Por Alejandro Mario Fonseca
A usted ¿lo han estafado alguna vez?
A mí sí, ya van muchas. Me estafan cuando me engañan diciéndome “nos vemos a
las tres en punto” y llegan a las tres y media como si nada o no llegan. El
problema es que yo soy puntual, así me educaron: y claro me enojo mucho, me
siento engañado.
También me han estafado muchas veces
carpinteros, fontaneros, mecánicos, albañiles y un largo etcétera, que me
engañan en cuanto a la calidad del servicio convenido, y sobre todo en cuanto
al tiempo de su ejecución.
Pero también me han estafado
supuestos amigos que me piden algún favor, o algún préstamo, y quedan mal con
la fecha de pago, o todavía peor, nunca me pagan. Bueno, no es consuelo, pero
tengo un amigo al que le ha ido peor, pregúntenle a Don Octavio Rodríguez
Figueroa.
Estos son ejemplos de estafas
chiquitas o minúsculas si usted quiere, porque hay otras más severas, por
ejemplo las de los médicos especialistas, de las que le contaba en mí último
artículo: cuando a los estresados nos doran la píldora y nos “exprimen como a
naranjas dulces”, como dice Lydia Cacho.
Bueno, pero antes de pasar a las
grandes estafas, aquellas que cuestan miles de millones de pesos y que afectan
a miles de personas y hasta millones, veamos en detalle qué es una estafa.
Vayamos a las enciclopedias.
La gran estafa: La reforma energética |
¿Qué es una
estafa?
La estafa es
un delito contra la propiedad o el patrimonio. En
ocasiones se asimila al fraude, el timo y el engaño. De
acuerdo a lo establecido en términos generales por los diferentes tipos de
legislaciones, el delito de estafa es descrito como un acto de daño o perjuicio
sobre la propiedad o el patrimonio de otra persona.
Por lo general, los delitos de estafa
son considerados de menor gravedad que otros (tales como el homicidio o el
abuso sexual), pero la variedad de tipos de estafa hace que sea posible
realizar tal nivel de daño a otros que las penas sean extremadamente altas para
el criminal.
El núcleo del tipo penal de estafa
consiste en el engaño. El sujeto activo del delito se hace entregar
un bien patrimonial, por medio del engaño; es decir, haciendo creer la
existencia de algo que en realidad no existe. Por ejemplo: se solicita la entrega
de 5 mil pesos como anticipo para la adquisición de una vivienda en un
conjunto residencial, inmueble que no existe.
El bien jurídico protegido
es el patrimonio o propiedad. Modernamente se considera que el término más
apropiado es el de patrimonio, que consiste en una universalidad de derecho,
que se constituye por activos y pasivos.
Existen diferentes modalidades, ya
que se entiende que el engaño se puede producir tanto de un modo activo (lo más
frecuente) como de un modo pasivo. El problema principal para entender que un
engaño de un modo pasivo es calificativo de estafa, es que el engaño debe ser
bastante como para producir un acto de disposición. Una actuación pasiva (no
informar, o no contar algo) es difícil que provoque un engaño de tal magnitud.
La reforma
energética: la gran estafa
Ahora entremos en materia, leo en El Financiero, del pasado 13 de julio,
una nota de Rivelino Rueda y Víctor Chávez:
Como
“una burla, un engaño y una manipulación del
gobierno mexicano”, calificaron los líderes parlamentarios de
Morena el anuncio del primer descubrimiento de
un yacimiento petrolero, el Zama-1, en Tabasco,
por empresas privadas.
De acuerdo
con la coordinadora de Morena en San Lázaro, Rocío Nahle, “desde
que se inició todo el proceso de la Reforma Energética, el cuarto
de datos reservados y estratégicos de Pemex,
como el que tienen todas las grandes empresas petroleras internacionales, ya
sabía de éste y de otros yacimientos y sólo los pusieron a subasta.
“Los que somos ingenieros petroleros, los que conocemos a Pemex, sabemos desde hace años que en el archivo geológico estratégico de la empresa esa reserva ya se tenía considerada como de la nación, pero hoy se entrega a los accionistas de las empresas, que por lo menos debemos saber quiénes son”, afirmó a El Financiero.
“Los que somos ingenieros petroleros, los que conocemos a Pemex, sabemos desde hace años que en el archivo geológico estratégico de la empresa esa reserva ya se tenía considerada como de la nación, pero hoy se entrega a los accionistas de las empresas, que por lo menos debemos saber quiénes son”, afirmó a El Financiero.
El
vicecoordinador del mismo partido en San Lázaro, Vidal Llerenas, también
declaró que “es obvio y evidente que Pemex ya sabía de la existencia de esas
reservas, no se ha descubierto nada nuevo; lo que sucede es que Pemex argumentó
que no tenía recursos para invertir en esa exploración y perforación, y que
debía hacerlo una empresa privada.
No porque lo digan los diputados de
Morena pierde fuerza la nota. La verdad es que los engaños, fraudes, estafas o
como usted quiera llamarles, están brotando como hongos en los bosques lluviosos mexicanos de la corrupción y
la impunidad.
Es más, Morena es el único partido
que ha defendido la riqueza petrolera como un patrimonio nacional. En el buen
sentido, en el original, en el que le dio el general Lázaro Cárdenas cuando
nacionalizó el sector.
La dictadura
perfecta sigue funcionando ¿hasta cuándo?
Lo que tenía que haberse hecho con
PEMEX, era dignificarlo, desmantelando la mafia patronal y sindical que se adueñó
de la paraestatal y que ha estado
exprimiéndola durante varias décadas.
Probablemente sea en los gobiernos de
Echeverría y sobre todo el de López Portillo cuando el abuso llegó a límites
escandalosos. Pero ahora lo que hizo el gobierno de Peña Nieto con sus aliados
del PAN y del PRD, fue todavía peor.
Ya lo decía en otro artículo desde
que se aprobó la reforma: ya enriquecidos los directivos de la paraestatal y
los líderes sindicales, ahora vendrán las corporaciones internacionales aliadas
con la plutocracia de la clase política a hacer dinero rápido.
Mi intención original para este
artículo era la de hacer una metáfora con las películas de Hollywood que
abordan el tema de las grandes estafas. Desistí de mi pretensión, la metáfora
era mala y equívoca.
Además de que son churros, en ellas
los buenos siempre ganan y son héroes
guapos e inteligentes los que estafan a las mafias de gánsters dueños de los
casinos de Las Vegas; en otras, también
estafan a grandes banqueros amafiados con políticos corruptos.
En México es al revés los malos que
nos estafan siempre ganan: aunque con ajustes y maquillaje la “dictadura
perfecta” sigue funcionando. ¿Hasta cuándo?
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