyendo que nuevamente en la Ciudad de México se iban a ver las mismas imágenes que en el sismo de 1985. Me acerque al edificio de HSBC, donde tenía que ver a una persona para que me diera unos documentos, a la cual encontré en la explanada frente a la torre, porque estaba evacuada mientras Protección Civil verificaba si había daños. En esos momentos no me importaba ver a esa persona, sino saber si mi familia estaba bien, pero como mi familia sabia que iba a estar por allá, preferí llegar.
Alrededor de las tres de la tarde, con varios twitts informando como estaba la ciudad, después de chatear en el Facebook, comienzo a recibir respuestas de los mensajes recibidos, enterándome que estaban bien, uno de ellos, diciéndome que un familiar estaba en Zona Rosa, a donde me dirigí, y que otro lo había sentido en la zona sur, pero que ahí se había quedado, que se sintió pero estaba bien. Otro familiar me marca diciéndome que porque no contestaba el teléfono de mi casa, y le informe que había salido a buscar a mi familia, pero que estaba bien. A esa hora, se informa que después de varios ajustes, el sismo se calculó en 7.9° Richer, tal y como lo decía la cadena CNN.
Regresando a casa, lo primero que hicimos fue visitar a mi abuela, quien ya había llegado a casa, aunque había recibido algunas horas después del sismo la noticia de que se encontraba bien. Yo le dije que me daba gusto que hubiera sentido el sismo en un lugar donde pudiera salir, y no aquí, porque ella se hubiera espantado, ya que vivió el sismo de 1985 aquí en la Unidad, y por su edad no hubiera podido salir rápidamente.
Cuando me preguntaron donde había sentido el sismo, yo les dije en Tlatelolco, y cuando me preguntaron que si no sentía que la unidad se caía, yo les dije, parece que los edificios son mas fuertes que en 1985.
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