lunes, 7 de septiembre de 2015

La seguridad en Tlatelolco

Por Héctor Márquez Zermeño


Ø El narcomenudeo está creando grandes problemas de salud pública, en varios países está arruinando la vida de millones de personas en su mayoría jóvenes y a sus familiares.

Ø …”no es posible concebir que la riqueza del país se concentre solo en centenares de familias y por otro lado haya millones de familias pobres”…

Escultura Parque de Médicos por la Paz.
En la publicación anterior hablé de la necesidad de contribuir a mejorar el clima de inseguridad que vivimos y de los diferentes mecanismos y estrategias que ha empleado la autoridad para generar un clima de confianza en la comunidad, y para ello la tarea de los vecinos vigilantes y solidarios es conveniente que se canalice al interior de los edificios, elaborando mensajes en los que se refleje la organización y respeto que debe existir entre los residentes, pues ello ayudará a constituir un escudo contra la delincuencia que al observar unión entre los vecinos, la pensará dos veces para cometer sus fechorías.

El narcomenudeo está creando grandes problemas de salud pública, en varios países está arruinando la vida de millones de personas en su mayoría jóvenes y a sus familias. Además esto se complica convirtiéndose en un problema de seguridad pública porque gran número de los drogadictos se ven obligados a robar para conseguir la droga (un alto porcentaje de presos en México tienen problemas de drogadicción). 

Los jóvenes por su misma condición tienen un exceso de energía y son más propensos a la acción que a la reflexión. Lo cual los hace más vulnerables frente al citado flagelo.

El desempleo es un problema que hoy afecta a la mayoría de los países, crea un estado de frustración e irritación, los repetidos casos de corrupción favorecen o generan mentalidades cínicas y mezquinas. Tal vez esto ayuda a comprender la ausencia de ideales y utopías en varias personas y la concepción del  "hombre nuevo" se desvanece ante grupos organizados que se constituyen en mafias, que controlan la prostitución, tráfico de armas, tráfico de influencias, pederastia, y otras formas de violencia.

La tarea hoy es buscar las formas político-organizativas que permitan a todos los seres humanos encontrar sentido a su vida cotidiana, (puesto que el hecho biológico de existir, no tiene por sí mismo sentido alguno) básicamente son dos ejes centrales el amor y el trabajo, pero no es posible alcanzarlas plenamente en las condiciones de vida actuales, tendrían que realizarse cambios fundamentales en la organización de la producción y desglosar de ella la distribución de bienes y servicios, porque no es posible concebir que la riqueza del país se concentre solo en centenares de familias y por otro lado haya millones de familias pobres.

Mientras tanto todas las medidas que se tomen en todos los terrenos sólo serán paliativos, pero se pueden y se deben seguir tomando para mediar el desempleo, la violencia y la drogadicción, entre ellas, medidas sanitarias, políticas, culturales y policiales.

Hoy por mencionar solo un ejemplo de cómo se les están cerrando puertas en México a instrumentos que pueden dar sentido a la vida presente y futura de los jóvenes, y considerando la crisis por la que atraviesa la Universidad –lo dicen algunos estudiantes de la UNAM- …"no tiene caso estudiar porque después no encontramos empleo porque no hay o no nos quieren contratar, por ser precisamente egresados de esa casa de estudios"…

De acuerdo al periódico El Financiero se estima que cada año inyecta al sistema financiero más de 900 mil millones de dólares, dinero que puede ser capaz de corromper administraciones, gobiernos y tribunales. Se supone que es un negocio mucho más grande que la venta de armas o la prostitución.

Pero no olvidemos que las medidas políticas y culturales son las que pueden encausar la búsqueda de sentido a la vida cotidiana y evitar que muchos, sobre todo jóvenes, busquen infructuosamente el sentido de su vida en las drogas o la violencia.

Este problema que ha venido afectando por años a los vecinos con la consecuente inseguridad para los transeúntes, pésimo ejemplo para las nuevas generaciones, la suciedad a consecuencia de las botellas de cerveza rotas y el que ciertas personas se apropien de los espacios comunes y realicen sus necesidades fisiológicas ahí mismo. Además, el ruido constante y lenguaje procaz hasta altas horas de la madrugada o, incluso, durante todo el día y la noche.

Es fundamental recuperar el uso de los espacios públicos, en los que ancianos, niños y la familia, puedan descansar y jugar bajo el menor riesgo posible. Además que los jóvenes encuentren vías distintas a las del pandillerismo y la drogadicción desarrollando actividades colectivas.

Hasta la próxima y resistamos civilizada y pacíficamente nuestra existencia

No hay comentarios:

Publicar un comentario